Sentir en carne propia la conmoción que se vive tras el terremoto de 6.4 de magnitud que se suscitó el lunes en Turquía, fue una dura experiencia para Yia A. Medina, la única chef boricua que se encuentra como voluntaria de World Central Kitchen (WCK), organización que desde las primeras 48 horas de la emergencia alimenta a miles de personas en la nación turca.

“Anoche sufrimos un temblor de 6.4 y se sintió fuerte. Yo, precisamente, estaba en la cocina, en el sótano, terminando mis labores. Es el terremoto más fuerte que yo haya sentido en mi vida… hubo edificios que colapsaron aquí en la ciudad que se pueden ver”, relató Medina, de 39 años, en entrevista con Primera Hora.

A pesar de este nuevo sismo, y de que las jornadas de trabajo diarias son de 18 horas cocinando en un sótano de la ciudad de Gaziantep, la chef oriunda de Isabela asegura que nada la detiene en sus ganas de servir a los necesitados.

“Tengo mucho temor, pero, honestamente, estoy tan ocupada que no tengo tiempo de pensar en eso. Tengo gente aquí que lo perdieron todo, que no tienen casa, pero están contentos de que estamos aquí, de que tienen trabajo y de que están vivos. Así que yo, sentir temor, me siento un poquito fuera de lugar”, compartió.

“De verdad tengo mucha esperanza en Dios de que nada mayor suceda y que, simplemente, lo de ayer fue el susto más grande, y que yo pueda regresar a mi casa con mis hijos. Pero que, mayormente, la gente de este país tenga la oportunidad de reconstruir y regresar a los trabajos y las escuelas”, expresó la boricua, quien es madre de tres niños de 16, 12 y 10 años.

De esta reciente experiencia con el sismo que reavivó el temor del pueblo turco, Medina afirma que lo más que le impactó fue ver la gente en las calles nuevamente, cuando ya habían intentado volver a “una leve normalidad” tras los terremotos de magnitud 7.7 y 7.6 del pasado 6 de febrero.

Los eventos han provocado más de 41,000 muertes y 105,000 heridos en Turquía.

“Cuando bajé de mi habitación esta mañana, vi cientos de personas, incluso niños durmiendo a la intemperie y eso de verdad que le rompe el corazón a uno. El gobierno ya estaba tratando de que todo el mundo volviera a la normalidad porque lo que había eran pequeños temblores, pero después de ayer se paralizó todo el mundo”, explicó la chef voluntaria, quien tuvo que posponer sus planes de regreso a su residencia ubicada en el estado de Dallas debido a esta situación.

“Yo iba a regresar a mi casa esta semana, pero ya no hay vuelos. Todo el mundo está tratando de salir del país. Es como un éxodo masivo, la gente tiene mucho miedo”, relató Medina.

Aunque por los pasados cuatro años y medio, Yia ha dicho presente con la organización en varias emergencias de huracanes, tornados y la pandemia, asegura que esta activación es la más grande que haya hecho el WCK por la magnitud de la situación.

“He trabajado en diferentes activaciones, pero esta es la operación más grande de WCK. Tenemos 10 cocinas alrededor de todo Turquía y varios food trucks y me siento bien orgullosa de ser la única puertorriqueña en esta organización que est actualmente en la ciudad de Gaziantep en Turquía. Así que por eso me traje mi bandera y estamos listos para seguir haciendo lo que tenemos que hacer”, expresó Medina.

Ante este nuevo terremoto, Medina asegura que su labor en Turquía continúa porque las personas necesitan la ayuda en momentos donde reina la incertidumbre.

“Después de lo que pasó ayer, la gente tiene mucho miedo y las órdenes de comida y la gente que ha salido de sus casas se ha duplicado. Así que yo no tengo vuelo de regreso. Regreso cuando sienta que la cocina está en una buena transición. Tenemos también otro equipo de voluntarios que siguen viajando y siguen juntándose al equipo. Así que pienso que las próximas dos semanas las paso aquí, si Dios me lo permite, hay muchísimo trabajo que hacer”, confirmó la chef.

Es que la isabelina está a cargo de dirigir la cocina que hoy día emplea a 38 chef locales, y sirven almuerzos y cenas para cerca de 20 mil personas en cada servicio.

“En la cocina que estoy corriendo, nosotros somos dos miembros del WCK y, no solamente le proveemos comida, sino que también empleamos a chef locales para que cocinen comidas que les guste a la gente. Les pagamos para que trabajen en nuestras cocinas porque, a esta magnitud, nosotros no tenemos el personal de voluntarios suficientes”, sostuvo Medina, quien al momento de la entrevista acababa de terminar una jornada de 19 mil almuerzos y 21 mil platos para la cena.

La satisfacción de la chef es poder ayudar a los ciudadanos turcos en medio de su necesidad, a quienes describió como “gente súper hermosa, amables, muy serviciales y súper agradecidos de todo lo que estamos haciendo”. Además, el ser parte de World Central Kitchen, es una manera de ella poder retribuir el servicio que la entidad le dio a Puerto Rico tras las emergencias de María, los terremotos del sur y Fiona.

“Esta organización para mí es súper importante y, primordialmente por lo que hicieron por Puerto Rico. Estoy muy agradecida porque me dan la oportunidad de poder sentirme que soy parte de algo. Cada vez que sucede algo, pongo en pausa todo y me voy inmediatamente porque el propósito de la organización es estar en 48 horas o menos en donde haya cualquier desastre”, afirmó Medina. Su labor como voluntaria también tiene una motivación personal y es que Yia quiere servir de ejemplo a sus tres retoños, quienes afirma se preocupan por la heroína de la casa.

“Ellos siempre me dicen que están muy orgullosos de mí y eso es lo que yo quiero modelarle. Quiero que ellos vean que somos afortunados de tener ciertas cosas, pues hay gente que no tienen esa oportunidad. Y, ellos lo que me dicen, al igual que mis papás en Isabela, es que me cuide porque yo tiendo a ser bien atrevida. Me dicen que me mantenga segura, porque ellos saben cómo soy. Pero por amor a ellos estoy portándome bien, conteniéndome, haciendo mi trabajo y quiero regresar a casa tranquila para seguir haciendo lo que tenemos que hacer”, concluyó la voluntaria.