Familias pepinianas vivieron una experiencia parapelos
Narran la pesadilla que vivieron cuando dos golpes de agua los sorprendieron en sus casas.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 9 años.
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San Sebastián. Fueron dos repentinos golpes de agua que sorprendieron a una comunidad de un lado y del otro.
Cuando Lissette González Rodríguez vio que el río Culebrinas le venía encima a su casa como si fueran dos brazos de agua, no encontró para dónde correr.
Fue al atardecer del sábado, cuando el río arropó en un instante la calle de la urbanización Culebrinas, por la carretera PR-125 en San Sebastián de las Vegas del Pepino, a donde se había mudado hacía dos meses.
“Yo nunca había visto algo así. Cuando yo vi ese correntón de agua que venía de un lado y del otro, yo no encontré qué hacer. Lo primero que hice fue buscar salvar la vida de una señora (vecina) que es envejeciente. La sacamos cogiéndola al hombro y la llevamos a la residencia de al lado. Pero vi que el agua seguía metiéndose para adentro y quedé impactada”, dijo la mujer natural de Aguada.
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La experiencia para esta comunidad fue la antesala a esta temporada ciclónica, recién estrenada con el paso del fenómeno climatológico Danny, que se espera llegue mañana a Puerto Rico.
Los vecinos de la urbanización Culebrinas dicen que el río no se salía de su cauce desde el 1998; esta vez, el agua subió más de tres pies del nivel de la calle.
“Nos llegaba más arriba de las rodillas y venía con fuerza”, dijo González Rodríguez.
Las pérdidas materiales no se han cuantificado para las diez familias que se perjudicaron por este sorpresivo golpe de agua.
Los zafacones corrían calle abajo, la fuerza del agua movió hasta guaguas que estaban estacionadas e incluso se podían ver vacas arrastradas por la corriente río abajo.
De toda clase de muebles, desde juegos de cuarto, ropa, mattress, alfombras, y otros enseres del hogar, ahora yacen en las aceras en espera de que el camión se los lleve al vertedero.
También se reportaron ayer otras cuatro casas perjudicadas en la urbanización Santa Teresita en el barrio Juncal.
Para Wilfredo Martínez la experiencia fue estremecedora.
“Nunca había pasado una experiencia así. Fue bien fuerte. Pensé en salvar vidas. A la primera que agarré fue a mi esposa y los nenes. Después la señora de al lado. Y personas mayores que las subimos encima de la casa”, destacó.
Hace 20 años que Ernesto Torres reside en Santa Teresita, y en el momento de la emergencia se encontraba con su familia en el segundo piso del inmueble.
“Vimos que la Defensa Civil llegó con sus vehículos y bloquearon las carreteras. Me dije: 'pasa algo'. Cuando la gente empezó a salir, ellos le indicaban que no podían pasar porque se estaba saliendo el río del cauce. Empezó a llenarse la carretera de agua y llenó todas las casas. Nos sacaron a todos”, narró Torres.
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No obstante, con esta experiencia, Torres dice temer que vuelva a ocurrir lo mismo.
“Pasa una vez, puede volver a ocurrir”, acotó.
Mientras, para el alcalde Javier Jiménez Pérez, el problema que causó el desborde del río fue en primera instancia la cantidad de lluvia que ha caído durante esta pasada semana.
“Pero adicional a eso, teníamos en una de las áreas del cauce un árbol que estaba bastante adentro y otros árboles que se habían tumbado, que cuando el río se desbordó no tuvo por donde salir. Aparentemente lo que hizo fue llegar hasta las residencias”, opinó.
Además, destacó que cercano al área de las residencias se cayó gran parte de una pared del río, lo que provocó una especie de barrera que aguantó la velocidad de las corrientes, haciendo que se desviara el cauce.
En el transcurso de hoy, se espera que continúen los trabajos de movimiento de sedimentación hacia la orilla, si así lo permiten las condiciones del clima.