Alrededor del 30% de la población infantil experimenta trastornos de ansiedad, una cifra que, según los expertos de la salud, se ha disparado con eventos traumáticos como el huracán María y la pandemia.

De igual modo, las más recientes estadísticas compartidas por el Hospital San Juan Capestrano reflejan dobles dígitos de incidencias de otros trastornos de salud mental como depresión mayor y déficit de atención e hiperactividad.

Por ello, ese centro salud celebró este martes con especial entusiasmo la inauguración de la de la nueva Unidad Residencial “Flor es Ser”, dirigida a niños entre 6 y 12 años, y que además es la única unidad especializada en Puerto Rico que ofrece hospitalización aguda y cuidado residencial para esa población vulnerable.

Relacionadas

La directora ejecutiva del Hospital, Marta Rivera Plaza, aseguró que todo el equipo de la institución están “muy orgullosos” de abrir esta nueva unidad y ofrecer los servicios, pues “no es solo un logro institucional, es un acto de responsabilidad social, de amor y de esperanza hacia los niños y familias de nuestra Isla”.

De acuerdo con Rivera Plaza, el nombre de la unidad “simboliza la capacidad de cada menor de crecer, sanar y florecer cuando se le provee un entorno favorable y comprensivo”.

“Hoy celebramos una nueva etapa para nuestro hospital. Nuestro mensaje es claro: ningún niño debe quedarse sin la ayuda que merece. Aquí encontrarán un espacio seguro, humano y adaptado a sus necesidades únicas”, afirmó Rivera Plaza.

El director médico de la unidad, el doctor Ángel Pagán indicó que “uno de cada cinco menores enfrenta una condición de salud mental” y “muchos de ellos han sido impactados por eventos traumáticos”, como el huracán María y la pandemia, o por situaciones de “abuso, acoso escolar, negligencia, problemas de autoestima y aceptación”, entre otras.

“Pero más allá de los números, están las historias, las miradas, y la necesidad genuina que hay en estos niños de recibir tratamiento”, agregó.

Calificó la unidad de “un compromiso tangible” con “las familias, con la comunidad y sobre todo con nuestros pacientes”, que “nace para responder a la realidad que enfrentan muchos de nuestros niños: ansiedad, depresión y la necesidad urgente de un espacio seguro para florecer”.

El siquiatra especializado en niños y adolescentes afirmó estar “profundamente orgulloso de ser parte de este equipo”, agregando que “no solo va a bregar con estigmas, sino que también vamos a abrir puertas de sanación”.

La nueva unidad, además de sus especialistas médicos, también cuenta trabajadores sociales, personal de enfermería especializado, terapeutas ocupacionales, maestros y educadores.

Ofrecerá dos nuevos servicios, residencial y agudo, que incluyen:

-Hospitalización aguda para niños de 6 a 12 años.

-Residencial para niños de 6 a 12 años en colaboración con el Departamento de la Familia.

-Terapias individuales, grupales y familiares.

-Evaluación psiquiátrica especializada.

-Programas educativos y recreativos adaptados a la edad.

El doctor Pagán abundó que la unidad tiene “unos criterios de inclusión” y quienes sean aceptados allí no pueden tener problemas delictivos o problemas de discapacidad intelectual severo. Explicó que, como parte del servicio del programa residencial, “los niños van a estar en espacio de seis meses a un año. O sea que ellos van a estar aquí con nosotros viviendo”. Agregó que la mayoría de los niños que esperan servir, “por el momento”, están bajo custodia del Departamento de la Familia (DF), que han sido removidos des sus hogares por diferentes situaciones. En la unidad intrahospitalaria aguda sí recibirán a niños de la comunidad en general, incluyendo algunos que puedan llegar también bajo custodia del DF.

Según se indicó, la unidad Flor es Ser ha sido diseñada pensando en el bienestar integral de cada niño y, entre otros aspectos, se distingue por sus elementos artísticos, entre ellos sus paredes decoradas con murales originales de la artista plástica Isadora Otaño.

Estadísticas alarmantes

De acuerdo con las estadísticas presentadas por la institución, el 18% de los menores presentan alguna condición de salud mental diagnosticada; cerca del 16% reporta síntomas de déficit de atención e hiperactividad (TDAH); 13% sufre de depresión mayor; 8% ha expresado en algún momento ideación suicida; 7% presentan síntomas clínicos de PTSD (síndrome de estrés post traumático) tras el huracán María; hay un aumento de ansiedad infantil del 12% al 30% ligado al proceso de postpandemia; y un dato muy alarmante es que se han registrado 73 suicidios de menores de 9 a 20 años en la última década en la Isla.

Tan solo el año pasado 2024, en el Hospital San Juan Capestrano, se admitieron 6,509 pacientes, de los cuales 811 (13%) eran adolescentes. Los diagnósticos más comunes en adolescentes son: depresión mayor severa (395 casos, 48%); trastorno explosivo intermitente (281 casos; 35%); y ansiedad generalizada (31 casos, 4%).

Cuestionado sobre si la nueva unidad sería suficiente, tomando en cuenta esas cifras, y la evidente necesidad de servicios de salud mental para esa población infantil y juvenil, el doctor Pagán respondió que “vamos a pensar que esto es el inicio de un proyecto que vemos como un proyecto a largo plazo”.

Nosotros queremos empezar por algo, y este es nuestro plan piloto. Una vez veamos cómo nos va, cómo vamos recibiendo a estos niños y el impacto que estamos teniendo en ellos, pues vamos entonces pensando en nuevamente expandir. Pero nuestro enfoque inicial es empezar a trabajar con estos niños que tienen estas necesidades y no están siendo atendidos al momento”, comentó.

Pagán aprovechó para hacer un llamado a la comunidad en general a que no caigan en las conductas de perpetuar el estigma que existe sobre la salud mental y los tratamientos psiquiátricos y, en cambio, entiendan que “la salud mental es algo serio, es algo que afecta grandemente y causa un problema de funcionamiento, y no es hasta que muchas veces llegamos a un nivel de severidad mayor (que buscan ayuda), donde a veces es más difícil tratar, que la prognosis, el futuro, va a ser mucho más difícil mejorar”.

“Así que el mensaje estamos tratando de enviar a todos esos padres, a todos esos familiares, que una vez identifiquen riesgos en sus niños, identifiquen problemas, dificultades, que la escuela le esté diciendo un mensaje, mira, veo a tu niño o tu niña de una forma diferente, no la veo con su comportamiento igual como lo tenía antes, es bien importante buscar ayuda”, exhortó.

El doctor mencionó que, entre las conductas principales que deben servir de alerta para buscar ayuda están, “el aislamiento, cambios en conducta en la escuela, cambios en sus notas, problemas en socialización, si vemos un niño o una niña más retraída, o quizás más impulsiva, todo el tiempo enojado, todo el tiempo irritable”.

En el caso de los niños, aclaró, “la depresión no se manifiesta igual que en los adultos, y casi siempre es con irritabilidad, es el niño que ven casi siempre como malcriado, amargado. Pero estos son cambios sutiles que van pasando y se van aumentando a medida que va pasando el tiempo. Y hay que buscar ayuda inmediatamente para que el problema no se convierta en algo mayor”.