Hermanos buscan educar sobre la diversidad funcional a través de su portal Viaje sobre Ruedas
José David y Diana Carolina comparten sus experiencias, retos y triunfos con la comunidad de la que forman parte y el público en general.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 6 meses.
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En un mundo que les ha puesto obstáculo tras obstáculo, los hermanos José David y Diana Carolina Colón Vega, ambos con un padecimiento que limita considerablemente su capacidad de movimientos, han asumido la tarea de cargar la bandera de educar sobre los retos y necesidades de las personas con diversidad funcional, encontrando un vehículo idóneo para ese fin a través de la plataforma Viaje sobre Ruedas.
Mostrando una estimulante y contagiosa actitud que desborda esperanza y optimismo con altas dosis de buen humor, este proyecto, explicó José David, fue en principio algo familiar, apenas con la intención de compartir la experiencia mientras Diana Carolina y él aprendían a conducir de manera independiente.
“Nosotros tuvimos la oportunidad el año pasado de viajar a Atlanta (Georgia) como parte de ese proceso de aprender a conducir. Hicimos todo el proceso de la mano con la Administración de Rehabilitación Vocacional para, finalmente, lograr esa meta de independencia. Y una vez que llegamos a prepararnos para el proceso, dijimos: ‘ok, esto tenemos que compartirlo’, y tuvimos a bien abrir esta plataforma en las redes sociales (Facebook, Instagram y YouTube), y empezamos a compartir nuestra aventura durante ese viaje, donde tuvimos nuestro entrenamiento y las primeras clases de guiar”, comentó el maestro de español de grado 11 y 12.
“Empezamos a subir la experiencia, hicimos nuestro primer ‘live stream’ (transmisión en vivo) compartiendo lo que estaba pasando, empezamos a subir fotos y videos, y la gente quedó encantada con esa experiencia”, aseveró, agregando que no tardaron en ver la oportunidad de, por medio de la plataforma, “comenzar a compartir los retos de independencia nuestros como personas con diversidad funcional, y de qué manera los superábamos, de modo que, si pudiéramos impactar a los demás en la comunidad, vean que realmente sí los retos se pueden superar”.
Y así, la “plataformita pequeña” se volvió “un espacio para educar a la población con relación al tema de la vida independiente de las personas con diversidad funcional en Puerto Rico”.
Diana Carolina admite que “nos da a veces un poquito de susto el quizás estar en esa posición, de que las personas puedan mirarnos y puedan considerarnos un ejemplo a seguir”.
“Pero para nosotros es sumamente importante el poder compartir lo que hemos vivido. Porque, simplemente, lo que estamos haciendo es eso: vivir, y compartiendo lo que estamos viviendo, y que, dentro de lo que nosotros hemos aprendido, ya sea que lo hayamos hecho con éxito, o los errores que hayamos cometido en el proceso, que otras personas puedan aprender de ello y considerarlo para sus propias vidas”, afirmó la joven.
Y es que, lo que pueda ser algo cotidiano, casi hasta insignificante, para muchísimas personas, como ponerse los zapatos o guiar un carro, para personas con distrofia muscular, es un gran logro y motivo de celebración.
En el caso de José David, no puede caminar en absoluto. Diana Carolina, solo puede caminar, con mucha dificultad, distancias muy cortas, como de la silla de ruedas a la cama. Pero no han permitido que esa dificultad les limite a quedarse en su casa sin hacer nada, pues, como afirma José David, ambos cuentan con la capacidad intelectual para ser personas productivas.
Y conducir un vehículo les permite dar otro paso más en términos de poder insertarse más en la sociedad y aportar a ella, y al mismo tiempo ser más independientes. Es, en palabras de José David, “un milagro de vida independiente, que me permite, pues, ser libre”.
“Y ha sido totalmente espectacular”, confirma Diana Carolina. “No lo cambiamos. Sabemos que es un antes y un después, y que esta meta, aunque no va a ser la última meta de independencia que vamos a lograr alcanzar, es sumamente importante para que podamos determinar el transcurso de nuestra vida, lo que está por venir en nuestra vida”.
Poder guiar su propio vehículo, le permite además a José David continuar aportando como maestro en la escuela superior Petra Corretjer de O’Neill, en Manatí, labor que describe como “una maravilla, uno de los milagros más bonitos que Dios me ha permitido vivir, porque es un lugar donde, literalmente, puedo trabajar con esas mentes en formación para crear desde temprana edad la consciencia que va a ayudar a que las próximas generaciones tengan un país mejor de lo que hemos tenido hasta ahora. Tal vez no puedo cambiar lo que está pasando ahora, tal vez a nivel legislativo, político, pero desde el salón de clase voy educando a crear una consciencia de un país más accesible e inclusivo”.
Diana Carolina, por su parte, trabaja actualmente por su cuenta como diseñadora gráfica. Completó un bachillerato en comunicación audiovisual en la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras, y hace poco terminó una maestría en administración de empresas, “porque esa es mi meta, poder tener mi propia compañía y trabajar ayudando a otros a comunicar de forma accesible”, algo que, a juzgar por abundante determinación, se podría augurar que ocurrirá en cualquier momento.
Al preguntarles por los retos diarios que enfrentan, los hermanos llevan el mensaje de que no se darán por vencidos.
Diana Carolina explica que uno de esos grandes desafíos, y que está entre los que esperan superar también, es el de vivienda, “el poder tener un hogar lo suficientemente accesible para que podamos vivir independientemente”. Detalló que cuando habla de accesibilidad se refiere a elementos como puertas y pasillos más anchos, mesas con una altura específica para poder acceder a ellas con la silla de ruedas, así como baños con los ajustes necesarios.
Y están también los retos cotidianos, tales como no encontrar un estacionamiento disponible entre los marcados en azul para las personas con dificultades de movilidad, y que describen como retos “sistemáticos”, o esas “ciertas barreras y limitaciones que el sistema impone a las personas con diversidad funcional del saque”, y que, “a pesar de todos los cambios, los avances sociales y culturales”, así como las leyes que existen, todavía contribuyen a que las personas con diversidad funcional sigan siendo “sumamente marginadas”.
Con todo, este dinámico dúo es experto en ver el vaso medio lleno, y al preguntarle por algunas de sus experiencias, que en su momento pudieron ser desesperantes, embarazosas o incluso dolorosas, comienzan a reír y hablan sin reparos de lo que hoy día describen como sus larga lista de “papelones” y que van desde las reiteradas caídas por escaleras de la escuela elemental cuando todavía podían caminar; que la silla de Diana Carolina sufriera un desperfecto y le pillara las piernas contra una mesa que estaba empotrada en el suelo; o que se fuera la luz en la universidad y luego que profesor y estudiantes subieran al piso donde se había quedado varado José David para que no perdiera la clase, tuvieran que bajarlo “muertos de miedo” cargándolo con todo y silla por las escaleras porque la luz no llegó; o que se quedaran atrapados dentro del carro en el estacionamiento comercial luego que su papá amarrara las sillas, provocando la reacción desesperada de muchas personas, la movilización de policías, bomberos, equipos de emergencia, ambulancias y hasta la alcaldesa del municipio, mientras ellos adentro se tomaban fotos para ponerlas en Facebook, hasta que lograran traer la llave de repuesto.
“Son cosas que nos pasan, que al momento son crisis, pero después son momentos para recordar y compartir, y para que la gente no coja tan en serio las cosas difíciles”, comentó Diana Carolina, agregando que “en Viaje sobre Ruedas también hemos tenido un montón de papelones”, pero la interacción con “nuestros ‘viajeros’… ha validado lo que hemos creado, y nos han ayudado a ver que podemos hacer un poquito más, más de lo que nosotros pensábamos que queríamos hacer al principio. Ellos son los que nos dijeron: ‘queremos mucho más’. Así que, gracias a ellos es que nosotros comenzamos a insertarnos de forma oficial en la comunidad de personas con diversidad funcional”.
“Sueño con que puedan estar bien”
Para sus padres, verlos avanzar como lo están logrando, “es una meta realizada”, que valida todo sus luchas, esfuerzos y sacrificios durante años para buscarles una mejor calidad de vida.
“Es ver el sueño realizado de ser lo más independientes posible. Les falta muchísimo, y yo añoro y sueño conque, si yo me muero, ellos puedan estar bien. Así que falta un montón, pero ver que poco a poco ellos lo van trabajando y entonces el mensaje llega a la gente. Eso es pura felicidad y pura bendición”, comentó emocionada Diana Vega Rivera, mamá de José David y Diana Carolina, agregando que han podido llegar a ese punto en que pueden “poner nuestras manos atrás, observar, y dar gloria a Dios por lo que está haciendo”.
Comoquiera, los hermanos están conscientes de que lo que persiguen conlleva un reto grande, “es casi ir promoviendo un cambio de cultura, de consciencia”, pero al mismo tiempo, “es una oportunidad extraordinaria”, un espacio donde pueden conectar con las personas con diversidad funcional, y tal vez servir de inspiración para otras personas con diversidad funcional y llevar el mensaje de que “sí, tenemos estas realidades, vivimos con estas dificultades, tenemos unas condiciones, unos diagnósticos que imponen y suponen unos retos, pero al mismo tiempo tenemos estas muchísimas otras oportunidades, otras habilidades, otras destrezas, otros talentos que, siempre poniendo de frente la fe y la esperanza, es posible superarlos”.
De igual forma, insistió José David, buscan educar a la sociedad en general, a la población sin diversidad funcional, “para tratar de reconstruir el mundo que tenemos”, que está, “tristemente, diseñado exclusivamente para las personas que caminan, para las que oyen, para las que ven. Y de pronto la plataforma nos sirve para educar al país, de manera que logremos paso a paso ir creando consciencia para reconstruir nuestro país y hacer de nuestro país uno más accesible, más inclusivo”.
“Nosotros queremos cambiar el lenguaje que por mucho tiempo se ha utilizado para referirse a las personas con diversidad funcional, desde la lástima, desde la pena. Queremos establecer que sí, los retos son reales, y son duros, y a veces sufrimos, lloramos, pero se pueden superar. Y el que nosotros podamos contar eso y cambiar el lenguaje, es sumamente importante”, insistió Diana Carolina.
Aunque José David ya cuenta con su vehículo, Diana Carolina aún no ha podido adquirir el suyo. Si usted quiere colaborar con sus esfuerzos para reunir la suma que cuesta el transporte especialmente adaptado, puede hacerlo a través de ATH Móvil al 787-475-7263. Y por supuesto, puede conocer más de este inspirador dúo a través de su plataforma Viaje sobre Ruedas.