Eterno legado de amor
El terapista respiratorio, Rubén Rodríguez Rivera, se entrega en cuerpo y alma a los pequeños que atiende el Hospital del Niño en Guaynabo, donde labora hace nueve años.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 11 años.
PUBLICIDAD
“Era un muchachito que llegaba a los lugares y como que alumbraba todo el ambiente”.
Así describe Rubén Rodríguez Rivera, terapista respiratorio del Hospital del Niño en Guaynabo, a un pequeño muy especial que desde el momento que nació, hasta el que falleció a los 21 años, se robó el corazón de todos los que lo conocieron.
“Yo lo conocí en sala de parto en Centro Médico. Se puso malito (cuando nació), lo pusimos en un ventilador, lo resucitamos y por motivos de la vida tuve que seguir para otras instituciones. Mi sorpresa más grande fue venir aquí (al Hospital del Niño hace nueve años) y encontrármelo”, contó quien actualmente atiende a diario a nueve pequeños que viven en la institución.
Relacionadas
Los que pueden hablar le dicen “papi”.
“Desde que nació, él siempre tuvo complicaciones y los médicos decían que él no iba a durar mucho y mira duró un fracatán y aquí lo hicimos feliz”, destacó el terapista.
“Si en algún momento careció de felicidad y de amor, aquí lo tenía de manera exhorbitante. Fue muy feliz aquí”, reiteró Rodríguez Rivera quien no puede evitar que se le quiebre la voz cuando habla del jovencito, al que muchas veces tuvo que acompañar, rompiendo noche a su lado, vigilando su sueño.
“Para mi desgracia lo vi morir... Me acuerdo que la última vez que lo vi vivo fue cuando lo transferimos a Centro Médico y yo estaba cansado y me recosté contra la cuna y él puso su cabeza sobre la mía y pues, le dije que lo quería mucho. Vine acá a la institución, que otro de los nenes se puso malo, y cuando regreso ya estaba muerto”, recordó con dolor el terapista respiratorio.
Y es que para Rodríguez Rivera es imposible no albergar en su corazón a estos niños que atiende en la institución sin fines de lucro porque el amor que ellos le ofrecen es excepcional.
“Ahora mismo tengo una negrita que cuando me ve me dice: ‘Papi, papi’... Y es que yo tengo 40 años haciendo esto y he estado en Centro Médico y en muchas instituciones y uno tiene que evitar que se le metan los sentimientos en esto, pero no hay forma, aquí no hay forma”, señaló quien identifica el amor por los niños en el hospital como un equipo más, como un estetoscopio o una mascarilla.
“Todo el mundo aquí conoce a los niños por su propio nombre. No es como en otras instituciones que dicen el paciente de la habitación 501. Aquí no. Aquí a estos niños se les da mucho amor”, dijo quien quiere como hijos propios a sus pacientes.
Por eso, Rodríguez Rivera insiste en la importancia de hacer donativos para la institución que depende en gran medida de la generosidad del pueblo puertorriqueño.
“En esta institución la base es amor, donde nos desvivimos por los niños, aquí con lo poquito hacemos mucho y necesitamos la ayuda del pueblo porque todo centavo que aquí entra va directo a estos niños”, concluyó.
Radiomaratón a beneficio del Hospital del Niño de Puerto Rico
¿Cuándo? miércoles, 1 de octubre de 2014
¿Hora? De 6:00 de la mañana a 9:00 de la noche
¿Dónde lo veo? http://especiales.primerahora.com/phcam/radiomaraton-allstar/
¿Dónde lo escucho? La Mega, La Nueva 94, Z 93, Estereotempo
¿Cómo dono? Llama al 787-641-1313