SCOTT AIR FORCE BASE, Illinois. Como un “error” del piloto y la tripulación, así describió el informe de las Fuerzas Aéreas las causas del accidente aéreo de la Guardia Nacional que cobró la vida de nueve soldados boricuas.

El fatídico accidente del WC-130 ocurrió el pasado 2 de mayo, cuando la nave –que había volado por 60 años– realizaba su último viaje hace un junker de aviones en la ciudad de Tucson, Arizona.

“Después de un extenso análisis de factores humanos y de ingeniería, se identificó por una preponderancia de la evidencia de que la causa del accidente fue un error del piloto. Si no se siguen los procedimientos y las listas de verificación, la aeronave se encuentra en una posición de vuelo peligroso y es vulnerable a una entrada de timón errante. La aplicación subsiguiente del timón izquierdo por el piloto resultó en la pérdida del control de la aeronave y la última desgracia de la aeronave”, se desprende del comunicado emitido por la Oficina de Asuntos Públicos del Comando de Movilidad Aérea.

Precisamente, antes de que se hiciera público el informe, uno de los familiares de la víctima denunció a Primera Hora el hecho de que culparan al piloto por lo sucedido.

“Cuando se te ponen los huevos a peseta lo que tienes son unos segundos para reaccionar y estoy seguro que ellos lo hicieron, pero por más experiencia que tengas, si hay desperfectos mecánicos no hay mucho que puedas hacer”, expresó.

Según detalla el informe, durante el despegue, el motor número uno –que se encuentra a la extrema izquierda– experimentó una disminución significativa en las RPM’s, lo que disminuyó sustancialmente el empuje, la fuerza que mueve la aeronave a través del aire.

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“La deficiencia de empuje no fue reconocida por la tripulación hasta momentos antes del despegue cuando la aeronave viró a la izquierda y casi salió de la pista hacia la hierba antes de lograr el vuelo. En el ascenso inicial, la tripulación del accidente no aplicó correctamente los procedimientos normales y de emergencia para abordar la situación, incluida la aplicación incorrecta del timón izquierdo y un giro a la izquierda en la dirección del motor averiado”, se desprende del comunicado.

Es por esto que concluyeron que la aeronave descendió e impactó el terreno en la carretera 21 del estado de Georgia.

“Entre los factores importantes que contribuyen al contratiempo se incluyen la incapacidad de la tripulación para prepararse adecuadamente para las acciones de emergencia, interrumpir el despegue, ejecutar adecuadamente las listas de verificación y procedimientos apropiados para el despegue y el apagado del motor; y el mantenimiento en tierra antes de que la misión fallara en diagnosticar y reparar correctamente el funcionamiento defectuoso del motor uno que se repitió durante el despegue en el vuelo de accidente”, añadieron.

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El equipo de la Junta de Investigación de Accidentes, liderado por el general John C. Millard, director adjunto de Planes Estratégicos, Requisitos y Programas de AMC, determinó que la gestión de la tripulación se desvía de los procedimientos estándar y las órdenes técnicas.

"El propósito de la investigación fue identificar la causa y los factores que contribuyeron a este incidente trágico y desafortunado", dijo Millard.

"Al realizar una revisión e investigación exhaustiva, esperamos proporcionar respuestas a las familias de valientes aviadores que perdieron la vida y evitar futuras ocurrencias y tragedias", sostuvo por escrito.

Millard dirigió un equipo de Fuerza Total de expertos multidisciplinarios en la materia del 18 de junio al 16 de julio para evaluar los hechos y circunstancias del accidente y determinar su causa.

El equipo se basó en múltiples fuentes, incluidas entrevistas, registros, videos, materiales informativos e inspección de los restos de los aviones.

Aquí el informe completo.