Historia y arte sobre ladrillos
Ramón Alejandro Vázquez Cortés se aventuró a transformar este legendario material de construcción en piezas impresionantes.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 2 años.
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Utuado. Cientos de ladrillos que yacen sobre la historia de nuestros pueblos, se transformaron en lienzos que albergan la obra del artista utuadeño Ramón Alejandro Vázquez Cortés, quien supo apreciar la belleza en medio de ruinas.
Quizás fue su espíritu inquieto que lo llevó a recoger los desechos de una pared que alguien derrumbó, pero lo cierto es que el virtuoso de 53 años descubrió un concepto que, hasta ahora, nadie más ha trabajado.
Así, ha plasmado rostros, estampas costumbristas y pórticos de estructuras coloniales, desarrollando una técnica propia que eleva al máximo sus cualidades como artista plástico, artesano y escultor.
Vázquez Cortés confeccionó su primera pieza en ladrillo de mampostería para el 2017, luego del paso del huracán María.
“Yo me había traído unos ladrillos de una pared que habían tumbado. Nunca los trabajé, porque era artista gráfico por 25 años, tuve un taller de rotulación. Pero estaba muy cansado de eso, y vivía, pero no como yo quería, a plenitud, haciendo lo que me gusta, lo que todo ser humano sueña”, recordó.
“El día antes del huracán, estaba todo preparado para lo que venía, cogí un ladrillo de los que tenía apilados, me llevé mis bártulos de escultura, porque soy escultor en piedra, porque donde iba a estar no había electricidad. Había pensado en esculpir reyes en ladrillo porque los hacía en madera, en cerámica, en metal; los hacen en dibujos, en pintura, de todas formas, excepto en ladrillo”, contó.
No obstante, el artista optó por recrear “la puerta que está en el restaurante Andares (en Utuado) que fue de las primeras que se hicieron en la isla”.
“Entonces, seguí trabajando en los ladrillos y me iba a pintar, porque no había luz, ni agua ni internet, así que no podía hacer nada en mi taller de rotulación. A partir de eso, vi como un escape y en el proceso de muchos meses, me dio tiempo de internalizar, de pensar en lo que quería hacer y, prácticamente, en ese proceso que todos pasamos, de asimilación después del huracán, pues yo hacía mis ventas”, reveló.
Entonces, el artista decidió sumergirse en su paleta de colores y dedicar todo su tiempo y esfuerzo a plasmar su obra.
“Cuando vi una oportunidad en esto, que fue megainnovador y diferente, aunque para mí era una simpleza, y a punto de cumplir mis 50 años, dije: ‘No. Yo voy a vivir mi vida entre antes de mis 50 y después de mis 50′”, confesó el hijo de Arturo Vázquez y Miriam Cortés, una artesana de dulces típicos.
“Antes de los 50, todo lo tuve que hacer por necesidad, fue un proceso de aprendizaje y no me arrepiento de nada. Pero a partir de los 50, le puse llave (al negocio de rotulación), cumplí con todos mis clientes, con lo que ya tenía, y cerré. A partir de eso, me dediqué solamente a lo que es el arte”, acotó.
Sus piezas le han dado la vuelta al mundo en menos de tres años, con personas que han adquirido el arte sobre ladrillos en países como Japón, China, Alemania, Colombia, Estados Unidos y Puerto Rico.
“La particularidad de mis trabajos es que son piezas de mampostería, tienen un valor histórico al añadirle la cuestión artística, el tallado o labrado en ladrillo. A partir de que surgió de la nada, fue evolutivo, ya yo venía con la parte plástica de la pintura y el dibujo, me facilitaba muchísimas cosas y empecé a explorar”, expuso el egresado de la Escuela de Artes Plásticas.
Sin embargo, la dificultad de pintar sobre una superficie inusual y lograr un efecto que deja boquiabierto a todo aquel que lo observa, es uno de los retos que enfrentó el artista, quien asegura no teme a los desafíos.
“Hay estampas en madera, otras estampas en los ladrillos, he hecho estampas de campo, casas de campo, colmaditos que existieron en algún momento, hay gente que me da fotos para esculpir la foto de sus padres, todo eso sobre ladrillo”, sostuvo.
Un ejemplo de sus trabajos es la figura del reconocido arqueólogo e historiador Ricardo Alegría, para el cual utilizó cuatro ladrillos. Otra de sus piezas resalta al receptor boricua en Grandes Ligas, Yadier Molina.
“Cuando seguí en el proceso evolutivo de lo que fue coger el primer ladrillo a lo que estoy haciendo ahora, es mega marcado. Pero, aun así, lo primero que hice no deja de ser impresionante porque es diferente, era algo como que no lo habías visto antes y tengo el honor, la dicha de que el universo, el creador me haya permitido de que fuera a mí a quien se le ocurriera esa locura”, resaltó el esposo de Sara López y padre de dos hijas.
Para detalles puede llamar al 787-505-9023 o acceder a: Taller Ramón Alejandro en Facebook.