La Iglesia Católica de Puerto Rico reconstruirá, gracias a un fondo de sobre 400 millones de dólares del gobierno federal, local y el sector privado, más de 600 templos, 25 colegios y otras instalaciones eclesiásticas afectados por los huracanes Irma y María en 2017 y la serie de terremotos de 2020.

Así lo anunciaron este lunes el cardenal Blase Joseph Cupich, canciller de la organización sin fines de lucro Catholic Extension Society (CES), fundada en 1905 y que trabaja en las regiones más pobres de Estados Unidos para fortalecer comunidades católicas, y el arzobispo de San Juan, Roberto González Nieves.

Relacionadas

Según explicó el cardenal, tras el paso de los huracanes Irma y María en 2017, el papa Francisco lo envió a Puerto Rico “para ofrecer su apoyo y aliento al pueblo puertorriqueño y a los líderes de la Iglesia, además de mantenerlo informado sobre la situación”.

“Desde entonces, he regresado en numerosas ocasiones para dar seguimiento al progreso de nuestros esfuerzos por restaurar iglesias y escuelas católicas a través del Programa de Recuperación de Catholic Extension Society”, indicó.

Pero, tras los sismos en 2020, se amplió el programa para incluir a más comunidades parroquiales y escuelas.

Hacemos un recuento de varios templos importantes en Puerto Rico.

“¡Y hoy comienza la fase de construcción!”, resaltó el líder católico.

“Sabemos que, al reconstruir iglesias y escuelas, no solo estamos sirviendo a la comunidad católica, sino también a la sociedad puertorriqueña en general. Este proyecto de recuperación generará un impacto económico, educativo y cultural de gran magnitud, beneficiando a muchas comunidades y a futuras generaciones”, afirmó.

Tras la devastación causada por el huracán María, las cinco diócesis de Puerto Rico, con recursos financieros limitados, seguían operando diariamente sin electricidad, mientras intentaban valientemente responder a las necesidades humanitarias de sus comunidades locales.

Ante esta situación, las diócesis locales solicitaron a CES que liderara el establecimiento de un programa de recuperación a nivel isla, a la vez que la organización inició, ese mismo año, una colaboración estrecha con el Gobierno federal para hacer posible este extenso proyecto.

Recientemente, se estableció la Oficina Católica Principal de Recuperación en Puerto Rico que reporta a los obispos de Puerto Rico y está integrada por profesionales puertorriqueños.

Sus servicios en las áreas financiera, de ingeniería y de gestión ayudarán a la Iglesia a construir estructuras más resilientes, garantizando la sostenibilidad a largo plazo de su presencia en la isla.