El reconocido cardiólogo Iván González Cancel vuelve a ser víctima de anuncios fraudulentos en el que se utiliza su imagen -y ahora también el de su esposa e hija- para promover productos que aseguran combatir la disfunción eréctil y otros problemas de salud.

Así lo confirmó el galeno a Primera Hora quien, previamente, había alertado públicamente que había sido víctima de la inteligencia artificial en el que su imagen había sido manipulada en vídeos y promociones en redes sociales de productos que no existen y cuyo fin es estafar a las personas.

“Otra vez soy víctima de este tipo de campaña por gente que yo desconozco y que, supuestamente, venden productos para la impotencia, que alegan limpiar las arterias y que curan varios problemas de salud. Desconozco quiénes son los que hacen esto, pero ya se sale de control porque ahora están utilizando fotos de mi familia, específicamente, de mi señora (Jannett Alicea) y mi hija (Ivana Sofía) cuando tenía tres o cuatro meses”, acotó el cardiólogo.

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Además, explicó que la situación ha llegado a su oficina, donde se reciben “entre siete a 10 llamadas diarias” de individuos preguntando por los productos.

“Al menos tres se han comunicado por correo electrónico diciendo que ordenaron el producto, cuyo costo es de $69.99, y, por supuesto, no les había llegado nada”, indicó, quien inicialmente decidió ignorar lo acontecido para ver si los precursores del fraude detenían el esquema, pero el plan no funcionó.

Dispuso que este patrón de fraude inició hace meses y que, aunque no ha recurrido a la Policía de Puerto Rico, sí llamó al Negociado Federal de Investigaciones (FBI) para conocer sus derechos y cómo pudiera proceder una querella.

“Los acercamientos informales han sido con el FBI, pero ahora esto escaló porque, no se trata de mí, se trata de mi familia. Me han dicho que podría ir a DACO (Departamento de Asuntos del Consumidor) o a crímenes cibernéticos de la Policía. Necesito orientarme”, agregó el exsecretario de Salud.

Aprovechó el espacio a través de este diario para hacer hincapié a la ciudadanía en que cualquier fármaco debe ser consultado con un médico especialista y no en redes sociales.

Por favor, el internet no es el sitio para recibir consejos ni tratamiento médico”, aconsejó.

Hace unos meses el médico utilizó las ondas radiales de WKAQ para informar sobre el esquema de fraude, especialmente, preocupado por la gente que pudiera caer en el pescaíto.

“Aprovecho las ondas radiales para decirle al pueblo de Puerto Rico que hay una campaña a través de Facebook para... una campaña totalmente fraudulenta que ya han utilizado, al doctor Fernando Cabanillas, al pasado presidente del Colegio de Médicos, al secretario de Salud inclusive, pero aparentemente con la persona que han tenido éxito en el fraude es con este servidor donde, se alega, primero, que yo estaba vendiendo unos productos relacionados a la impotencia. Segundo, que ahora vendo un producto que acabó con las enfermedades cardíacas”, dijo entonces, en entrevista con Rubén Sánchez.

Mientras, la reportera Luz Nereida Vélez, por medio de sus redes sociales, también aclaró la situación sobre su imagen que fue utilizada de manera ilegal para cometer fraude por medio de un supuesto producto para la disfunción eréctil.

“Han tomado un pedazo de una entrevista y la clonaron, inclusive trataron de imitar mi voz, la cual no es, eso se nota claramente. Aquí lo importante es, primero, no comprar nada de lo que se ofrece, ni he visto ese producto, ni he trabajado en investigación alguna sobre el mismo, ni tampoco en ensayos clínicos que deben llevarse a cabo”, explicó la reportera en sus redes.

Por su parte, la Administración de Drogas y Alimentos en Estados Unidos (FDA) ha sido enfática en orientar a la población sobre las estafas médicas.

Aquí seis consejos que ofrece la FDA que le ayudarán a identificar este tipo de fraudes:

  • Un producto lo hace todo. Sospeche de los productos que afirman curar una amplia gama de enfermedades. La agencia continúa enviando cartas de advertencia y adoptando las medidas de cumplimiento apropiadas contra las empresas que comercializan productos falsos que lo curan todo. Estas curas milagrosas no existen, son falsas, y lo único que estas empresas venden es una falsa esperanza.
  • Testimonios personales de “éxito”. Las historias de éxito, como “Curó mi diabetes” o “Detuvo inmediatamente mi infección por el COVID-19″, son fáciles de inventar y no sustituyen a las pruebas científicas. Las opiniones que se encuentran en los mercados populares en línea y en las redes sociales pueden ser falsas.
  • Soluciones rápidas. Pocas enfermedades o afecciones pueden tratarse de manera rápida, incluso con productos legítimos. Tenga cuidado con frases como, “Pierda 30 libras en 30 días”, “protege de infecciones virales” o “elimina el cáncer de piel en días”.
  • Cura o tratamiento “totalmente natural”. No se deje engañar por descripciones como “cura totalmente natural”. Estas frases se utilizan a menudo en el fraude a la salud para llamar la atención y sugerir que un producto es más seguro que los tratamientos convencionales. Estos términos no significan necesariamente que son seguros. Algunas plantas que se encuentran en la naturaleza (como los hongos venenosos) pueden ser dañinas o incluso mortales cuando se consumen. Además, la FDA ha encontrado numerosos productos promocionados como curas o tratamientos “totalmente naturales” que contienen dosis ocultas y peligrosamente altas de ingredientes en medicamentos recetados u otros ingredientes farmacéuticos activos.
  • “Cura milagrosa”. Sus alarmas deben activarse cuando vea esta afirmación u otras similares, como “nuevo descubrimiento”, “resultados garantizados” o “ingrediente secreto”. Si una cura real para una enfermedad grave fuera aprobada por la FDA, se informaría ampliamente a través de los medios de comunicación y sería prescrita por profesionales de la salud con licencia; no se colocaría en anuncios en las redes sociales y aplicaciones de mensajería, ni se escondería en sitios web, anuncios impresos e infomerciales de televisión.
  • Teorías de conspiración. Afirmaciones como “Esta es la cura que nuestro gobierno o las grandes empresas farmacéuticas no quieren que usted conozca” se utilizan para distraer a los consumidores de las preguntas obvias y de sentido común sobre la supuesta cura milagrosa.