Hace 12 años que no invitamos a un papa a Puerto Rico
En el 2012, la Iglesia Católica hizo un acercamiento al fenecido Benedicto XVI, quien envió un delegado a la isla.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 6 meses.
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Desde el 2012, la Conferencia Episcopal Puertorriqueña no realiza un acercamiento para lograr una nueva visita de un pontífice a Puerto Rico, reconoció el monseñor Roberto González Nieves, arzobispo de San Juan, con motivo de la celebración este año del 40 aniversario de la llegada de San Juan Pablo II.
Explicó que el momento –hace 12 años– era el oportuno, porque se trataba de los 500 años de la fundación de las primeras tres diócesis en el Nuevo Mundo, en San Juan, así como Santo Domingo y La Vega en República Dominicana.
“Las conferencias episcopales tanto de Puerto Rico como de República Dominicana invitamos al entonces papa Benedicto XVI. En ese momento, se nos respondió que el papa no podría asistir y se nos envió un Delegado Papal. Al año siguiente, el papa anunció su renuncia al pontificado. Nos parecía que aquel momento era el más propicio para que se diera esa visita”.
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Añadió que, “a mi mejor entender, después de la visita del Papa Juan Pablo II en 1984 a República Dominicana y Puerto Rico, ningún Papa ha visitado esta región, con la excepción de Cuba que la visitó Juan Pablo II en el 1998, Benedicto XVI en el 2012 y Papa Francisco en dos ocasiones a Cuba, 2015 y 2016″.
No obstante, el arzobispo reconoció que la visita que hizo el papa Juan Pablo II a la Isla ese 12 de octubre de 1984 fue trascendental.
En primera instancia, dijo que “fue una gran fiesta de la fe en esta tierra. Era un momento en que se sabía que sería de trascendencia histórica. Ver cientos de miles de fieles congregados para participar de la celebración eucarística presidida por el sucesor de San Pedro fue un momento de gracia derramada para todo el pueblo. Ha sido la eucaristía más concurrida en la historia de Puerto Rico. También, ha sido una de las tres actividades más multitudinarias en Puerto Rico”.
También expuso que, “para la vida de Iglesia tuvo un significado grandísimo. Aumentaron las vocaciones sacerdotales y religiosas a partir de ese momento. El compromiso laical surgió con renovados bríos. El papa, ahora San Juan Pablo II, situó a Puerto Rico en el contexto latinoamericano”.
De cara al futuro, el religioso aceptó que “no se tiene previsto una nueva invitación, por lo menos de nuestra parte” al actual papa Francisco.
Aceptó, sin embargo, que le agradaría que los puertorriqueños tuvieran una nueva experiencia de poder ver el papa, ya que en la Isla se tiene aprecio a su figura.
De paso, a González Nieves le pareció que es prerrogativa del papa determinar si se nombra o no un cardenal a la Isla. Esta figura es la más importante después del pontífice, ya que podría ser candidato a ocupar el máximo cargo en la iglesia católica, si no ha cumplido los 80 años.
“Cuando se murió el primer cardenal de Cuba, el Cardenal Arteaga en 1963, pasaron más de 30 años sin que hubiera otro cardenal en Cuba”, sostuvo.
El único cardenal que ha tenido la Isla, Luis Aponte Martínez, lo nombró el papa Pablo VI el 5 de marzo de 1973. Este murió el 10 de abril de 2012, justo en el año que se extendió una invitación al papa.
Desde entonces, no se ha realizado ningún nombramiento de tal magnitud en la iglesia puertorriqueña.
Sin embargo, González Nieves destacó que “Puerto Rico ha estado muy cerca del corazón de los distintos pontificados. En el 2008, se nos creó una diócesis nueva, la de Fajardo-Humacao. Tenemos todas las sedes episcopales con los obispos propiamente designados. Eso es muy esencial para la vida de iglesia”.
Por otro lado, el religioso respondió a la razón por la que ya han pasado 40 años sin que se haya edificado el santuario en honor a la Virgen de la Divina Providencia, patrona de Puerto Rico, acto que San Juan Pablo II animó al pueblo a realizar.
En un inicio, comentó que “el verdadero santuario son las piedras vivas que adoran al Señor Resucitado. En ese sentido, hemos mantenido en los terrenos del Santuario una comunidad orante. Allí realizamos diferentes liturgias: La Misa del Madrugador; misas semanales, confesiones, encuentros de jóvenes, María bajo las estrellas, celebraciones en la Solemnidad de Nuestra Señora de la Divina Providencia, la Misión Cuaresmal Arquidiocesana, etcétera”.
Informó que se nombró un vicario episcopal para el santuario, el reverendo Leonardo Rodríguez Jimenes.
Además, precisó que “se construyó una gran Cruz que es un importante símbolo para identificar el lugar. En cuanto a la construcción de otras estructuras, nos hemos demorado por la obtención de los permisos, por la estabilización del terreno, luego debido a las secuelas de los pasos de los huracanes Irma y María (2017) y la pandemia (2020) que nos paralizó por aproximada dos años. Nuestra esperanza es continuar paso a paso. Recordemos que muchos de los grandes santuarios de la Iglesia tardaron siglos en construirse. Lo más importante ahora es hacer crecer, fomentar la devoción a Nuestra Señora de la Providencia”.