Héroes anónimos que trabajan 12 y 14 horas
Trabajadores de Obras Públicas laboran incansablemente en la reconstrucción del país tras el paso de María.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 8 años.
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Quizás los ha visto de reojo mientras conduce su auto, usualmente montados en camiones o excavadoras, enfangados hasta en el pelo y manejando maquinaria pesada cerca de líneas del tendido eléctrico, barrancos o ríos.
Son seres humanos como Fernando Benítez, quien maneja camiones tumba para el Municipio de Guaynabo y ha tenido muy poco descanso, no desde el paso del huracán María, sino desde que el huracán Irma rozó la costa noreste a principios de septiembre.
“Son jornadas de 12 y 14 horas. Uno se cansa, pero hay que bregar por el pueblo. Ahí vamos poco a poco”, le dijo a Primera Hora mientras compañeros suyos destapaban la base de un río en la carretera PR-836, del barrio Camarones.
Mientras hablaba, uno que otro conductor malhumorado tocaba bocina para poder pasar por la vía, parcialmente cerrada.
Obreros como Benítez son los héroes anónimos detrás de la reconstrucción del país tras el paso de María. Son ellos los encargados de abrir camino donde árboles y postes que obstruyen el flujo vehicular o el paso, incluso a pie, de familias incomunicadas. Otros compañeros suyos se encargan del recogido de la basura en las comunidades, a veces dos y tres veces por semana.
Algunos ciudadanos cooperan y amontonan los escombros para hacerle la vida más fácil.
“Esto es pa’rriba y pa’bajo cargando, botando y vira pa’tras y vuelve y carga”, dijo Benítez, quien en medio de la entrevista con este medio recibió una hamburguesa de un compañero de labores.
Luego de largas horas de trabajo, hombres y mujeres como Benítez, Jorge Ruiz Camacho y Otilio Pérez se encargan de sus propias vicisitudes en casa. Por ejemplo, Ruiz Camacho, quien vive en la comunidad Lomas del Sol, perdió planchas de zinc en su casa.
“Ha sido fuerte, pero gracias a Dios estamos vivos defendiendo al pueblo y levantando lo que se puede levantar”, dijo al detallar sectores como Lomas del Sol, Villa Isleña, La Paloma y los barrios Santa Rosa I, II y III como los más afectados en términos de derrumbe de postes del tendido eléctrico.
“Hubo mucho poste en la vía de rodaje y tuvimos que salir con excavadoras, con el equipo grande nosotros para abrir paso”, agregó al notar la cantidad de basura que obstruye el libre flujo del agua en quebradas y ríos.
En el caso de Pérez, vecino de las Parcelas Huertas y manejador de excavadoras, contó que estuvo incomunicado por dos días.
“Hay mucho material vegetativo, mucho árbol en medio de la carretera, pero hemos seguido trabajando, hasta los domingos algunos muchachos porque otros han perdido sus pertenencias”, dijo.
Las autoridades en Guaynabo están colocando el material vegetativo levantado en un centro de trasbordo en la carretera PR-834.
Joan López maneja lo que se conoce como un camión araña, que recibe su nombre por el brazo mecánico adherido al transporte para recoger material acumulado por residentes y comerciantes a orillas de la carretera.
“Esto es como un Play Station, pero tardé como dos semanas”, contestó cuando se le preguntó cómo logró aprender manejar el equipo con tanta maestría.
“No ha sido fácil porque son demasiados de muchos palos, pero por lo menos en las gasolineras nos tienen una línea aparte, igual en los supermercados. Allí enseñamos nuestra identificación del municipio y nos piden que pasen adelante porque estamos ayudando al pueblo”.
Lopez, empleado del municipio por los pasados 20 años, incluso ayudó con maquinaria a abrir paso en el barrio Mamey para que sus hijos vieran a su mamá.
“En el barrio no esperamos por el municipio. Voluntariamente abren camino con sierra y con machetes, todo el barrio ayuda”.