Guayama: Todo un paraíso playero y tropical
Una visita a este municipio le revelará al visitante una amplia gama de opciones recreativas, gastronómicas y contemplativas.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 2 años.
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Un paraíso escondido, integrado por una diversidad de alternativas turísticas y recreativas, que representan a su vez una joya para el turismo local y extranjero es lo que sobresale en el municipio de Guayama.
Uno de los lugares más visitados de esta municipalidad es el poblado de Pozuelo, donde abundan los quioscos con los manjares propios del océano, buen ambiente y música para aquellos que deseen disfrutar de un pasadía familiar o entre amigos. La variedad de centros gastronómicos en la zona les permite disfrutar de un sabroso menú a la carta o simplemente degustar las ya famosas empanadillas de mariscos de esta zona.
Pero esta experiencia no es el único encanto que tiene la bien llamada Ciudad de los Brujos, ya que donde convergen las olas del mar con la vista de los visitantes al balneario se estableció otro de los atractivos de esta zona: la Puerto Rico Water Sport School, un innovador concepto que mezcla el mar, el viento, una tabla de surfing, una chiringa y mucha adrenalina.
Su fundador y propietario, Kelvin Hernández Cintrón, explicó que dedica los fines de semana a promover la instrucción de los deportes marítimos extremos como el surfing, el paddle board y el kitesurfing. “Ofrecemos un curso de seguridad y todo lo que comprende el deporte. El enfoque es que entiendan cómo manipular el cometa o la chiringa. Estamos transformando este concepto ofreciendo el kiteboarding en este mágico lugar que lo tiene todo: buen viento, profundidad, olas no muy grandes. También estamos incluyendo el paddle board que lo hacemos en la Bahía de Jobos o en el lago de Carite”, dijo el instructor.
A pasos de esta novedosa atracción se apostaron bajo una carpa los jóvenes ambientalistas Nicolás Matta Cordero y la muralista Cristina Muñoz Laboy, dos emprendedores que cada fin de semana acuden al balneario Pozuelo para orientar al público visitante sobre el cuidado de este ambiente natural. Ambos son naturales de Guayama y, aparte de procurar la limpieza en esta reserva natural, mantienen un pequeño negocio de venta de camisas o blusas para la protección solar bajo su marca “Siempre Tropi”.
“Nosotros como jóvenes y residentes de aquí tenemos la responsabilidad de orientar al que viene para que haga buen uso de nuestros recursos. Hace unas semanas se realizó una limpieza masiva donde se recogió más de dos mil libras de basura, entre sargazo y plástico”, dijo Matta Cordero al identificarse como un vigilante civil para preservar el ambiente de la zona.
Guía turístico y líder ambiental
Para una experiencia más tranquila y de contacto con la naturaleza, encontramos a Ray David Rodríguez Colón, un conocedor al detalle de cada reserva natural de Guayama y que promete una experiencia educativa completa para la gente que lo requiera.
“Las personas me contactan y preguntan por los tours que ofrezco. Trabajo varios lugares en la Isla, pero en Guayama enfatizo el tema ecológico coordinándolo con las comunidades para promover un turismo sostenible comunitario”, dijo el intérprete ambiental certificado que traduce “el lenguaje científico en arroz y habichuelas”.
“En Guayama piden mucho la observación de aves en el Cerro el Tumbao en Caimital y aquí en Punta Pozuelo. Muchos vienen buscando aves o para conocer un lugar nuevo aquí y preguntan de todo: ¿cómo surge?, ¿qué vegetación tiene esta área? etc.”, agregó.
Una buena caminata
Uno de los caminos en Guayama que Ray David frecuenta, y que está protegido por la organización ambientalista Para la Naturaleza, promueve el senderismo y permite a los visitantes observar la maravilla de la naturaleza donde conviven los elementos áridos, lo montañoso y los humedales de la zona. La caminata dura de 15 a 20 minutos en los que se observan mariposas y aves migratorias. El recorrido concluye en el llamado Bosque Enano, que presenta condiciones climáticas que no permiten el crecimiento de la flora, pero que aun así alberga más de 110 especies.
“Todo lo que intenta crecer se seca por las condiciones de sol y calor. El bosque no crece más de lo que están viendo. Son condiciones climáticas muy hostiles”, dijo Ray David.
“La gente desea conocer su isla. Aquí tenemos desde montañas con lagos hasta islitas e islotes en esta zona que es parte de la Bahía Jobos”, manifestó mientras mostraba los puntos más sobresalientes que se observan desde el centro del Bosque Enano: el Cerro las Tetas, la zona montañosa de Cayey, el barrio el Caimital, el Cerro el Tumbao (segundo pico más alto de Guayama), El Cerro la Tabla, una planicie que es considerada de las áreas más altas de Guayama y la Central Aguirre, de Salinas.
Puede contactar a Ray David a través de su página cibernética: veredasdemitierra.net o bajo el mismo nombre en las redes sociales.