Impacto comunitario para los más vulnerables en Las Marías
Plenitud PR tiene como misión crear una cultura de sustentabilidad en el que se garantice y promueva la seguridad alimentaria, la recolección de agua y el desarrollo de viviendas seguras.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 2 años.
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El impacto de un fenómeno como el huracán Fiona -tal como ocurrió con Irma y María en el 2017- resulta devastador para una comunidad como el barrio Alto Sano, en Las Marías, el cual lleva décadas cargando con otras desventajas como la pobreza y el agravante de que una cuarta parte de su población está compuesta por personas de 65 años o más.
Cierre los ojos e imagínelo por un momento: un anciano o anciana con condiciones de salud preexistentes, sin compañía en su hogar, emocionalmente afectado por la furia de una tormenta que, probablemente, hará daños a su hogar y que en cuestión de horas lo dejará desprovisto de servicios esenciales como agua y luz. Imagine que esa persona vive en un área remota de Las Marías, un pueblo montañoso ubicado al suroeste de Puerto Rico que en su ruta más corta queda a 131.4 kilómetros de la capital; lo equivalente a unas dos horas y 10 minutos en auto.
¿Difícil verdad? Pero, la ventaja que tienen los residentes de este humilde barrio es que una treintena de sus jóvenes adultos se unieron para crear un hermoso proyecto al que llamaron Plenitud PR, una organización sin fines de lucro que tiene como misión crear una cultura de sustentabilidad con la que se garantice y promueva la seguridad alimentaria, la recolección de agua y el desarrollo de viviendas seguras, particularmente, para los más viejos.
Aunque el proyecto nació hace par de años, ha tomado en estos días casi las mismas fuerzas de Fiona para volcar sus ayudas a la gente del barrio, especialmente a los damnificados y a los adultos mayores a través del programa Amo Mis Abus, dirigido a alimentar a los abuelitos y abuelitas del sector.
En entrevista con Primera Hora, la codirectora de Plenitud, Paula Paoli Garrido, explicó que Amo Mis Abus ha tomado un rol protagónico para proveer comida caliente y suministros, de manera consistente, a unos 100 adultos que dependen de esta ayuda para su sustento diario, ya que en su mayoría viven solos y están sin servicios básicos de electricidad y agua potable.
“El huracán Fiona dejó efectos devastadores para la comunidad y los agricultores de Las Marías. Dentro de esta realidad, activamos todos los esfuerzos que tenemos disponibles para ayudar a los damnificados y nuestra población de “Abus”, adultos mayores. Nos encontramos en un proceso de censo y mapeo de la comunidad para reconocer sus necesidades puntuales. Además, estamos recaudando fondos para obtener e instalar cisternas de agua de lluvia para los más vulnerables que aún carecen de los servicios esenciales”, agregó al explicar que se estableció una cocina social en su centro comunitario La Cancha Sana. Este espacio es uno resiliente pues cuenta con cisternas de agua de lluvia y energía solar. Próximamente, con ayudas de otras organizaciones sin fines de lucro, instalarán lavadoras comunitarias.
Manifestó que muchas de las comidas se están preparando con las cosechas que pudieron rescatar los agricultores del área, a quienes les compran los productos.
De hecho, parte de la respuesta inmediata cuando los vientos y torrenciales lluvias asociadas a Fiona se alejaban de la Isla fue abrir caminos, remover escombros y dar apoyo a las sobre 20 familias que vieron afectadas sus viviendas por la tormenta.
Además, se metieron a las fincas de los agricultores para ayudarlos en el proceso de limpieza.
Paoli Garrido explicó que los agricultores de Las Marías, cuyo aporte es crucial para la soberanía alimentaria de la zona, recibieron un duro golpe económico al perder la mayoría de sus cosechas por las lluvias, fuertes vientos y derrumbes.
“Los especialistas en agricultura y bioconstrucción de Plenitud PR se encuentran activos junto a los trabajadores de la tierra para recoger cosecha, limpiar sus fincas, recaudando fondos para apoyarlos en su recuperación y en la distribución de pachulí o vetiver, planta que por sus sistemas de raíces profundas amarra el terreno y ayuda a prevenir más derrumbes”, precisó.
Entre los próximos pasos de Plenitud está también recaudar fondos para colocar cisternas a algunas viviendas, especialmente a la de los viejitos y viejitas, a quienes se les dificulta movilizarse a las zonas de oasis durante las emergencias.
“Estamos a manos llenas. Nuestra gente necesita ayuda. Los voluntarios están en la calle, pero no es suficiente. Le hacemos un llamado para que nos ayuden a ayudar. Nos encontramos recaudando fondos para todas las iniciativas que tenemos activas para nuestra población más vulnerable” añadió la líder comunitaria.
¿Por qué en Las Marías?
Paoli Garrido explicó que, además de querer trabajar un proyecto que impacte directamente a su comunidad, hay datos oficiales que corroboran las precariedades que existen en Las Marías, y que lo diferencian de otros municipios.
Por ejemplo, mencionó que según la Oficina del Censo de los Estados Unidos (2020), el pueblo tuvo una población de 8,874. De estos, el 21.8%, o sea más de una cuarta parte, son personas de 65 años o más.
“Estos datos también mostraron que el 50.6% de la población de individuos de 18 años o más está debajo del nivel de pobreza y el ingreso per cápita para el 2019 fue de $7,585. Además, datos de indicadores socioeconómicos publicados por la Oficina del Contralor de Puerto Rico, informaron que según el Departamento del Trabajo y Recursos Humanos la tasa de desempleo en este municipio para el 2020 fue de 11.0%”, agregó.
A este escenario se suma que datos del Departamento de Salud confirman que Las Marías es el cuarto municipio con la tasa de mortalidad más alta por diabetes, una enfermedad catalogada como la tercera causa de muerte en la Isla.
“Las Marías es un área rural, pero es un pueblo de gente bien linda. Sin embargo, está esa realidad marcada de desigualdad económica. Hay mucha necesidad y gran parte de las ayudas no llegan a esta región. Así que encontramos un nicho y queremos ayudar a nuestra comunidad”, destacó al mencionar que a los niños también se les impacta con visitas a todas las escuelas públicas en los que se les orienta sobre la seguridad alimentaria, la creación de huertos y destrezas de liderazgo comunitario.
Otro gran proyecto de la organización es la Finca Escuela, donde se producen alimentos frescos para ser entregados semanalmente a 90 familias. “Todo lo producimos en un cuarto de cuerda, pero es bien bonito porque entrenamos agricultores en el proceso”, subrayó.
Si desea conocer más sobre los programas de Plenitud PR y hacer alguna aportación económica puede acceder a https://es.plenitudpr.org/dona