El sargento Louie Ramos Vázquez fue condecorado póstumamente con la medalla Corazón Púrpura, la Estrella de Bronce y otra de mérito, por sus acciones en combate, las que fueron recibidas por su familia ayer durante su sepelio en el cementerio Remanso de Paz, en Camuy.

El soldado puertorriqueño fue sepultado con las honras fúnebres características de la milicia. Una guardia de honor se encargó de escoltar el féretro desde la funeraria Melvin Amador hasta la parroquia San José, en Camuy, donde a las 11:30 de la mañana se realizó una misa.

Acabada la eucaristía, el cortejo fúnebre partió hasta el cementerio Remanso de Paz. A la 1:30 de la tarde comenzó el protocolo militar en el camposanto. Decenas de personas asistieron al entierro de este camuyano de 38 años de edad, pero la familia no permitió la entrada a la prensa.

“Nos llena de orgullo que el pueblo camuyano se haya manifestado de esta manera solidaria porque habla de lo que significó este joven para la comunidad, en términos de principios, de valores, de responsabilidad”, expresó el alcalde de Camuy, Edwin García Feliciano. “Era un buen padre, buen hijo, buen hermano. Nos sentimos, dentro de la tristeza, orgullosos de haber contado con un ciudadano y con un soldado de esa talla”, agregó.

A Ramos Vázquez le sobreviven su esposa Yesenia Hernández, tres hijos de 16, 12 y 9 años de edad; así como también sus padres Luis y Mirina Ramos, y sus hermanas Laiza y Sheila.

Durante la ceremonia religiosa, el padre Orlando Lugo expresó la solidaridad de la Iglesia católica y la comunidad camuyana con la familia del soldado muerto en una misión militar en Afganistán.

“Cuando un soldado cae en territorio hostil, en territorio de guerra… nos hace caer en cuenta de la necesidad de seguir luchando y orando por la paz”, dijo el sacerdote. “Cuando un soldado cae, la Iglesia grita: ‘Paz’ y la familia de Louie grita ‘Paz’”, añadió.

El padre dijo que no le correspondía a la Iglesia hacer, desde el pulpito, valoraciones políticas sobre las acciones militares en Afganistán, pero sostuvo que sí tiene que ocuparse de denunciar lo que provoca “la injusticia de la guerra”.

Ramos Vázquez nació en Nueva York y a juzgar por algunas coronas de flores que recibió, era fanático de los Yanquis. A los tres años de edad se mudó con su familia a Camuy, donde creció, estudio y se casó con una camuyana.