La decimoctava presentación de los premios Sor Isolina Ferré, celebrada hoy, estuvo matizada por las vicisitudes que ha enfrentado el país durante el pasado año, como la pandemia de Covid-19 y los terremotos del suroeste.

Así, por ejemplo, se celebró la contribución a la sociedad de Nicole Alois Rosario López, una joven de 18 años que, entre diciembre y enero se movió en varias ocasiones a ofrecer ayuda a damnificados de los pueblos afectados por los terremotos.

“Se destacó empacando y distribuyendo comida para los animales, trabajó en el centro de acopio del municipio de Humacao, envió artículos de primeros auxilios, ropa y cartas de motivación”, lee parte de la semblanza leída durante una ceremonia marcada por el distanciamiento físico en el Capitolio.

Ferré, quien murió en el 2000, fue una religiosa ponceña que, entre muchos logros, fundó en 1968 los Centros Sor Isolina Ferré en el sector La Playa, de Ponce. Allí se comenzaron a brindar servicios a jóvenes y familias de escasos recursos. En 1988 se fundó un concepto parecido en el barrio Caimito, de San Juan.

Los ganadores seleccionados para el Premio Sor Isolina Ferré a la Excelencia del Servicio al Prójimo en la categoría de Desarrollo Comunitario, además de Nicole, fueron: Carmen Villanueva Castro, Adrián Vázquez Bandas y Wilfredo Cameron Santiago.

Cameron Santiago, capellán en Arecibo, fue reconocido, entre otras cosas, por repartir artículos de primera necesidad para la prevención de Covid-19.

Los escogidos en la categoría de Salud fueron la doctora Ana Judith Román García -primera neuróloga en Puerto Rico- y el reverendo Felipe Andrew Neenan. Los premiados en la categoría de Prevención fueron: Carlos Matos Medina y el sacerdote Javier Aquino Florenciani.

Matos Medina rescató la clausurada escuela Ramón Baldorioty de Castro, en Ponce y sirvió como refugio para 400 personas luego de los terremotos de diciembre y enero.

En la categoría de Educación fueron galardonados María del Carmen Warren, Ada Monzón y Jacklyne Ortiz Vélez, mientras que en la categoría de cultura fueron condecorados Jonathan Hernández León y la doctora Frances Colón Jiménez.

Warren ha sido líder en la lucha que llevan padres y madres de niños y niñas con diversidad funcional. Monzón se ha dado a conocer a través de los medios como comunicadora y meteoróloga, siendo la primera puertorriqueña en alcanzar dicho grado científico.

Contrario a lo que ha sido la costumbre por años en que se han condecorado a cinco personas, en esta ocasión fueron 13 debido a la cantidad récord de nominaciones recibidas.

“Ustedes han convertido su potencial en un postulado de amor y servicio al prójimo. Cada uno de ustedes representa el buen samaritano que, llevando sobre sus hombres el deseo y la acción, levanta al caído. Hoy reconocemos y celebramos la obra de Sor Isolina”, dijo Luis Ortiz Ortiz, Principal Oficial Ejecutivo de los Centros Sor Isolina Ferré.

Orgullo de Yauco

Nacido en Nueva York, Hernández León llegó al “Pueblo del café” a los tres años y ha sido responsable por las hermosas piezas de artes que embellecen su casco urbano.

“Hago el proyecto para fortalecer el desarrollo económico del centro urbano de Yauco. Los centros comerciales han desplazado los cascos urbanos... pero la cultura, la arquitectura y la historia de cada pueblo está en los casos urbanos. Yo busco que miles de personas vayan al casco urbano”, dijo.

Propulsora del oboe

Colón Jiménez se convirtió en la primera persona puertorriqueña en conseguir la posición de oboísta en la Orquesta Sinfónica de Puerto Rico. Su pasión por el instrumento de viento, además, la llevó a establecer en el 2009 la Oboe Mobile Foundation, una organización sin fines de lucro que tiene como misión promover la enseñanza del instrumento en la isla.

“Somos una isla musical y la utilizamos para todo: protestas, celebración, un funeral, un bautismo... todo el mundo tiene el potencial de desarrollar se talento. Queda de nosotros ayudar a todos esos niños que desean expresarse a través de la música sus sentimientos y desarrollarse creativamente. La educación musical no es un derecho, es un privilegio”.