Aguadilla. Una despedida ¡a todo dar!

El cuerpo de don Benito Colón Vargas fue escoltado por decenas de motociclistas hasta el Cementerio de Veteranos de Aguadilla, donde las familias Colón Vargas y Soto, así como otros amigos, le dieron su último adiós durante la ceremonia militar que rindió honores a quien en su juventud sirvió en la Segunda Guerra Mundial. 

La bandera de honor le fue entregada a la hija del difunto, Evangelista Colón Soto, quien acompañada por sus dos hermanos, Gregorio Emilio (Millito) y el doctor Benito Colón Soto, ex secretario auxiliar de Emergencias Médicas de Puerto Rico, la recibió con entereza y honor.

“Mi abuelo corrió motora hasta los 90 años y era catalogado como uno de los motociclistas más longevos del mundo. Los clubes de motora de Puerto Rico en conmemoración  a su persona le hicieron la escolta desde el cementerio Los Sauces (en Moca)”, explicó su nieto, Jorge Emilio Colón Colón en representación de su padre Millito, el menor de los tres hijos del difunto.

Como símbolo del motorista caído, se paseó en un arrastre la última motora que llegó a manejar Benín, como le solían llamar. Este condujo en dos ruedas durante 73 años de su vida. 

Seguido, varios clubes de motociclistas de Puerto Rico lucían sus chalecos en caravana, incluidos varios miembros de la familia.  Al evento dijeron presente clubes tales como el Latin American Motorcycle Association (en sus distintos capítulos de San Sebastián, Mayagüez, Moca, Aguadilla, etc.), el Aguadilla Cycle Club y el Club Happy Eagle, entre otros.

“Conocía a don Benín de muchos años. Era un hombre fiel a las motoras. Fue fundador del (club) Happy Eagle de Moca. Ya no corría por su edad, pero fue un hombre muy bueno. Su visión con el club era de confraternizar. Y no quería que usaran bebidas alcohólicas durante las corridas, era muy estricto con eso”, recordó Carlos Rodríguez Adorno, del Aguadilla Cycle Club.

La manera en que murió don Benín todavía muchos no la pueden aceptar. A pesar de que siempre dijo que prefería  morir en su motora, resultó arrollado por un auto en el cruce de peatones del Aguadilla Mall, a la salida de su reunión diaria con sus amigos en el salón comedor.

Precisamente, la comitiva fúnebre hizo una parada en este centro comercial, en el trayecto hacia el cementerio, donde lo esperaban sus amigos y compañeros de comedor. En su memoria, colocaron un crespón negro en la silla donde Benín solía sentarse por los últimos 15 años, en la primera mesa del salón.

Una vez en el camposanto, Pedro Acevedo, amigo de la familia dio el duelo, citando un fragmento del poema En la brecha, del aguadillano José de Diego. Luego el reverendo Jorge Luis Torres, de Aguadilla, ofreció el servicio religioso.

“En la escala de cosas buenas, el servicio fue excelente. Es doloroso, pero me dio la satisfacción de que se le dio el reconocimiento y los honores que mi padre se merecía”, expresó a su salida el doctor  Colón, agradecido de la respuesta de “la gran familia”, dijo en referencia a los clubes de motora que dijeron presente y a los amigos de su padre en todas las esferas.