San Juan. Cerca de 140,000 clientes de la compañía estatal del agua en Puerto Rico comienzan este jueves un plan de interrupción del servicio debido a la sequía, agudizada por una infraestructura sin mantenimiento y embalses con exceso de sedimento, causa de que un 60 % del agua se desperdicie.

El plan de racionamiento de la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA) para los clientes del embalse Carraízo comenzó a primeras horas de la mañana en varios sectores de los municipios de Trujillo Alto, Carolina, Canóvanas y San Juan, alrededor del área metropolitana de la capital.

El embalse de Carraízo (Trujillo Alto) registró este jueves un nivel 37 metros, una disminución de 10 centímetros con respecto al miércoles.

La presidenta de la AAA, Doriel Pagán, recordó que no necesariamente las lluvias que han caído en días recientes lo han hecho en la cuenca del embalse Carraízo.

"Lo que queríamos con este plan de racionamiento es evitar llegar a 48 horas de racionamiento, porque sabemos que estamos en periodo especial por la pandemia", dijo.

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La presidenta de la AAA, Doriel Pagán, dijo en entrevista radial que espera que la onda tropical que pasará por la región deje lluvias.

"No necesariamente las lluvias que han caído en días recientes lo han hecho en la cuenca del embalse Carraízo. Lo que queríamos con este plan de racionamiento es evitar llegar a 48 horas de racionamiento, porque sabemos que estamos en periodo especial por la pandemia", dijo.

Una orden regula el uso del agua

Pagán señaló que consecuencia de la falta de lluvias se publicó una orden que regula el uso del agua que queda prohibido el lavado de vehículos, entre otras medidas, y cuya infracción supondrá multas de hasta 2,500 dólares.

El plan de interrupción del servicio, en periodos de 24 horas, un día sí y otro no, llega después de que la gobernadora, Wanda Vázquez, hiciera pública el pasado 29 de junio la orden ejecutiva 2020-049 que declara el estado de emergencia por sequía para toda la isla.

Vázquez indicó para justificar la medida que, en su informe del 25 de junio, el Servicio Nacional de Meteorología de Estados Unidos clasificó a 29 municipios en un estado de sequía meteorológica moderada y 21 en sequía meteorológica severa.

La interrupción del servicio no ha evitado que la AAA anunciara el pasado martes la puesta en marcha, por cuarta ocasión desde enero de 2018, un aumento de tarifas que encarecerá el servicio en un 2,5 % para sus clientes residenciales.

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El alza para los abonados comerciales, industriales y del gobierno será de 2.8 %, 3.5 % y 4.5 %, respectivamente.

Estos incrementos fueron aprobados en 2017 y se repetirán, al menos, hasta el año fiscal 2022, según el plan fiscal certificado de la AAA.

La falta de lluvias es uno de los motivos del comienzo del racionamiento, pero no el único, ya que expertos han apuntado que el mal estado de los conductos por el que circula el agua -lo que provoca masivas filtraciones- y la sedimentación que cada vez gana más espacio en los embalses son otros de los motivos del problema.

La Junta de Supervisión Fiscal (JSF), la entidad de control federal impuesta por Washington para tratar el asunto de la deuda, anunció el pasado 26 de junio la certificación del plan fiscal de la AAA, momento en el que se apuntaron los problemas de esta compañía estatal.

Denuncian la pérdida de agua

La directora ejecutiva de la JSF, Natalie Jaresko, aprovechó para denunciar que se pierde demasiada agua debido a roturas recurrentes en los conductos, contadores defectuosos y otras deficiencias.

Según Jaresko, hasta un 60 % del agua se desperdicia antes de que llegue a los hogares.

Respecto a la calidad del agua apuntó que los informes apuntan tendencias preocupantes por violaciones en el porcentaje de nitratos y subproductos con base de cloro.

Además de las filtraciones en los conductos que llevan el agua, otro de los problemas para la AAA en Puerto Rico es la altísima sedimentación en los embalses que afecta a gran parte de su capacidad, lo que se vio agravado tras el huracán María en septiembre de 2017.

Según estimaciones, los embalses pudieron haber perdido más del 12 % de su capacidad a raíz del evento atmosférico.

Según el científico Jorge Ortiz Zayas, Puerto Rico es uno de los países con mayor cantidad de embalses per cápita en el mundo, pero la poca capacidad de retención de agua que tienen estas reservas es agravada por la falta de control de la sedimentación y la inexistencia de un plan de limpieza.

A la falta de agua se suman las consecuencias para la economía y más en concreto para el campo, ya que según informes del Departamento de Agricultura la sequía de los años 2014 al 2016 provocó pérdidas en la agricultura de cerca de 13 millones de dólares, una situación que podría, incluso, incrementarse en 2020.

El informe del Monitor de Sequía de EE.UU. divulgado este jueves refleja que un 73.2 % de la superficie de Puerto Rico está en situación anormalmente seca, lo que supone una reducción de 4,2 puntos respecto a hace una semana.

El 22.4 % de la superficie de la isla está en situación de sequía severa, más de 2 puntos por debajo que hace 7 días.

Puerto Rico cuenta con 38 embalses y represas, pero solamente 11 de los 34 embalses públicos proveen el agua potable que consumen los cerca de 3 millones de habitantes de la isla. EFE News

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