Ex agente atrapó bala con su pistola-VÍDEO
El ex agente federal boricua Carlos Montalvo tuvo una suerte de película cuando en un operativo un proyectil disparado en su contra se encajó directamente en su pistola .
![El ex agente federal Carlos Montalvo literalmente volvió a nacer el día que le tocó enfrentar su primera balacera. (lino.prieto@gfrmedia.com)](https://www.primerahora.com/pf/api/v3/content/fetch/image-resizer-v1?query=%7B%22website%22%3A%22primera-hora%22%2C%22imageUrl%22%3A%22https%3A%2F%2Farc-anglerfish-arc2-prod-gfrmedia.s3.amazonaws.com%2Fpublic%2FXBV2VFCP4RBUVAHQKS2DUW4FM4.jpg%22%2C%22width%22%3A2560%2C%22redirect%22%3A%221%22%2C%22external%22%3A%221%22%7D)
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 12 años.
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Tampa, Florida. En la ley de las probabilidades, le deberían dar el Guinness de la suerte.
El 20 de octubre de 1987, el ex agente federal puertorriqueño Carlos Montalvo, “básicamente, volvió a nacer”.
Es una historia tan difícil de creer que, de hecho, sus amigos de San Sebastián siempre creyeron que era un gufeo, pero no: el boricua salió vivo y coleando de su primer tiroteo como agente cuando el criminal que le disparó tuvo “la puntería” de que su bala entró justo dentro del cañón de la pistola del puertorriqueño.
Es tan impensable, que sucede una vez en cada 20 millones de casos.
“Siempre he creído en los milagros, soy bien católico. Pero no creía que yo iba a ser objeto de uno de ellos. Ha sido algo que todos los días de mi vida he estado pensando en ello”, dijo Montalvo, quien fue agente encubierto para el Departamento de Alcohol, Armas de Fuego y Explosivos (ATF), en entrevista con Primera Hora.
¿Pero cómo no pensar en eso, si las posibilidades de que ocurra son prácticamente imposibles? “Según me informaron, de acuerdo a un estudio en computadora, eso sería un tiro en 20 millones”, destacó Montalvo.
Recordó que aquella tarde, tras un fuerte día de trabajo, recibió una llamada de su supervisor para que ayudara como encubierto en un operativo en un centro comercial en Hialeah, Florida. Su trabajo consistía en ser testigo de un operativo, en el cual la Policía iba a vender cinco kilos de cocaína a unos individuos que eran investigados.
Los criminales mordieron el anzuelo, y comenzó lo que parece una película: uno de los individuos, de nombre William Morales, compró el primer kilo de coca y se subió a su carro, siendo interceptado por un Cadillac en el cual Montalvo iba de pasajero.
“Morales mueve lentamente su carro, y mi compañero lo bloquea, dejándome a mí aproximadamente a unos seis pies de distancia del sospechoso”, contó el ex agente, quien siempre quiso ser policía, como su padre.
“Salgo del carro y le apunto la pistola a Morales y le dejo saber que es la Policía”, recuerda. “Morales tiene una mano arriba y otra abajo del volante. Mira a mi compañero, me mira a mí, mira a los demás compañeros que están arrestando a los dos compañeros de él, vuelve a mirarme y me sonríe, como diciendo ‘me cogiste’... esa sonrisa me sacó del tiempo de lo que estaba haciendo”, continuó.
En esos momentos, Morales, con el cristal arriba, disparó hacia Montalvo. El boricua reaccionó de inmediato e intentó devolver el disparo, pero no funcionó...
“Yo veo que él tiene la pistola, aprieto y presiono el gatillo de mi pistola, y siento lo que yo creo, al momento, es el impacto de mi bala al salir”, comenta el ex agente federal. “Morales levanta otra vez la pistola para disparar, yo trato de disparar y mi pistola está trancada”, prosiguió Montalvo, casado y padre de tres hijos.
Lo que nadie sabía es que la bala de Morales entró en el cañón de la pistola de Montalvo, ya que ambos cargaban el mismo tipo de pistola: una Sig Sauer alemana modelo 225, de 9 mm. Según el ex agente, el delincuente se le adelantó por fracciones de segundos en el intercambio de tiros.
Morales no se rindió y siguió disparando. Un balazo pasó por el pelo de Montalvo y entró por el cristal del Cadillac, cortando la cara del agente, que comenzó a sangrar. Otro rozó el cuello de la chaqueta que tenía puesta.
El encontronazo acabó cuando otro agente disparó y acabó con el maleante. Montalvo concede que el tiroteo, que habrá durado entre siete y once segundos, no fue el más arriesgado de su carrera.
Tras el incidente, el ex agente federal fue llevado al hospital, donde le contaron cómo fue que se salvó de morir.
“Yo no lo creí. Me tarde como una semana en creerlo”, cuenta quien también ha sido karateca durante los últimos 44 años y es décimo dan.
¿Y la bala? Morales la guardó y la usó como amuleto de buena suerte por el resto de sus 29 años de carrera. Lamentablemente, la perdió justo antes del 25 aniversario del tiroteo, tras ser víctima de un robo luego de regresar de un viaje de trabajo.
La experiencia del suceso es algo que lo marcó para siempre. “Antes estábamos muy apurados en la vida. Ahora hago las cosas con más conciencia”, destacó. “Creo que Dios tiene muchas cosas para mí en un futuro y quiero compartir mis conocimientos con otros”, dijo Montalvo, quien tras su retiro se dedica a dar clases de karate y administrar un restaurante de mariscos.
¿Suerte o milagro? No importa. La cosa es estar vivo.