Nada como un alimento de calidad, proveniente de animales que pastan libremente, de la manera más cercana a lo que lo harían en su estado natural, en una finca con un proyecto que no solamente busca esa armonía con el ambiente, sino invita a otros a aprender cómo cultivar plantas y criar animales de esa forma.

Esa es la filosofía que practican en la Finca Pastoreo, en el barrio Maguayo de Dorado, donde han unido fuerzas Ray Adorno, Ángel Adorno y Pedro Prado en un novedoso proyecto que además de producir alimentos, educa a la comunidad, entre viveros, coloridas siembras de vegetales, árboles frutales, gallinas ponedoras que se mueven y cacarean a sus anchas por el campo, cerditos que descansan bajo arbustos y juegan en el fango de un día de lluvia, rebaños de incansables y juguetonas ovejas, panales de abejas, y un par de perros cariñosos, aunque siempre vigilantes.

“Lo que tratamos es de integrar a la comunidad con unos programas que tenemos en la finca de agroeducación, donde les enseñamos sobre siembra, sobre cómo manejar los animales, como las gallinas ponedoras de huevos que tenemos, los pollos de carne, los cerdos de pastoreo”, explicó Prado durante un recorrido por la finca.

“Lo otro que hacemos es integrar también a la comunidad en que puedan ver la autenticidad de la agricultura local en Puerto Rico, ofreciendo tours. De esa forma, ellos se sienten como parte de la finca, pueden ver cómo se producen los productos que están consumiendo y a su vez les damos la oportunidad de si quieren ser voluntarios del programa para que vengan aquí y aprendan de cómo hacer cosas que podrían practicar en sus propias casas y en sus patios”, agregó.

Prado explicó que la agricultura que practican en la finca se conoce como de pastoreo y se diferencia de otras por el hecho de que todas las estructuras donde están los animales son móviles, y se mueven con frecuencia a pasto fresco. Por ejemplo, las casetas de las gallinas ponedoras de huevos, que les protegen de la lluvia y el sol, son unos carretones abiertos que se mueven constantemente a pasto fresco, y de esa forma las gallinas están sobre un terreno limpio y lleno de hierbas y alimentos, y él área donde estuvieron antes se empieza a recuperar con nuevo pasto.

“Lo que buscamos es que el animal tenga una diversidad de nutrientes, para que así ese huevo sea mucho más nutritivo. Aquí tratamos de que ellas (las gallinas) puedan expresar todo su comportamiento natural, porque en la naturaleza los animales se mueven. Aquí en Finca Pastoreo los movemos constantemente. Tienen acceso a todo tipo de plantas, que le decimos ensalada fresca, porque como las estamos moviendo nunca están en el mismo lugar donde estuvieron defecando. A su vez tienen acceso a gusanitos, insectos, lo que sería su comportamiento natural”, explicó.

La finca cuenta con unos carretones donde se protegen las gallinas de la lluvia y el sol que nos abiertos y móviles, por lo que las aves siempre están sobre un terreno limpio y lleno de hierbas y alimentos.
La finca cuenta con unos carretones donde se protegen las gallinas de la lluvia y el sol que nos abiertos y móviles, por lo que las aves siempre están sobre un terreno limpio y lleno de hierbas y alimentos. (Suministrada)

Además, les proveen “un suplemento, un alimento que tiene alfalfa orgánica, vitaminas y minerales orgánicos con algas marinas que son muy altas en minerales trazos y tienen probióticos. Además le añadimos avena para que haya más diversidad de grano y también se le añade orégano como suplemento natural que sirve como antibiótico natural y les ayuda a mantenerse saludable, porque no utilizamos ningún tipo de químico”.

Al moverlas frecuentemente se cuida el medio ambiente, toda vez que no se impacta tanto el área con las heces de las gallinas, pero se fertiliza de forma orgánica y controlada, y así se protegen los acuíferos, pues todo el proceso es lo más cercano a los ciclos naturales.

De hecho, los estudios que han hecho indican que apenas depositan en el suelo “un 10% de lo puede descomponer la tierra”. Y aunque pudieran hacer las cosas de manera más intensiva, prefieren trabajar de manera más cuidadosa con “regenerar la fertilidad y proteger el medio ambiente”.

“Además queremos una finca donde no hayan malos olores, donde no hayan moscas. Y esa es la forma de hacerlo, que todo el medio ambiente está trabajando en conjunto”, agregó Prado.

Es de destacar que, a pesar que en la finca hay un sinnúmero de gallinas ponedoras de huevos, pollos para carne, cerdos y ovejas, no hay malos olores ni acumulación de excrementos o moscas por ningún lado. Los animales, además, se muestran dóciles y amistosos, indicador de que reciben un trato que no los lleva a desconfiar de los humanos.

Prado sostuvo que hay estudios sobre la calidad del alimento bajo esta forma de agricultura de pastoreo que muestran que es superior a otras formas donde los animales están en una estructura fija, ya sea lo que se conoce como ‘free range’ o de libre movimiento, en que los animales se mueven alrededor del edificio, o sin salir del edificio, pero con alimentación orgánica y sin químicos, que son variantes de por sí consideradas mejores que las de producción convencional.

“Aquí lo que hacemos es darle una dieta bien diversa al animal, para que esa proteína y ese huevo sea bien nutritivo, y lo dicen unos estudios de Mother Earth, que han comparado huevos por ejemplo de agricultura convencional con los de pastoreo y cambian, las grasas saturadas se reducen a la mitad, el colesterol baja, los omega 3 suben, las vitaminas A, D, E, todo eso aumenta. Y es, pues, porque si tienen una nutrición bien diversa y rica en nutrientes, el animal va a producir una proteína más nutritiva”, detalló Prado. “Por eso, a este tipo de agricultura, los productos, la carne y los huevos, se le dice que son densamente nutritivos, por esos estudios que ya lo han reflejado. Y ese tipo de agricultura se la enseñamos a los voluntarios, a la comunidad”.

Según Prado, “el propósito de nosotros es enseñarle a la comunidad cómo imitar esos procesos naturales que ya existen de una forma sin impactar el medio ambiente, que la agricultura se puede hacer sin impactar el medio ambiente, sin contaminar. Que ese impacto sea uno que los microrganismos los puedan manejar y se recupere mejor. Lo que queremos es regenerar, aumentar lo que se perdió”.

El visitante puede comprobar que los animales viven libres en la finca,  lo más cercano a su ambiente y comportamiento natural.
El visitante puede comprobar que los animales viven libres en la finca, lo más cercano a su ambiente y comportamiento natural. (Suministrada)

“Queremos enseñarle eso a la sociedad, que este tipo de agricultura mejora, regenera la fertilidad de ese suelo, que también se pueden criar los animales de una forma que estén felices y expresando todo su comportamiento natural. Y también que se incorporen. Aquí ellos recogen huevos con nosotros cuando vienen, si nos quieren ayudar a moverlos, cuando hacemos los movimientos a pasto fresco. Ven, interactúan con los animales, ven que son dóciles, que están contentos”, comentó Prado.

Asimismo, enseñan a la comunidad sobre compostar, mostrando que de todo lo que se produce en la finca, no se desperdicia nada. Por ejemplo, un huevo que se raja, no se puede vender, pero lo usan en la composta o para alimentar a los animales. De igual forma, ofrece talleres sobre siembra, con el huerto comunitario que usan para el grupo que trabaja en la finca, para enseñar a la comunidad cómo pueden hacer algo similar en sus casas.

La acogida, en el poco tiempo que llevan con la experiencia, ha sido excelente, desde familias con niños que por primera vez ven esos animales de cría, o que recogen ellos mismos los huevos que van a comprar, hasta personas que han pagado incluso más del precio que piden por ciertos productos, al considerar que la calidad de los mismos así lo amerita.

Entre los vecinos también hay buena acogida, y “les encanta el proyecto”. Uno de ellos hasta les regló el letrero en la entrada de la finca.

En los planes futuros, esperan incorporar áreas con vacas de carne, y ya están dando los toques finales a una tiendita que operará en la finca.

“Aquí están las puertas abiertas todo el tiempo. Esto no es una finca que tiene un letrero al frente que dice no traspase. Aquí queremos que venga la comunidad, que vea lo que estamos haciendo, que nos inspeccionen, para que vean como se hacen la cosas”, insistió Prado. “Si seguimos creciendo como grupo, es la forma como vamos a poder de verdad ayudar a todo Puerto Rico a que tengamos seguridad alimenticia. Y a su vez también crear dueños de negocios, que haya más agricultores haciendo lo que estamos haciendo. Hay espacio para crecimiento, para cientos de agricultores como nosotros. El pastel es gigantesco”.

Los interesados en visitar la finca o adquirir sus productos, pueden visitar el portal fincapastoreo.com, donde pueden solicitar entrega de productos al hogar, o poner la orden e ir a recogerla a la finca, o, en caso por ejemplo de huevos, incluso participar del proceso de recogerlos.