Víctor Nelson Santiago vivió bien de cerca la furia del Huracán María.

Optó por pasar la tempestad en su casa de cemento techada con madera y zinc en el sector 24 y medio en el casco urbano de Aguadilla y se acostó dormir.

Cuando los vientos lo despertaron, ya prácticamente estaba a la interperie.

“Me acosté un rato, pero cuando empezó el viento, las planchas de zinc volaron. Se fue el techo, el balcón y todo. Me quedé aguantando la puerta”, expresó Nelson Santiago mientras esperaba en la Oficina Municipal de Manejo de Emergencias (OMME) de Aguadilla a ser llevado a un refugio.

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“Lo perdí todo en la casa. Lo único que tengo es la ropa que tengo puesta y que se me secó encima”, agregó.

El hombre, de 68 años, dijo que tan pronto sintió algo de calma, salió corriendo de su residencia hasta que se topó con unos policías que lo llevaron a OMME.

“Temí por mi vida. Pensé que un palo me podía dar”, contó el hombre, quien no cuenta con familia en la Isla.

“Ahora no sé qué hacer. Tendré que buscar un sitio dónde meterme”, sostuvo.

Nelson Santiago dijo que jamás consideró irse a un refugio, pero aseguró que la experiencia fue aterradora.

“Yo había pasado Santa Clara, pero esto no se compara. Esto era una cosa de otro mundo”, concluyó.