Aibonito. El cachorrito Seúl, cuyos ojitos azules, carita arrugada y besitos mojados le derriten el corazón a cualquiera, nunca tendrá que enfrentar las vicisitudes de ser abandonado y sufrir en la calle.

Y es que una vez nació fue recibido con los brazos abiertos en la Escuela Montessori Segunda Unidad Pasto, en Aibonito, donde se inauguró oficialmente esta semana un proyecto para el cuido de animales abandonados y su futura adopción.

En una actividad bajo carpa, que contó con la presencia de la vicealcaldesa Sandra Rivera, Tania Morales, ayudante subsecretaria de asuntos académicos del Departamento de Educación, y entidades sin fines de lucro, los alumnos dieron a conocer el proyecto, vestidos con camisas púrpuras en alusión a la conmemoración del Día De Violeta Por Ellos, símbolo para expresar el repudio hacia el maltrato animal.

Una estudiante acariciando a Seúl.
Una estudiante acariciando a Seúl. (Carlos Giusti/Staff)

Este proyecto comenzó con la consternación de la comunidad escolar al observar a perros realengos por los predios del plantel. Con el fin de darles una buena calidad de vida, empezaron a recogerlos, vacunarlos, esterilizarlos y, finalmente, buscarles un hogar, amparados por el programa Estudiantes Promotores del Bienestar Animal, del Departamento de Educación. y el Club No Al Maltrato Animal (NAMA).

Los perros, sin embargo, entraban y salían del plantel, aunque no vivían en los terrenos de la escuela.

“El peligro era que antes, al no tener el espacio, después que se nos iban por ahí por la calle y todos los días llegábamos (preocupados y preguntándonos) ‘ay, ¿estarán bien? ¿No les pasó nada?’. Al tener ahora este espacio, ahora podemos tener (los perritos) seguros en las tardes”, recordó Meliana Edith Canino Santos, guía Montessori del Taller 2 Roble, mientras acariciaba a Seúl.

Lunita empuja el proyecto

Todo cambió cuando conocieron a la perrita rubia Lunita en agosto de 2024, que estaba a dos meses de dar a luz. A ella la mantuvieron dentro de la propiedad de la escuela para brindarle cuidado continuo.

Lunita, así como sus cinco cachorritos, fue adoptada por familias de la misma escuela.

“Al Lunita estar embarazada, nos dimos a la tarea de cuidarla durante esos dos meses hasta que tuvo los bebés. Dijimos ¿qué hacemos ahora con ella? ¿Qué hacemos ahora con los perritos?’”, rememoró Canino Santos.

La comunidad de la Escuela Montessori Segunda Unidad Pasto, en Aibonito, se ha dado a la tarea de cuidar a perros realengos, para su futura adopción.

Desde esa experiencia vivida, Canino Santos insistió en la ayuda del programa Estudiantes Promotores del Bienestar Animal, originalmente dirigido a maestros de salud, para hacer realidad el programa que asistiría a los animales.

Ha continuado el esfuerzo por el bienestar animal, específicamente con Atenas, la mamá de Seúl, que fue rescatada por personal de la escuela luego de que dio a luz.

Hoy día, gracias a las donaciones de Rooms To Go, se ha cercado un área donde ocho perros están bajo el cuidado de la comunidad escolar: Atenas, Apolo y seis cachorritos, que incluye a Seúl y sus cinco hermanitos, que serán adoptados por la entidad One At A Time Rescue para conseguirles un hogar en los Estados Unidos.

Son los estudiantes quienes, sin esperar nada a cambio, cuidan y asean a los perros.

Según aseguró Canino Santos, todos los días, antes de las 7:30 a.m., ya han limpiado el área y alimentado a los canes.

“Los niños dan más de lo que uno espera”, aseguró Canino Santos.

“Ellos están bien al pendiente. Honestamente, la gente dirá ‘¿se pasa mucho trabajo?’ Pues sí, paso trabajo, obviamente, pero el apoyo de ellos, la responsabilidad que estamos desarrollando en ellos, esa conciencia de que no importa que el perrito sea de la calle, ellos lo abrazan, se arrastran con ellos en el piso. De verdad es que es bien bonito ver”, continuó.

La guía Montessori del Taller 2 Roble, Meliana Edith Canino Santos, y Seúl.
La guía Montessori del Taller 2 Roble, Meliana Edith Canino Santos, y Seúl. (Carlos Giusti/Staff)

Uno de estos jóvenes es Yenuel Enrique Colón Mercado, quien cursa el quinto grado. Acorde a lo que expresó a Primera Hora, disfruta de esta responsabilidad, ya que los perros “son amorosos”.

A raíz de lo que ha aprendido, el alumno de 11 años, y quien en su hogar cuida de dos conejitos, exhortó a sus compañeros y a la población en general a que “cuando vean un perrito en la calle (u) otro animal, que los rescaten, los adopten o les den fóster”.

Ya estos niños han visitado otras escuelas y han brindado talleres orientando al bienestar animal.

“Es un proyecto hermoso, porque no solamente impacta a los niños de mi ambiente, ellos a su vez que están aprendiendo, están educando también a esta escuela y ya hemos visitado a otras escuelas (en talleres contra el maltrato animal)’. Así que, estamos ya dando la voz más allá”, aseguró la docente.

¿Puedo ayudar?

Quizás lo más importante en la agenda es conseguirles un hogar permanente para Apolo y Atenas.

Más en el ínterin, siempre será bienvenidas las donaciones de “pads” de entrenamiento, comida y productos de aseo para los animalitos. Empero, urge hacer una zanja para evitar que la jaulita que los alberga se inunde con el agua de lluvia.

Para esto, se puede comunicar al 787-397-2720 o el correo electrónico de125870@miescuela.pr.

También, puede enviar un mensaje en las redes sociales de Facebook (@Estudiantes Promotores Del Bienestar Animal) o Instagram (@sac_puertorico).

Más conciencia

Estos esfuerzos son los pasos hacia un futuro sin maltrato hacia los animales, confió Yolanda Álvarez, presidente de la Federación Protectora de Animales (FEPA) y propulsora de la Ley 154 (Ley para el Bienestar y la Protección de los Animales) en el 2008.

Pese a su ahínco, aún falta camino para recorrer con el fin de erradicar este mal social, admitió. Tan reciente como este martes, ocho perros fueron abandonados, sin agua o comida, en una residencia del sector Ballajá en el barrio Miraflores de Arecibo.

“Quisiera ser un poco más optimista, pero realmente no. Cuando se promulgó la ley en el 2008, vimos un cambio extraordinario, las personas estaban dispuestas a presentar querellas, los policías, los fiscales, los jueces; empezó un proceso de encausar a la persona y luego empezamos a declinar, la implementación de la ley se puso más laxo”, lamentó al mencionar que la situación de animales abandonados se ha exacerbado tras el paso del huracán María (2017) y la pandemia del COVID-19 (2020).

Yolanda Álvarez, presidente de la Federación Protectora de Animales (FEPA) y propulsora de la Ley 154.
Yolanda Álvarez, presidente de la Federación Protectora de Animales (FEPA) y propulsora de la Ley 154. (Carlos Giusti/Staff)

No obstante, aseguró que la educación es la clave para cambiar el rumbo de la historia, máxime porque los niños ya “son empáticos naturalmente”.

“Si nosotros podemos emular en cada uno de nuestros planteles escolares actividades como estas, o el mismo proyecto que están implementando aquí en Aibonito, les puedo asegurar que se desarrolla una sociedad de empatía, una sociedad de paz, empezamos a reducir la cantidad de animales en nuestras calles y todo repercute, porque estos niños, seguramente, van a ser hombres y mujeres de bien”, estimó.

Por ende, ha propuesto a senadores y a representantes la posibilidad de un proyecto de ley que se enfoque en la esterilización de perros realengos. Aseguró que, afortunadamente, los legisladores de este cuatrienio se han mostrado interesados en acoger el mismo.

“Hay mucha necesidad de crear diferentes iniciativas. No hay una sola cosa que lo va a salvar”, dijo.

“Ya es obvio, el problema es obvio. No podemos invisibilizar a nuestros animalitos. Están en las calles. Necesitan de nuestra ayuda”, puntualizó.