Impresionantes las aventuras del “Capitán Pelícano”
El abogado Roberto Rafols ha transformado su conexión con estas aves marinas en una experiencia turística y educativa para la protección de la especie.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 2 años.
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Aguadilla. Quien llega a la playa Rompeolas de Aguadilla para hacer un recorrido en yola con Roberto Rafols, conocido como Capitán Pelícano, no imagina la magnitud de la experiencia que está a punto de presenciar, acompañado de un abogado de profesión transformado en intérprete de la naturaleza.
Así comienzan las “Aventuras del Capitán Pelícano”, que recibe a sus visitantes con la historia de la yola aguadillana y, de inmediato, al soplar la caracola, se avista el primer pelícano pardo que acude a su llamamiento y se aposta en la humilde embarcación que identifica a los pescadores de la zona.
“¡Top, top, top, top!”
De esa manera, el pintoresco capitán de 45 años se comunica con la impresionante ave marina de color marrón grisáceo, característica por su largo pico y una enorme bolsa en el cuello, a las cuales ha bautizado con distintos nombres, entre estos, Felipe, Hope, Princess y Peace.
“Buenos días, Felipe, ¿cómo estás?”, verbalizó Rafols al saludar a su plumífero amigo, mientras explicó que, “aquí pueden llegar 30 pelícanos. Hay diferentes tribus, más adelante está Hope. Así llegan varias familias de pelícanos, cada uno con su nombre y su personalidad”.
Al timón se encuentra Rafael Rivera Blondet, alias capitán Wood, quien dirige la nave por la bahía de la aguada hasta llegar a la primera parada. Se trata de una interesante formación rocosa de donde sobresale la figura de un jaguar tallado en piedra, rodeado de colosales árboles, principalmente el flamboyán.
“Aquí está el hábitat del pelícano que forma parte de la familia ‘brown pelicans’ o pelícano pardo. Viven en Centroamérica, el Caribe y llegan hasta Estados Unidos. Ellos ponen de uno a tres huevitos, pero últimamente solo un huevito se le está dando y la razón es que el microplástico en los océanos está afectando las sardinas”, resaltó.
“¡Top, top, top, top!”
Así el Capitán Pelícano sigue llamando a esta especie, que en Puerto Rico se encuentra en peligro de extinción. Sin embargo, la conexión con este hombre parece ser más fuerte a medida que pasa el tiempo.
“En ese camino de la vida, me crié con un señor que le decían Harry ‘The Pelican Whisperer’, que quiso compartir con los pelícanos y comenzó esa relación. Nosotros lo admirábamos, era nuestro maestro, pero muere y deja ese legado. De momento, rescaté un pelícano a sus tres meses que estaba enredado con hilo de pescar y cautivó nuestros corazones, nunca se separó de mí”, relató Rafols, quien se crió en la comunidad de Crash Boat.
No obstante, su primer pelícano llegó con una herida enorme en el saco y para salvarlo, lo llevó al Centro de Conservación de Manatíes en Bayamón. Pero el ave se escapó.
“Empecé con todo mi corazón a hacer un llamado y empezaron a compartir el video y en un periodo de seis meses, Felipe regresó, encontró el camino de vuelta a casa. Así nació esta conexión increíble con nuestros pelícanos. Pero todo ha sido con el tiempo, con el día a día, con amor”, destacó al explicar la respuesta de esta especie que llega al escuchar su voz.
“Ellos tienen hambre, pero ahora todo el mundo quiere venir a pescar. Los pescadores nuevos quieren coger todas las sardinas y no las comparten con los pelícanos y por eso se están muriendo de hambre. Por eso yo no les doy sardinas, sino que se las devuelvo”, lamentó al compartir este pez con los pelícanos que, según llegaban comían y luego se quedaban jugando y contemplando a su capitán.
Frente a la formación rocosa llamada la “Cara del jaguar”, Rafols interrumpió su relato para dar paso a la ceremonia del pelícano, un ritual que realiza en cada recorrido para honrar a la especie y agradecer al cielo por las bondades recibidas.
Allí sacó varias caracolas para que cada visitante soplara al unísono como tributo a la madre naturaleza.
“El pelícano pardo está en peligro de extinción en nuestra isla debido a que el huracán María también afectó la especie y la rebajó a un 50% y los desarrollos aledaños a su hábitat, ha hecho que merme la especie. Soy como un cuidador de la especie y de su hábitat”, insistió.
¿Por qué dejó su profesión de abogado para convertirse en defensor de estas aves?
“Solía ser abogado, hace 20 años me gradué y hace 13 años que decidí que no era mi curso de vida. Pensé en seguir mi pasión a ver a dónde la vida me llevaba y comencé a dar clases de surfing. Fui el primer puertorriqueño en entrar a las aulas para enseñar el deporte del surfing y de ahí, la vida me puso en el camino de los niños autistas y comencé a dar terapias en el mar”, relató.
“Cuando mi papá muere, lo único que me deja de herencia es una yola aguadillana. Yo la usaba para dar este paseo y, poco a poco, fui haciendo esta actividad y las personas que me visitaban quedaban enamoradas y me preguntaban por qué no comenzaba a dar los paseos hablando de la historia de mi pueblo”, agregó.
Sin embargo, “jamás pensé que los pelícanos me iban a tocar en la vida”.
“Actualmente, estamos proponiendo crear la Reserva Nacional del Pelícano Pardo en nuestra bahía y así proteger su hábitat, donde ellos anidan. También queremos que se declare la Reserva Marina de Crash Boat para preservar el agua que es donde ellos pasan su mayor tiempo, porque estamos recibiendo una serie de descargas en nuestra bahía con contaminantes”, argumentó.
El Capitán Pelícano cuenta con varias aventuras de aproximadamente tres horas, cada una, que además le llevará a cuevas, playas y toda la belleza natural aguadillana.
Para más detalles: Crash Boat Experiences en Facebook e Instagram o El Capitán Pelícano en Facebook.