Inicialmente, era una finca sembrada de árboles de limón, pero una severa sequía, en el 2014, que provocó la pérdida de toda la cosecha, obligó al ingeniero Radamés Arroyo Martínez y a su esposa agrónoma Ingrid Rivas Valdés a reinventarse hasta emprender un proyecto agroturístico -en poco más de 20 cuerdas de terreno- que llamaron Hacienda Verde Tahití.

Allí, en la colindancia ente Lajas y Cabo Rojo, ya no se ven limones, pero sí una impresionante siembra de un fruto que nace de un cactus y que poco a poco va ocupando un sitial en la mesa de los puertorriqueños: la pitahaya.

“Perdimos toda la siembra del Tahití, que es un limón. Luego nos fuimos a estudiar a California y buscamos diferentes variedades y ahora sembramos la Pitahaya que es un cactus que viene originalmente de Centroamérica, pero mayormente de Asia. El mayor productor es Vietnam que tiene 40,000 acres y ahora se está desarrollando mucho lo que es esta fruta porque tiene muchos nutrientes, vitaminas, antioxidantes y el requerimiento de agua es mucho menor que el limón”, dijo la agrónoma mientras recorría los campos de siembra junto a Somos Puerto Rico.

“En el 2011 escogimos 16 variedades de la Pitahaya y se sembró en tiestos. Sembramos tres variedades del árbol en tres acres e incluimos en todas nuestras áreas sistemas de riego para preservar lo más posible el agua”, agregó Rivas Valdés tras destacar que se han dado a la tarea de ajustar la propiedad con elementos de energía renovable.

Sin embargo, tras el embate del huracán María, en el 2017, la cosecha se afectó severamente. Pero, por tercera ocasión, la pareja no se rindió y trabajó duro hasta recuperar el esplendor del espacio y crear la finca agroturística que es hoy día. “Las diferentes variedades que teníamos sembradas, el huracán las había afectado. Así que sembramos nuevamente seis acres en Pitahaya, tres lo sembrados en plátanos, dos en palmas ornamentales. Comenzamos a suplir los supermercados locales en Cabo Rojo con Pitahaya y a otros negocios con las plantas”, explicó la agrónoma.

Luego de la siembra de este producto, la cosecha tarda cerca de 4 a 5 años para poder ser recogida y distribuida. Por el momento, son los supermercados locales en Cabo Rojo los que más demandan del fruto.

El desarrollo de la Pitahaya los ha impulsado, además, a innovar en otras áreas como los “tours” educativos que ofrecen recorriendo los terrenos de la hacienda en donde se pueden observar las plantaciones y conocer el proceso de cultivo.

“Decidimos comenzar con los tours para orientar a las personas sobre lo que hacemos. Recibimos a la gente y le explicamos todo de la siembra, cómo trabajamos el cultivo, visitan los sembradíos y nuestra hospedería agroturística. Esa es una de las razones de los tours; vimos la necesidad de la gente de querer cultivar y educarse”, dijo el ingeniero. “Yo me encargo de todo lo que tiene que ver con riesgos y con la construcción. Ella es la experta en plantas, ventas, cultivos y demás”, añadió.

Así también la hacienda se ha convertido en suplidor de plantas ornamentales para aquellos que gustan de adornar su entorno con la naturaleza.

“Tenemos la casita del vivero donde se venden plantas y árboles, muchos de estos que los buscan los landscaping”, dijo Arroyo Martínez.

Para información adicional, puede acceder www.haciendaverdetahiti.com.