Fallece la primera dama de Villalba
Desde hace un año, Glendaliz Soto Vega batallaba contra la leucemia
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 5 años.
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La primera dama del municipio de Villalba, Glendaliz Soto Vega, falleció hoy a consecuencia de la leucemia que la aquejaba. Tenía 38 años.
La esposa del alcalde Luis Javier Hernández Ortiz estaba recluida desde el pasado martes, 12 de noviembre en la unidad de intensivo del Hospital Municipal de San Juan, luego de contraer una bacteria que le provocó una infección.
Luego trascendió que recibía asistencia respiratoria con un ventilador.
Soto Vega, madre de las pequeñas Victoria (9) e Isabel (7), recibió el diagnóstico de la enfermedad en octubre de 2018 y esperaba recuperarse para, posteriormente, someterse a un trasplante de médula ósea.
“Mi guerrera Glendaliz Soto Vega ha dado su última batalla en esta tierra. Ya no sufre más. Ahora será un ángel que desde el cielo cuidará de nuestras hijas. En ellas estará su presencia por siempre. Su legado permanecerá en la memoria de mi querido #Villalba y el país. TE AMARÉ POR SIEMPRE”, escribió el alcalde en su red social de Facebook.
Más temprano en el día, el ejecutivo municipal anticipaba el devastador desenlace.
“Glendaliz Soto Vega continúa luchando por vivir. Los médicos ya hicieron su parte, pero hay un país en un clamor para que se dé el milagro. Sus oraciones la mantienen en la lucha”, escribió Hernández Ortiz en su mensaje invocando el versículo bíblico: “La fuerza radica en mantener la calma y en confiar en mí” (Isaías 30:15).
En agosto pasado, Soto Vega tuvo una recaída tras iniciar un nuevo ciclo de quimioterapias.
“El cáncer le volvió a salir en la médula. Se sentía mal, la llevé al médico y cuando le hicieron las pruebas los glóbulos blancos estaban por las nubes. Hace dos semanas y media le dieron una quimioterapia (la más fuerte), y también le han hecho varias transfusiones de plaquetas y sangre”, había explicado a Primera Hora el ejecutivo municipal.
Durante la convalecencia de su esposa, Hernández Ortiz se mantuvo a cargo de las niñas.
“Es un proceso bien fuerte… Mis niñas son pequeñas y la extrañan mucho. Todas las mañanas las llevo temprano a la escuela y comienzo mis tareas; por la tarde las recojo”, había compartido sobre su rutina diaria.
El alcalde siempre se mantuvo brindando información sobre la salud de quien fuera su esposa, a quien describió como “una guerrera”, una mujer “con mucha fuerza y mucha fe”, al tiempo que pidió oraciones para su sanación.