Génesis
Lee la nueva columna de Luis Alberto Ferré Rangel, Director General GFR Media.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 8 años.
PUBLICIDAD
Ya el Puerto Rico que era no lo es. A medida que salimos del shock de la emergencia nos daremos cuenta de que todo ha cambiado. La rutina de las filas de las gasolineras, de las plantas de hielo, de los restaurantes y lavanderías dará paso pronto a una nueva rutina de país.
Las brechas en los municipios quedarán abiertas, las comunidades comunicadas, los hospitales con diésel y agua suficiente, el aeropuerto con electricidad y lograremos cierto nivel de estabilización en los próximos días.
Aun así, cerrarán cientos de pequeños y medianos comerciantes. Mientras, empresas más grandes quedarán seriamente afectadas por la interrupción del ciclo de negocios.
El semestre escolar estará en riesgo, tanto a nivel universitario como superior y elemental. Y miles de personas tendrán que lidiar con la construcción y habilitación de sus hogares. Todo ello poniendo una presión enorme en los lazos familiares.
Pasarán meses antes de que lleguemos a un cierto nivel de normalidad, que en todo sentido es relativo porque esa normalidad no se puede comparar con la que había antes.
Con los campos pelados, la infraestructura eléctrica y de telecomunicaciones hecha añicos, con el comercio en el piso, habrá que levantarse.
Y lo habremos de hacer desde otro lugar, no desde la visión miope y cortoplacista que nos llevó a un callejón sin salida en el tema de nuestra sostenibilidad social y económica.
Que se alcen nuestros planificadores, nuestras ingenieras, nuestros maestros, nuestras doctoras, nuestros comerciantes, nuestras amas de casa, nuestros jóvenes, nuestros jubilados para construir un nuevo país.
A construirlo edificando vías de movilidad e integración social. Tendiendo puentes de desarrollo para el mediano y pequeño comerciante. Sembrando más en nuestros campos, reservando aún más tierra valiosa. Elevando un sistema eléctrico que se nutra del viento, del sol y otras fuentes renovables.
A construirlo con un sistema de salud digno de nuestra gente, que alcance niveles óptimos de calidad y eficiencia. Levantando escuelas donde las necesitamos y diseñando un modelo educativo de primera clase.
Y que vengan, que regresen los que se fueron. Necesitamos manos, brazos, piernas, mentes, cerebros, corazones para la gran tarea que tenemos por delante.
Y que vengan nuestros queridos hermanos de nuestra hermosa Patria Extendida. Gracias por estar ahí cuando tantas veces nosotros, los de acá, los dejamos solos.
Y que comience. Todo.