“Guillermo es un milagro”
Su familia necesita ayuda para trasladar a Texas al niño, de 11 años, tras sufrir un sangrado cerebral.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 2 años.
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Un largo trecho hacia la recuperación le espera al niño guayamés Guillermo Navas, quien tuvo que ser sometido a una operación de ocho horas para extirpar quirúrgicamente un sangrado cerebral que sufrió súbitamente.
El niño de 11 años, quien es estudiante de 4.0 puntos y atleta de taekwondo y soccer, fue diagnosticado con síndrome de malformación cavernosa (CMS), o cavernoma, lo que le provocó el sangrado cerebral en el tallo cerebral, producto de una condición genética.
“(El 3 de septiembre) se empezó a quejar de un dolor de cabeza bien fuerte que era fuera de lo normal. Así que, yo me preocupé y lo llevé a la sala de emergencia (del Hospital Menonita, en Guayama). Inmediatamente, le encontraron un sangrado en la cabeza”, relató su madre, Maria Uxia Miranda, a Primera Hora, al señalar que fue en plena sala de emergencia donde Guillermo sufrió el grave episodio.
“Si yo no lo hubiera llevado al hospital ese día y hubiera sangrado en casa, no estuviéramos contando esta historia”, agregó. La ubicación del sangrado arriesgó la vida del menor, pues muchos doctores consideraron su afección como una “inoperable”.
Sin embargo, Uxia Miranda aseguró que “muchos ángeles” del Hospital Pediátrico Universitario Dr. Antonio Ortiz, en San Juan, desafiaron ese pronóstico, ya que un cirujano endovascular procedió con la intervención quirúrgica, no sin antes advertirle a ella y a su esposo, William Navas, que “ese tipo de cavernoma, en el lugar donde estaba, era una cosa de vida o muerte (y) que podía morir en cualquier momento”.
“No mucha gente se iba a atrever a operarlo, porque era inoperable. Sin embargo, nosotros no teníamos muchas más opciones y lo dejamos en las manos de Dios y le dijimos (que), si él operaba, lo íbamos a dejar en sus manos (las de Dios). Así que, lo operaron y gracias a Dios, le pudieron extraer todo el sangrado”, narró.
“El niño fue un milagro, realmente, porque nos dijeron que la operación podía durar de ocho a 24 horas con todas las tecnologías que ellos iban a estar utilizando para poder llegar a dónde estaba, que era la dificultad llegar al lugar dónde estaba ese cavernoma. Y, no tan solo eso, tratar de sacarlo sin hacer más daño o hacer daño donde no hubiera tenido el sangrado que tuvo. Ellos utilizaron robots, unas técnicas bien especializadas y el niño realmente fue un milagro. En ocho horas él salió de la operación sin ninguna complicación”, celebró.
Pero la pesadilla no acabó ahí. Los siguientes 34 días Guillermo sufrió complicaciones durante su estadía en intensivo pediátrico, ya que estuvo conectado a un respirador por 20 días y se le tuvo que hacer una traqueotomía y una gastrostomía para alimentarlo.
Vital traslado a Texas
Guillermo, a quien le pronosticaron pocas esperanzas de volver a mover las extremidades de su lado izquierdo, ya ha comenzado a mover, poco a poco, su pierna y mano izquierda, gracias a las terapias que está recibiendo en el programa pediátrico de rehabilitación neurológica del Hospital Menonita en Caguas, el cual fue diseñado en colaboración con el equipo de neurología del Hospital John Hopkins.
“Está hablando y comunicándose y respirando por él solo”, celebró su progenitora.
Sin embargo, para que Guillermo pueda retomar su vida, necesitará más de lo que las instituciones hospitalarias en Puerto Rico puedan ofrecer, ya que en la Isla es limitado el equipo y accesibilidad de todo lo menester para que obtenga una recuperación óptima. Es por esto que su familia planifica trasladarlo al Texas Children’s Hospital, en Houston, para que pueda sanar completamente. Sería allí, contando también con apoyo de miembros de su familia extendida, que su mejoría podría ser exitosa.
“El camino para que él pueda caminar, para que él pueda comer por él solo, para él poder tener una vida normal, necesitamos moverlo de Puerto Rico. Aunque aquí todos han dado lo mejor de ellos, en Puerto Rico hay un problema bien grande es que…hay solamente un centro de rehabilitación que no es pediátrico, pero aceptan pacientes pediátricos. Ahí él ha tenido muchas mejorías, pero hasta cierto punto, porque él necesita unos equipos más comprensivos, específicos en la condición que él tiene”, comentó.
Toda cantidad ayudará a Guillermo y a su familia, pues es imposible calcular el monto total o el tiempo que se extenderá su recuperación.
“No sabemos la cantidad o la inmensidad que van a ser esos gastos médicos, al igual que nadie se aventura a decirnos el tiempo que tomará esto. Así que, fue bien importante recaudar fondos lo antes posible, porque sabíamos que iba a ser costoso, pero no tenemos ni la menor idea de cuán costo ni cuán largo sea le proceso”, afirmó su progenitora.