A cuenta gotas iban llegando vehículos con niños al Centro de Servicios de Juan Domingo, en Guaynabo, para recoger los alimentos que se habían preparado en el comedor de la escuela Rosalina C. Martínez, localizada en el barrio Amelia.

Las historias se repetían entre las personas que, en carro, hacían fila para llevarse el almuerzo. Se trataba de familias numerosas que se han visto afectadas por la crisis económica que ha causado el cierre de negocios y empresas por la emergencia del coronavirus.

Lucy Andino, residente de la comunidad San Miguel de Guaynabo, informó que cría a cinco nietos y se ha quedado sin empleo. Además, ayuda financieramente a su hija, una madre soltera con otros tres niños. Por tal razón, para ambas familias es un alivio que los comedores escolares reabrieran hoy, miércoles, para que los municipios pudieran repartir los almuerzos.

Los comedores escolares llevaban cerrados desde mediados de marzo, cuando se impuso una cuarentena obligatoria para evitar los contagios con COVID-19.

Hacía falta (que reabriera). Ahora mismo en mi casa somos siete personas. Ella tiene tres niñas y se le está siendo difícil, porque ella es madre soltera. Ya era hora que lo abrieran. Mucho tardaron en abrirlo. Debieron haberlo hecho desde el principio. Desde que la gente se empezó a quedar sin trabajo, debieron haberlos abierto”, afirmó la guaynabeña.

Se le preguntó por qué cree que el Departamento de Educación no abrió los comedores escolares antes. Su respuesta fue contra el gobierno.

“Porque siempre el gobierno es así. El gobierno siempre hace las cosas de atrás para adelante (sic). Primero piensan en ellos y después piensan en el pueblo”, subrayó.

Andino explicó que en la actualidad vive “esperando los chavos del desempleo”.

“Cuando son familias de muchos miembros se le hace difícil a uno, por ejemplo, buscar para todos. Porque, cuando ella (su hija) no tiene, yo soy la que le sustituyo ¿De dónde ahora?”, cuestionó.

Antonio Águila, residente de Juan Domingo y quien es padre de siete niños, era otro de los ciudadanos que acudió a buscar almuerzos. Lo hizo acompañado de su hijo William, quien forma parte del Programa de Educación Especial.

El pequeño dijo que le gustaba el arroz blanco, con garbanzos o con habichuelas, así como el corn beef. No obstante, las bandejas de alimentos que les entregaron llevaban carne de cerdo guisada, arroz, habichuelas, ensalada de frutas y leche fresca.

Águila expresó que era necesario que se comenzaran a repartir los alimentos, pues “los productos de los supermercados han subido y gracias al alcalde (Ángel Pérez), que nos está dando la mano, porque cada día es más difícil”.

Asimismo, Jaylen Iturrino, residente de la comunidad Martínez Nadal, llegó con sus tres hijos a buscar los almuerzos. Ella describió esta ayuda como “bastante necesaria”.

“La situación no está muy buena, reducción de horas, hay muchas personas que no están trabajando y con los niños en la casa. Las ayudas son bien difíciles en este tiempo, pues no han contestado, pues es bastante beneficioso para nosotros”, afirmó.

La mujer se quejó porque los alimentos están caros en los supermercados. “No hay oferta, no hay especiales”. Pero, sobre todo, señaló que en Educación “se demoraron bastante” en comenzar a servir alimentos a los niños”.

“No les constaba nada hacerlo desde un principio, porque eso es para los niños”, sostuvo Iturrino.

Arquelio Álvarez, entretanto, fue el único que llegó sin niños. Pero, por ser persona envejeciente, se le dio alimento.

La comida es necesaria, porque estamos en tiempo de crisis económica y así nos ayuda a mantener el ánimo y el espíritu”, soltó, luego de haber mostrado lo que contenía la bandeja que le entregaron.

En Guaynabo, abrieron dos escuelas para que se pudieran preparar los almuerzos. Estas fueron la Rosalina C. Martínez y la Elemental Urbana. En ambas, comedores escolares preparó 1,300 raciones de alimentos. Las empleadas los entregaron puntual para que desde las 11:30 a.m. el municipio los distribuyera en 12 centros establecidos en cada uno de los barrios.

Aunque en este pueblo hay unos 4,500 estudiantes de escuelas públicas, el alcalde señaló que los 1,300 almuerzos fueron suficientes para este primer día.

“Yo lo que he hablado en el Departamento de Educación es que vamos a ver cómo esto va fluyendo y de ahí haremos petición adicional, de ser necesario”, explicó.

“Si nosotros vemos que aumenta en personas que necesiten almuerzo, pues lo estaremos conversando con el Departamento de Educación. También hemos conversado con un organismo sin fin de lucro, un comedor privado, que está en disposición de aumentar la cantidad”, añadió.