En un mundo cambiante como la actualidad que vivimos, donde se anticipa que cada vez más equipos y programas de inteligencia artificial, se encargarán de llevar a cabo todo tipo de trabajos que hoy realizan los seres humanos, contar con una mentalidad de emprendimiento será esencial para que las generaciones más jóvenes, y la sociedad puertorriqueña en general, se puedan abrir camino.

Así que, es un asunto bastante apremiante ir forjando desde ahora esa mentalidad de emprendimiento, para dejar en el pasado la actitud que ha prevalecido por mucho tiempo en amplios sectores de la sociedad de esperar a que las cosas sucedan, y pasar de “no lo puedo hacer” a “cómo lo puedo hacer, lo voy a hacer, y vamos a salir adelante juntos”, según la recomendación de un comprometido grupo de expertas y expertos que se han unido, prestando su labor y experiencia de manera gratuita, en la alianza multisectorial que conforma la iniciativa Echar Pa’Lante.

Para conseguir esa colosal tarea de cambiar la forma de pensar y actuar de la sociedad, uno de los pasos lógicos es comenzar con la educación, entiéndase en las escuelas, tanto públicas como privadas, desde los niveles más básicos hasta los superiores, desarrollando estrategias de enseñanza de emprendimiento, para que luego esa mentalidad se disemine a hogares y comunidades. Y ese es, precisamente, uno de los esfuerzos que impulsa Echar Pa’Lante (EPL), con una cuidadosamente elaborada estrategia, que cuenta con el visto bueno del Departamento de Educación (DE), la Asociación de Educación Privada, la Alianza para la Educación Alternativa, escuelas de base religiosa, y siete de las principales universidades de la Isla, y con la que ya han logrado capacitar a la gran mayoría de las y los directores de escuelas públicas (96%) y “varios” escuelas privadas, católicas y de educación alternativa, así como a 10,061 maestros y maestras de escuelas públicas y privadas.

Esta alianza multisectorial, explicó Gloria Viscasillas, de Banco Popular, entidad que ha estado impulsando la iniciativa, comenzó en abril de 2012, con una convocatoria de Banco Popular, “pero le pertenece a todos los aliados, que están colaborando con su tiempo, con su saber, con su energía, y cada uno de ellos compartiendo lo que estamos haciendo con su círculo de influencia para que siga creciendo”.

Gloria Viscasillas, vicepresidenta de Desarrollo Económico de Banco Popular.
Gloria Viscasillas, vicepresidenta de Desarrollo Económico de Banco Popular. (David Villafane/Staff)

Agregó que EPL cuenta con la participación de expertos y líderes de la academia, el sector privado, organizaciones sin fines de lucro, gobierno, movimiento de economía solidaria, entre otros, que “no solo estudiamos la situación en la Isla, la situación a nivel mundial, las grandes tendencias” sino que también “juntos hacemos lo que llamamos ‘collective engineering’, que por medio de colaboración se han diseñado los modelos lógicos para transformar las distintas áreas en que nos hemos enfocado”.

Además de la capacitación, este esfuerzo conlleva un modelo para “transformar las escuelas en comunidades emprendedoras”, que incluye crear clubes, competencias, ferias, exposiciones y empresas escolares, así como transformar un salón de clases en un ‘MakerSpace”, para fomentar el emprendimiento.

“Y es importante mencionar la diferencia entre un empresario y un emprendedor, estamos hablando de concepto y de aptitud, que son dos cosas diferentes. Una de las cosas que queremos educar es precisamente que, cada vez que se dice ‘la mentalidad emprendedora’, uno piensa, ‘ah, es que voy a montar un negocio’. Y por supuesto, claro que queremos que sí, que en algún momento sí. Pero no necesariamente. Puede haber un intraemprendedor, una persona que está dentro de las empresas, que pueda ser esa persona clave que lleve esa empresa a otro nivel. Y esa es una mentalidad”, aclaró la doctora Eileen Figueroa Rivera, de la Universidad de Puerto Rico (UPR) en Cayey y Ponce.

Doctora Eileen Figueroa Rivera, de la Universidad de Puerto Rico (UPR) en Cayey y Ponce.
Doctora Eileen Figueroa Rivera, de la Universidad de Puerto Rico (UPR) en Cayey y Ponce. (David Villafane/Staff)

“La palabra emprendimiento es la clave. Porque cuando hablas de este tema muchas veces la gente usa empresarismo, emprendimiento, y se confunde. Nosotros estamos hablando de emprendimiento, que incluye a todo el mundo, porque significa, y sale de la raíz de emprender, comenzar, iniciar. Así que esa duda de que si es o no... Es para todo el mundo que quiera hacer algo que trasforme su vida”, agregó el doctor Alex Rodríguez Ginorio, de la Universidad Interamericana.

Alex Rodríguez Ginorio, de la Universidad Interamericana.
Alex Rodríguez Ginorio, de la Universidad Interamericana. (David Villafane/Staff)

Y, aunque el concepto de emprendimiento podría decirse que se ha puesto de moda recientemente, “la realidad es que es más viejo que el frío. Porque la realidad es la iniciativa de hacer. Y el emprendimiento es una sombrilla muy amplia, que abarca emprendimiento cultural, social, económico, académico. Todo lo que lleve a hacer, a ejecutar para beneficio de un colectivo”, agregó la doctora Glorimar Santini Hernández, de EDP University. “Hay que reeducar a las personas para que entiendan que el emprendimiento es una actitud, es una forma de pensar y es una forma de vida. Y está pensada para beneficiar al colectivo”.

Ana Yris Guzmán Torres, directora ejecutiva y cofundadora de Nuestra Escuela, institución que tiene en práctica un currículo en emprendimiento, puso un par de ejemplos más concretos de cómo se traduce ese emprendimiento.

“Cuando hablamos de emprendimiento, estamos hablando de la capacidad que se genera de empezar a hacer cosas nuevas o cosas que ya existen, pero de una manera diferente”, comentó. “Nuestros estudiantes son capaces de emprender a nivel social. Así que muchos de los principios que ves en el currículo que se está presentando, que están relacionados con el desarrollo del pensamiento crítico, con la creatividad, con la solución de problemas, todo eso está atado, por ejemplo, cuando un grupo de estudiantes decide que hay un problema en la comunidad y que lo quieren atender, están desarrollando un emprendimiento de índole social. Cuando un grupo de estudiantes genera dinero para resolver un problema social porque tiene que hacer una inversión mínima en la comunidad, estamos hablando de un emprendimiento híbrido. Y cuando un grupo de estudiantes decide lo que queremos hacer con este proyecto es generar un producto y venderlo, estamos hablando de un emprendimiento económico. De lo que se trata es de cambiar la manera en la que vemos las oportunidades”.

Urge un cambio de mentalidad

La doctora Nyvea Silva Herrera, profesora retirada de la Universidad del Sagrado Corazón, resaltó lo complejo que resulta cambiar los sistemas educativos, sea en universidades, en las escuelas públicas o en las escuelas privadas y alternativas, y urgió a esas instituciones a poner en práctica ese mensaje de que “Puerto Rico tiene que ponerse las pilas para evolucionar como sociedad”. No obstante, aplaudió la disposición y apertura que existe actualmente en el DE y otros sistemas privados.

“Si nosotros queremos una Isla emprendedora, tenemos que asegurarnos una cantidad de jóvenes con una nueva mentalidad de qué es lo que queremos hacer en esta Isla y cómo queremos que esta Isla progrese al nivel que es necesario”, alertó. “Ya Echar Pa’Lante ha hecho un movimiento a nivel de juntar todos los sectores y colegiarlos y decirles, ‘mira, nosotros, si alzamos la voz todos a la vez, la gente lo va a escuchar’. Pero hay que seguir haciendo esta labor de evangelizar de lo que es emprendimiento y empresarismo”.

El grupo subrayó que “el futuro del trabajo no es de la gente empleada por otra organización”. De hecho, se estima que actualmente el 60% de los trabajadores menores de 30 años depende de la autogestión y el emprendimiento, y los expertos vaticinan que esa cifra seguirá creciendo hasta estabilizarse en 70/30 o 75/25.

“O sea, que tres cuartas partes de la fuerza trabajadora va a estar en los próximos 10 a 15 años dependiendo del emprendimiento, y no va a hacer una sola cosa lo que estén haciendo. Van a estar haciendo más de una. O sea, que puede que estén mitad del tiempo con una empresa y la otra mitad del tiempo con un emprendimiento. Por eso es que es tan importante que todo el mundo desarrolle las destrezas para poder depender de sí mismos”, insistió la doctora Santini Hernández.

La iniciativa de emprendimiento de Echar Pa’Lante ya ha sido adoptada por el DE en su revisión curricular de 2022, y se considera “política pública”, con instrucciones de que se tiene que “integrar de manera transversal, en todos los grados, y todas las materias”. Entre las instituciones privadas, ya las escuelas católicas decidieron adoptarlo, y continúa la capacitación de directores y maestros a través de la Asociación de Educación Privada de Puerto Rico.

El doctor Javier Hernández Acosta, de la Universidad de Sagrado Corazón, por su parte, destacó como otro aspecto relevante de la iniciativa el hecho de que, por primera vez, “por lo menos en la historia reciente de este país”, se plantea una estrategia de desarrollo económico y social “fundamentada en el talento local”.

“Las universidades y las escuelas han sido muy efectivas en desarrollar talentos, pero no en cómo ese talento se pone en función de la sociedad. El emprendimiento es ese puente entre tus talentos y cómo tú los pones en función de la sociedad”, comentó Hernández Acosta. “Y lo bonito del emprendimiento como destreza, es que, como también es una metodología de idear, validar, desarrollar y ejecutar, es fácil integrarlo a todas las disciplinas”.

Más allá de los expertos, el joven Christian Soto Nieves, estudiante de arquitectura de la UPR, celebró esta iniciativa mientras compartía su reciente experiencia como parte de un grupo de ‘summer interns’ que trabajó en el diseño de un ‘MakerSpace’ en una escuela superior vocacional de Toa Alta con alta matrícula de estudiantes de educación especial. Indicó que la transformación de un salón de clase en lo que algunos también llaman centro de innovación o laboratorio de fabricación, permitirá a los estudiantes contar con un taller “para que puedan tener las herramientas para crear prototipos, productos o proyectos con una calidad industrial que -de otra manera- sería muy poco probable, o para la ideación de proyectos para solucionar problemas”.

En resumen, mamá, papá, abuela, tía o tutor, así como las y los estudiantes, deben esperar que en su escuela se incorporen esos ejercicios de emprendimiento a las materias, que se creen clubes de emprendimiento, que se cree al menos un ‘MakerSpace’, que se hagan competencias y actividades de exhibición del trabajo que hagan los estudiantes, que se genere una empresa escolar donde se ponga en práctica ese trabajo, entre otros, que son parte de una lista de siete componentes, “que son complementarios, porque la idea es que el estudiante tenga en el salón de clases la materia, pero cuando salga a las 3:00 p.m. también tiene la oportunidad de seguir trabajando con la empresa o ir al laboratorio, y también involucra a su papá, mamá, abuela, o quien sea la persona a cargo de ese estudiante, porque tienen que estar claros que esto es una combinación de trabajo en equipo”.

Así que, en este nuevo año escolar “busque a Echar Pa’Lante. Y si no está en su escuela, llame, porque queremos hacer esto”.

El grupo aclaró que EPL no se limita a las escuelas, pues también ha desarrollado programas e iniciativas para universidades, para profesionales que buscan reinventarse, para compañías que quieren desarrollar intraempresarismo, para las personas de mayor edad que quieran emprender, para exconvictos, entre otros.

“Así que nuestra misión ahora mismo es desarrollar una cultura global de emprendimiento, innovación, resiliencia y sostenibilidad”, que busca “impactar a toda la población” a través de “una intervención multisectorial para transformar a la Isla en lo que estamos llamando La Isla Emprendedora”.