Si bien es cierto que el calor excesivo ha azotado a toda la Isla, la comunidad de la escuela elemental Eliza Dávila Vázquez, en el barrio Fortuna, en Vega Alta, lo sufren de mayor manera y sin ningún tipo de alivio.

Tanto ha sido este castigo que varios maestros y estudiantes se han desmayado en clase.

Precisamente, una de las hijas de Melanie Maree Rivera Gómez fue quien intentó mantener a su maestra en pie, mientras caía por causa del fuerte calor.

Y es que esta escuela tiene un serio problema de voltaje, algo que no se ha atendido por la pasada década, provocando que maestros y padres se manifestaran pacíficamente esta mañana frente a los portones del plantel.

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“¿Qué (traumático) es para un estudiante ver que tu maestro se está cayendo y que tú no lo sabes ayudar?”, cuestionó Rivera Gómez durante la protesta, en el cual se repetían estribillos como “queremos luz, educación; no más promesas, queremos solución” y cuyas participantes sostenían carteles denunciando la inacción gubernamental.

Nosotros no somos el primer grupo de padres que se ha manifestado contra esto. Muchos padres se han levantado, (pero) ahora sí es que lo vemos más, porque están los calores demasiados fuertes”, agregó la madre de tres estudiantes del plantel, dos de los cuales son alumnos de educación especial.

Según relató Rivera Gómez, a través de la manifestación se buscó exigir acción, ya sea del municipio, de LUMA Energy o del Departamento de Educación, para que se atienda el problema eléctrico con premura.

“La escuela está teniendo un gran problema con la capacidad de energía eléctrica. Esto sucede porque la escuela se siguió expandiendo y ya no da la energía da para todo; incluso, no da para la comunidad… ni tan siquiera para el mismo barrio”, comentó.

Por esto, reclamaron que se asignen fondos para construir la infraestructura necesaria para colocar una subestación, administrada por LUMA, lo que entienden resolvería la situación.

“Llevan años pasándose la batuta, de que esto es problema de LUMA, esto es problema de la alcaldía, esto es problema del municipio, esto es problema del Departamento y nadie hace nada”, lamentó.

En la manifestación pacífica, se sujetaron carteles denunciando la inacción gubernamental para atender la situación.
En la manifestación pacífica, se sujetaron carteles denunciando la inacción gubernamental para atender la situación. (Suministrada)

No contar con el servicio de energía eléctrica va más allá de una incomodidad térmica, aseguró Rivera Gómez, pues ha trastocado la salud física y mental de aquellos que asisten a la escuela, al igual que ha limitado a los docentes en contar con los recursos para impartir sus clases.

Además, los alimentos son servidos a través de un comedor “satélite”, pues es desde la Escuela Apolo San Antonio desde se lleva comida a la Eliza Dávila Vázquez.

“La realidad es que esto ha llegado a grande. Ha sido bien difícil, porque no solamente son los aires, sino que también la escuela tiene equipos electrónicos que tampoco se pueden utilizar, pizarras, lo que vienen siendo las fuentes, también lo que vienen siendo las computadoras, los iPads, wifi, que son los mismos maestros teniendo el problema de que no tienen un salón y, adicional, tienen que irse de salón en salón y no tienen el wifi para poder trabajar”, señaló.

“Los estudiantes no tienen un comedor trabajando al 100%. Tienen un comedor satélite. Entonces, obviamente, llega la comida fría, los estudiantes a veces se quedan sin comer y eso es una de las cosas que también está afectando”, agregó.

La presunta dejadez en atender el problema también es un peligro, ya que “la trenza de energía se ha dañado varias veces” y “ha provocado incendios también llevando peligro a nuestros hijos y a la facultad que trabaja en la escuela”, dijo la madre toalteña.

Y no, los padres no quieren verse en la obligación de retirar a sus estudiantes de la escuela, que cuenta con una matrícula de alrededor de 160 alumnos de Vega Alta, así como de pueblos vecinos como Dorado, Vega Baja, Toa Alta y Toa Baja.

Aprecian a los maestros y se enorgullecen que, acorde al desempeño académico medido por el Departamento de Educación a través del modelo Star Framework, que analiza el aprovechamiento, la calidad escolar y la administración escolar de los planteles en Puerto Rico, tiene una clasificación de cinco estrellas, la puntuación más alta que puede recibir una institución educativa.

Aunque Rivera Gómez sostuvo que Educación ha sugerido cerrar el plantel, el portavoz de prensa de la agencia, Alexis Ramos, rechazó tal aseveración, reiterando que “la política pública de este gobierno es de no cerrar escuelas”.

“La intención no es cerrar la escuela, que eso es lo que quiere hacer el Departamento de Educación. La intención no es eso. Es luchar, porque tienen una matrícula, tienen maestros, los maestros son excelentes, maestros con maestría, maestros con doctorado, que también tenemos excelentes recursos. Entonces, estamos luchando para que no se cierre la escuela”, dijo Rivera Gómez.

De la misma manera, Ramos catalogó como “absoluta y totalmente falsa” la denuncia de que maestros de la escuela fueran amenazados por la secretaria de Educación, Yanira Raíces Vega, de que perderían su empleo si se manifestaban ante los medios de comunicación.

Esto luego de que a este medio se le informara que, a las 8:15 a.m., Raíces Vega presuntamente se comunicó con la Asociación de Maestros para que amenazara a los educadores con despidos si hablaban con la prensa.

¿Quién tiene que actuar?

El Departamento de Educación expresó a este diario a través de declaraciones escritas que “conllevaría una inversión de $350 mil para una subestación eléctrica con la capacidad de carga necesaria”.

Sin embargo, aseguró que “hay un acuerdo con la empresa Argos (de Puerto Rico) para la instalación de placas solares en un área de la escuela, lo que permitirá el balanceo de carga para el funcionamiento óptimo del plantel”.

Ante esto, la alcaldesa María Vega coincidió en entrevista con este diario que la empresa instalará las placas en el área de la cancha y se colocarán entre 28 a 30 placas solares, lo que distribuiría las cargas y solucionará el problema.

“Está encaminada”, auguró la funcionaria, al afirmar que la comunicación entre el ayuntamiento y la facultad se efectúa “constantemente”.

Por su parte, LUMA Energy indicó a Primera Hora, mediante su portavoz de prensa Hugo Sorrentini, que no tiene inherencia en la problemática hasta que el dueño del edificio, que en el caso de la Escuela Eliza Dávila Vázquez es la Oficina para el Mejoramiento de las Escuelas Públicas de Puerto Rico (OMEP), someta una petición.

Pese a esto, Sorrentini indicó que OMEP no ha hecho “ninguna petición” al consorcio para atender la situación.

“Llegamos hasta el contador. Llevamos la energía hasta las generatrices que operan en entidades públicas y privadas hasta las subestaciones y, luego, hasta las casas, negocios y, en este caso, las escuelas. El contador para dentro, el responsable de hacer los censos de carga, de añadir los interruptores o, en caso de que tenga una carga mayor, las subestaciones o transformadores necesarios para que tengan el funcionamiento adecuado en esa instalación, es el cliente”, explicó al confirmar que hoy la empresa “orientó” a personal de OMEP sobre los pasos a tomar.

“Como operador del sistema, orientamos al cliente, orientamos a la institución, para que, si necesitan más carga para poder conectar edificios nuevos, más salones, más aires acondicionados, equipos especializados, tienen entonces que identificar cuánta carga necesitan y hacer las mejoras a su plantel, incluyendo transformadores y subestaciones a través de un perito o una compañía que contraten para que instalen en sus instalaciones. Una subestación de LUMA no le sirve a un solo cliente. Una subestación de LUMA, o una subestación de (la Autoridad de) Energía Eléctrica operada por LUMA le sirve a una comunidad o un grupo de clientes. Nosotros no podemos construir una subestación para un cliente”, añadió.