Instituto de Cultura multará a propietaria de viejo edificio en San Juan
Aseguran que retiró dos vidrieras originales.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 6 años.
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El Instituto de Cultura Puertorriqueña (ICP) tiene previsto multar a la propietaria del antiguo edificio del Colegio de Párvulos, clausurado desde el 2010 en el Viejo San Juan, por retirar dos vidrieras originales, acto prohibido según estipula un reglamento de zonas históricas.
Así lo dejaron saber a Efe la arquitecta y directora del Programa de Patrimonio Histórico Edificado del ICP, Carmen Marla López, y el arquitecto y conservacionista del ICP, José Silvestre, por el acto cometido por la comisaria italiana de arte Michelle Pasareli.
"De la evaluación pericial se desprende que violaron la disposiciones legales bajo nuestra jurisdicción. A esos efectos, se emite multa y revocación de endoso", dijeron López y Silvestre.
La situación surgió hace casi un par de semanas, cuando una residente del Viejo San Juan encontró un par de vidrieras de la antigua capilla de alrededor de 80 libras de peso depositados en un basurero.
La vecina se comunicó con la también residente del Viejo San Juan y reconocida activista de la preservación del área histórica, Margarita Gandía, para contarle sobre lo acontecido.
Posteriormente, Gandía se comunicó con López y Silvestre para detallarle la situación, a lo que entonces éstos acudieron al lugar.
"Cuando vimos la noticia, nos sorprendimos. Rápido reaccionamos y nos asomamos", dijo López, quien indicó que cuando Pasareli le presentó el proyecto al ICP, Silvestre acudió al edificio y se le notificó a la comisaria "sobre lo que pueden o no pueden" hacerle al antiguo colegio.
"En ningún momento indica que no se iban a remover los vitrales. Ahora exigimos que se restituya", enfatizó López.
La arquitecta contó que los propios vecinos del Viejo San Juan alertaron al ICP que los obreros que reconstruyen el antiguo colegio, retiraron las ventanas de madera -una de las piezas que caracterizan a los edificios de la zona turística- por aluminio, "lo que no es costumbre hacer".
López explicó que cada vez que alguna persona adquiere una propiedad en el Viejo San Juan y propone reconstruirla, es requisito del ICP acudir a la misma, hacer una visita ocular del edificio "y fiscalizar los trabajos con la menor cantidad de mutilación y que se respete su característica histórica".
"Es importante señalar que en el edificio hubo restauraciones de obras originales, como pisos de mármol, unas puertas originales del siglo 19, otros ajustes en el diseño, pero eso no quita que hubo otras obras negativas", agregó Silvestre a Efe.
Silvestre dijo además que el plano original de la restauración del edificio establece que las piezas originales permanecían, al igual que el hueco donde ubicaban los vitrales, pero las obras no se respetaron.
Gandía, a su vez, alegó a Efe que desde el primer día de la reconstrucción, le reclamó al ICP que inspeccionaran el edificio.
"No estamos hablando de cualquier casa. El fin es hacer un llamado al ICP que esa es su obligación de velar por el patrimonio. No es si haya colegio o no, pero hay que respetar los elementos arquitectónicos", dijo.
López, por otra parte, agregó que el problema principal del porqué ocurren estos desenlaces en estas reconstrucciones en el Viejo San Juan es por la falta de inspecciones en los edificios.
"Tiene que haber una buena comunicación entre la Oficina de Gerencia de Permisos y el ICP. Lo otro es educar. Nuestro deber es educar, alertarles e informarles sobre lo que tienen. Desde el 2016 hemos estado llevando a cabo talleres sobre esto", indicó.
"Todos tenemos que unirnos para proteger y rescatar el patrimonio. Si nos movemos a ese mismo norte, seremos más efectivos", dijo.
Añadió que otro problema es que los obreros que trabajan en la zona histórica, no tienen la educación o experiencia en zonas similares.
"Por eso vemos este tipo de mutilación, demoliciones sin justificación. Queremos que esa autenticidad se conozca y se preserve", enfatizó.
La construcción de la estructura donde ubicó el Colegio de Párvulos, comenzó en 1861, gracias a la iniciativa del obispo de la diócesis de San Juan, fray Benigno Carrión de Málaga.
El obispo adquirió dos casas viejas de mampostería, de estilo colonial sencillo, en la Calle San Sebastián y las donó para que se utilizaran como colegio.
La construcción del edificio, llamado oficialmente Colegio de Párvulos del Corazón de María, se finalizó en noviembre de 1865.