Familia lucha por resugir en una vivienda que fue catalogada como “estorbo público”
Pronta graduación de una de las hijas las llena con esperanza de cambio.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 1 año.
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Reconstruir una casa de un familiar que fue marcada como un “estorbo público” por el municipio de Toa Baja y que se inundó en medio del embate del huracán Fiona queda en segundo plano cuando Aixa Salgado piensa en celebrar las metas alcanzadas por sus hijas, de 18 y 13 años.
La lista de problemas que debe enfrentar parece larga, pero la mujer de 44 años se enfoca en cómo le puede brindar un mejor porvenir a sus niñas, sobre todo cuando su hija mayor se graduará este próximo mayo de cuarto año.
Esta madre soltera y sus hijas, Yetzania y Tamilca Cruz Salgado, viven frente a la plaza pública de Toa Baja, una zona que quedó casi desierta desde que el ayuntamiento fue sacado hacia el área de Levittown. Allí, Salgado se dedica a vender sándwiches de pollo, pernil, bistec o tripleta.
La historia fue reseñada ayer en el espacio “Revive la Esperanza” del programa “Día a día” (Telemundo), que cuenta con el apoyo de Primera Hora y MCS Foundation.
De primera mirada, la residencia blanca y azul que habitan no refleja todos los embates que sufrió al estar por 30 años cerrada en una zona inundable. Pero, en su interior da signos de la lucha que sus inquilinas han atravesado por el pasado año y que las llevan a vivir sin sistemas de energía eléctrica o agua potable, con varillas expuestas y otros problemas estructurales.
La familia llegó a Puerto Rico en marzo de 2021, tras haber residido en varios estados de los Estados Unidos donde Salgado laboraba la limpieza de hoteles. Su última estancia fue en Florida.
“Me quedé sin trabajo y allá la renta es demasiado cara. Pagaba carro, casa, seguro”, expuso, sobre la razón que la empujó a regresar a la Isla para vivir con sus abuelos.
Para no incomodar a su familia, la mujer identificó la oportunidad de vivir en la casa familiar que el municipio había marcado como “estorbo público”. Por ello, acudió al ayuntamiento, quien le dio cinco años para mejorar la condición de la vivienda.
“Esto era un desastre. Esto había pasado María, huracanes, terremotos. Estuvo 30 años vacía”, expuso, al mostrar un vídeo de todo el escombro y el barro que se acumuló en la vivienda.
Poco a poco, la mujer solita comenzó a limpiar, pintar y arreglar el empañado de la vivienda.
“Al principio fue horripilante. Fue un poco incómodo en cuestión de que el vecino del lado es que nos está dando luz, nos está dando agua. Ellos no viven ahí tampoco. Y cuando él viene a fin de mes, yo le doy el dinero para pagar la luz y el agua. Es un poco incómodo, porque todavía la casa no está bien arreglada, los cuartos todavía no están. Están habitables, pero están faltando otras cositas. Pero lo más que me preocupa es lo de la luz”, expuso.
Cuando ya había amueblado y arreglado algunos problemas de la vivienda, llegó el huracán Fiona. La familia volvió a casa de los abuelos de Salgado, porque todo el mundo les comentó que la zona se inundaba por el río La Plata.
“Perdimos todo”, afirmó Salgado.
Señaló que la situación la puso “melancólica”.
“Ya que uno está ahí, hay que empezar otra vez de nuevo. Está fuerte”, detalló.
Yetzania añadió que para la familia fue “bien triste” tener que volver a empezar. Sobre todo, porque habían logrado mejorar las condiciones de la vivienda y amueblarla con mucho esfuerzo.
Ahora, la vivienda está ocupada por muebles viejos que le han ido regalando. Salgado logró comprar una nevera. Pero, no tienen lavadora ni juegos de cuarto.
“Toda nuestra fuerza, lo que hicimos se fue por la ventana. Se fue, se salió. Empezar otra vez fue bien duro, horrible. Tratar de hacer todo otra vez es como darle ‘reset’ a la vida”, dijo la joven de 18 años, sobre su primera experiencia de un huracán en la Isla.
En medio del renacer que tiene que enfrentar la familia, a Yetzania le llega la hora de graduarse de cuarto año de la escuela Adolfina Irizarry de Puig, en Toa Baja.
Preocupados por la situación que enfrenta la joven, los maestros acudieron por ayuda para que la joven pudiera tener todo listo para su graduación. El movimiento llenó de esperanza a la madre y ahora sus miras están en lograr que la niña tenga un cambio de imagen para sus actividades escolares.
“Yo no pido. Yo no soy de pedir. A mí me gusta luchar por lo mío, pero cualquier ayuda será bienvenida. A veces, la vida se hace bien fuerte. A veces, yo me deprimo. Quien me saca de la depresión son las nenas. Uno lo que quiere es darle todo a los hijos. Yo no me meto la cuchara en la boca para que ellas coman. Todo lo que quiero es que mis hijas estén bien”, comentó Salgado.
Por su parte, la joven graduanda indicó que “mi abuela dice que nos va a ayudar comprar las cosas y a tratar de comprar un traje que se vea bien. Pero, es que a veces las cosas cuestan mucho. No salen como es. Pues, yo estoy agradecida de que está ayudando la gente, me están dando la esperanza que yo quería, porque con la ayuda que ustedes me están dando, yo puedo ir para el Prom y graduarme como cualquier otro joven”.
Tamilca, de 13 años, fue muy tímida y no quiso exponer las dificultades que tiene que atravesar. Sin embargo, Yetzania se armó de valor para exponer que espera que su graduación sea el primer paso para que la vida de la familia mejore.
Explicó que sus metas es poder ingresar a la Guardia Nacional y estudiar fotografía, así como ‘pet grooming’. Afirmó que una vez comience a trabajar, quiere recompensar a su mamá por todo lo que ha sacrificado.
“Yo quiero hacerla orgullosa de que yo soy su hija, graduarme, tener un trabajo y darle pa’ atrás lo que ella nos dio a nosotras y darle lo que ella ha querido toda su vida, abrir un restaurante”, manifestó la joven.
Además del cambio de imagen y todo lo necesario para la graduación, la familia necesita mejorar las condiciones de su hogar. Principalmente, lograr la conexión de los servicios de agua potable y energía eléctrica, así como muebles y enseres.
Si deseas ayudar en los casos reseñados en “Revive la Esperanza” y Primera Hora, puedes escribir a: revivelaesperanzapr @gmail.com, o a través de WhatsApp al número: 787-505-7575. De igual manera, puedes hacer contacto para dar a conocer algún caso que necesite de esta ayuda.