Orlando - En el aula de la educadora boricua Johanna López, en Colonial High School, no se hablaba de notas, sino de cómo prepararse para el futuro.

Era un ambiente de apertura por parte de la maestra, pero también de los estudiantes, quienes lograron conectar con su filosofía educativa, al punto de que la impulsaron a postularse para representar al Distrito 2 en la Junta Escolar del Condado de Orange, escaño que ganó en 2018.

“Yo creo que no se le debe imponer al estudiante la importancia de sacar una A, sino la importancia de ser responsable y hacer lo mejor que podamos para pasar esa clase”, expresó López, quien posee un bachillerato en Artes en Estudios Prehispánicos de la Universidad de Puerto Rico (UPR) y una maestría en Educación Superior de la Universidad Interamericana.

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“Se supone que el examen sea una herramienta de aprendizaje, no una herramienta para aplastar la autoestima de un ser humano”, añadió.

Su modelo educativo, confesó, rompió con la forma tradicional de evaluar a los estudiantes, pero aseguró que logró su objetivo entendiendo las diferencias de su matrícula. Además de estadounidenses, en su salón había una mayoría de latinoamericanos, incluyendo puertorriqueños, quienes aseguró, necesitaban un espacio para sentirse parte de la comunidad.

Por ello, comenzó a involucrarse junto a los estudiantes en el trabajo comunitario y hasta en la lucha a favor de los derechos humanos de los indocumentados.

“El aula no puede ser única y exclusivamente para enseñar una materia y comportarnos como si fuera una fábrica de objetos, cuando realmente estamos trabajando con seres humanos que tienen una fragilidad emocional y psicológica producto del lugar donde se crían y, tal vez, del ambiente donde están viviendo”, apuntó la mujer de 50 años y natural de Aguadilla, donde se crió en un residencial público.

Su trabajo en y fuera del salón de clases la hizo merecedora del premio de Maestra del Año del Sistema de Escuelas Públicas del Condado de Orange, en 2017, justo cuando se cumplían 19 años de haber llegado a Orlando buscando un mejor porvenir. De esta forma, López se convirtió en la primera mujer latina en obtener el galardón, por lo que su figura ganó relevancia a nivel nacional.

Por un lado recibía más premios y por el otro le invitaban a pertenecer a organizaciones de prestigio como la Fundación de Bill y Melinda Gates, donde formó parte de su Comité de Maestros. Ante esto, uno de sus exestudiantes, Samuel Vílchez, la convenció para que diera el próximo paso en su carrera: aspirar a la Junta Escolar. Para ello, contó con el apoyo de sus estudiantes, quienes dirigieron su campaña.

“Para ganar el voto, lo que necesitas es darte a conocer tocando puertas. Estos estudiantes movilizaron a otros estudiantes y llegó un momento en que nos convertimos en la campaña que más voluntarios teníamos en Florida central, comenzando con gente que no cobraba ni cinco centavos”, describió.

López ganó la contienda con una ventaja de 40,000 votos y emprendió su camino en el organismo con varios retos en frente, entre estos la seguridad de las escuelas públicas y la pandemia del COVID-19. Recientemente, culminó su término y aseguró que se marchó con la satisfacción del deber cumplido. Sin embargo, su tiempo en el servicio público no se detuvo, pues fue electa el 8 de noviembre de este año a la Cámara de Representantes de Florida por el Distrito 43.

Nuevamente, su campaña estuvo liderada por los estudiantes y con un enfoque en atender las necesidades de los latinos en Estados Unidos. Prometió continuar defendiendo la educación pública y la justicia social, así como los derechos de la mujer.

“Yo me siento bien orgullosa de ser puertorriqueña, pero mi función en la Florida central, además de representar a la comunidad boricua, es representar al mismo nivel a toda mi comunidad latinoamericana, porque si no nos unimos no podemos lograr nuestros objetivos”, puntualizó.