La comunidad de Culebra se encuentra preocupada por el posible efecto que pueda tener un proyecto de impacto ambiental que usaría esa isla municipio como base para transportar un potente veneno contra roedores a ser dispersado en un cayo cercano a la vecina isla de St. Thomas, en el territorio de las Islas Vírgenes Estadounidenses.

De acuerdo con la información provista en una comunicación suscrita por Mary Ann Lucking, directora de la organización CORALations, y la líder comunitaria Lourdes Feliciano, este proyecto, que al momento estaría “pospuesto”, usaría un terreno privado en un área costera ecológicamente sensible, cerca de la playa Zoni, desde el cual un helicóptero cargaría el rodenticida para entonces arrojarlo sobre Cayo Savana, o Isla Savana, un pequeño islote deshabitado a unas 3 millas al oeste de St. Thomas.

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Este proyecto, que involucra de alguna manera al Departamento de Agricultura federal (USDA, en inglés) y al Servicio Federal de Pesca y Vida Silvestre (USFWS, en inglés), buscaría erradicar la población de ratas introducidas en ese cayo, para luego reintroducir allí ejemplares criados en cautiverio de la boa de Islas Vírgenes (Epicrates monensis granti), una especie de reptil que está amenazada de extinción.

“Todavía no sabemos con seguridad cuál terreno en el área de playa Zoni es el que se va a utilizar como base de operaciones para el helicóptero. Sin embargo, la gente en la comunidad se ha acercado y nos ha dicho que saben cuál es el terreno, y que el contenedor (con el rodenticida) ya está allí. Así que entendemos que el contenedor está allí, aunque no tenemos confirmación de ninguna de las agencias, a pesar de las comunicaciones que les enviamos”, indicó Lucking, agregando que hay preocupación en la comunidad por la alegada presencia de ese veneno allí, y que la gente no quiere que se lleve a cabo tal proyecto.

“La única agencia que nos ha respondido fue el Servicio de Pesca y Vida Silvestre, y nos dijo que lo que tienen entendido es que el proyecto fue pospuesto, y que el plan debería revisarse ahora que se anunció a Culebra como base de operaciones para el helicóptero”, agregó la ambientalista.

“Nos preocupa que ese lenguaje no es definitivo. Dicen que entienden que el proyecto está pospuesto y que el plan se debe revisar. Yo lo que entiendo es que, según la ley, necesitan una Declaración de Impacto Ambiental, que conllevaría una participación activa del público”, afirmó.

Una rata hembra puede parir cinco veces al año y en cada camada tener hasta 14 crías. (GFR Media)
Una rata hembra puede parir cinco veces al año y en cada camada tener hasta 14 crías. (GFR Media)

Destacó que este proyecto, que cruza la frontera de dos territorios y varias áreas designadas hábitats críticos, en su Evaluación Ambiental, “que no la encontramos en el registro federal, pero sí la encontramos en los portales de USDA y APHIS (Servicio de Inspección Sanitaria de Animales y Plantas), dice que anticipan que ocurra envenenamiento secundario, que es un impacto acumulativo”.

“Eso significa que requiere una Declaración de Impacto Ambiental lo más abarcadora posible. Y aquí en Culebra no se ha consultado nada con la gente”, reiteró.

Sin embargo, esa Evaluación Ambiental en el portal de USDA indica que se emitió una “Determinación de No Impacto Significativo”, lo que supone que el proyecto ya fue aprobado por las agencias correspondientes, a pesar de que “no se hizo ninguna notificación formal ni referencia alguna al involucramiento de Culebra”.

Por otro lado, en la denuncia también se cita una conversación con la Administración Federal de Aviación (FAA, en inglés) en San Juan, que indica que las actividades en el terreno cerca de playa Zoni incluirían “almacenamiento del rodenticida, carga del rodenticida, aterrizajes y despegues, y descontaminación de equipos”, actividades todas que conllevan el potencial de derrame y dispersión de ese veneno.

Asimismo, los residentes de Culebra han escuchado que el proyecto estaría buscando “un camión de combustible para abastecer el helicóptero en el lote”, otra actividad que también supone el potencial de un derrame y posterior contaminación.

Lucking recordó que este tipo de proyecto de eliminación de roedores en un cayo para introducir especies, en este caso un reptil, ya se ha tratado antes en esta zona geográfica, y, en el caso particular de Cayo Ratones, al oeste de Puerto Rico, “terminó siendo un fracaso”, y se perdieron todas las serpientes que se reintrodujeron y las que llegaron a reproducirse allí. Agregó que tal información sobre el fallido proyecto en Cayo Ratones se puede encontrar en los comentarios públicos relacionados al proceso que llevó a cabo hace un par de años el USFWS en busca de mover la boa de Islas Vírgenes de la categoría de “en peligro de extinción” a la de “amenazada”.

Se ha “hecho todo como es”

El alcalde de Culebra, Edilberto Romero Llovet, por su parte, aseguró a este diario que toda la operación se ha “hecho todo como es” y que las autoridades federales mantienen constante comunicación con su administración.

Romero Llovet informó que todavía el veneno no ha sido transportado hacia la isla municipio, por las condiciones climatológicas y el viento fuerte, y que una vez estén preparados para hacerlo informará a la comunidad a través de las redes sociales y una guagua de sonido.

“Ellos se han comunicado conmigo y han hecho todo como es. USDA, US Fish and Wildlife Service… El plan es ‘safety first’; no hay ningún tipo de daño”, reiteró el alcalde.

Edilberto Romero, alcalde de Culebra
Edilberto Romero, alcalde de Culebra (Ram—n "Tonito" Zayas)

“Ellos me enseñaron los planes. Lo hicieron en Desecheo, no hubo situación, no hubo ningún ‘issue’”, añadió.

Confirmó que el contenedor está en una finca privada en el área de Playa Zoni y que habló con el vecino más cercano para disipar dudas; “y la persona está tranquila”.

La operación, según expresó, no representa ningún beneficio económico para el municipio.

“Son bien poquitas las personas que se han quejado acá en Culebra. Son personas que se oponen a todo. Siempre pienso que esas personas viven de las propuestas federales. Para mí, lo primordial es la isla y que no se afecte en nada”, manifestó el alcalde.

¿Cuál es el veneno?

Lucking expresó preocupación por el rodenticida a usarse, que se cree es brodifacoum, un veneno anticoagulante sumamente letal, que puede producir, y se anticipa que produciría, envenenamiento secundario en animales depredadores y carroñeros de Savana, incluyendo algunas aves migratorias protegidas por ley.

Ese veneno es, además, persistente en el ambiente y tiene el potencial de dispersarse en las aguas circundantes o ser arrastrado por aguas de lluvias y terminar en el mar afectando corales, organismos que se encuentran bastante afectados por el fenómeno de blanqueamiento, así como otra vida marina, incluyendo a tortugas en peligro de extinción que anidan en ese islote y en Culebra, donde se estaría almacenando.

Ante ese potencial peligro de salud pública, y la posibilidad de contaminación marina, alertó que el proyecto debería, además, considerar medidas tanto en Culebra como en Savana, tales como la implementación de zonas de seguridad durante la aplicación, control de acceso al área de preparación y carga del veneno, así como posibles cierres de pesca en las aguas alrededor del cayo.

“Hay que recordar que la Humane Society ha expresado que esto (el uso de ese veneno) no es una manera humanitaria de deshacerse de un animal. Es un anticoagulante de segunda generación, que se puede absorber a través de la piel, se puede quedar en los tejidos. Así que, vamos a verlo de esta manera… esas serpientes (que van a introducir) comen Anolis, esos pequeños lagartijos, y digamos que esos lagartijos en la isla reciben una dosis subletal y están aún vivos, van a concentrar ese rodenticida en sus hígados, y las serpientes se van a comer eso”, evaluó la ambientalista, agregando que la persistencia del veneno en el ambiente, que es de por lo menos dos semanas, depende de un sinnúmero de factores como el tipo de suelo, la fauna microbiana, así como la lluvia “que es algo que no pueden controlar”.

Nosotros queremos saber cuál es el lote que se va a usar. Queremos confirmación de parte de las agencias en cuanto al estatus del proyecto, porque solo tenemos esa notificación de USFWS que dice que ‘entienden que está pospuesto’. ¿Qué significa eso para nosotros?”, insistió Lucking, agregando que CORALations está de acuerdo con el USFWS en que el USDA debe reconsiderar su Evaluación Ambiental y preparar una más abarcadora Declaración de Impacto Ambiental.

Agregó que la comunidad también se pregunta por qué se quiere usar un terreno de Culebra, que está mucho más distante de Cayo Savana, a 12 millas, en lugar de uno en St. Thomas.

“Además, pedimos que, si el nuevo contenedor observado en el lote sospechoso sobre Playa Zoni está almacenando rodenticida, sea retirado de inmediato”, afirmó.