Para Mateo Emanuel López, el futuro es prometedor. A sus 15 años, ya ha probado su suerte en el baloncesto y la pelota, está emprendiendo un negocio de ropa y vislumbra una carrera como quiropráctico. Pero, sus opciones no se limitan a esas posibilidades, pues gracias a la entidad sin fines de lucro Bravo Family Foundation una carrera en programación de computadoras ahora podría ser una realidad.

Y es que la fundación inauguró este año el subprograma “Summer Development Opportunity” (SUDO) correspondiente a “Empowering Young Entrepreneurs Program” (EYES) para motivar a jóvenes de recursos limitados a emprender. También, busca encaminar a los estudiantes a que tengan una idea más clara de la decisión de su carrera futura antes de que se gradúen de la escuela superior.

Con ello, también busca abrir oportunidades a jóvenes y formar nuevos empresarios que ayuden a impulsar el desarrollo socioeconómico de Puerto Rico.

Específicamente en SUDO, unos 11 estudiantes de escuela superior- nueve varones y dos féminas- acudieron a la sede de la Fundación en Mayagüez entre el 8 al 12 de agosto donde se adentraron en el tema de la programación de computadoras utilizando el lenguaje de programación Python, el mismo programa que se usó para crear los sitios y aplicaciones web famosos como Netflix, Instagram, Google, YouTube y Spotify, entre otros. Asimismo, adquirieron conocimientos sobre la lógica de la programación, arquitectura de redes y el tecnicismo del mundo digital.

De los 11 estudiantes que participaron, nueve eran varones y dos féminas.
De los 11 estudiantes que participaron, nueve eran varones y dos féminas. (Suministrada)

Todo esto se logró bajo la tutela de la profesora conferenciante Ingrid Rodríguez, quien posee un bachillerato en ingeniería de computadoras, una maestría en administración de telecomunicaciones en redes, y con la asistencia de Kenrick Seguí, estudiante de bachillerato en ingeniería mecánica en el Recinto Universitario de Mayagüez (RUM) de la Universidad de Puerto Rico (UPR).

“Fue una experiencia súper buena”, enfatizó Mateo a Primera Hora, quien inició el décimo grado en la escuela superior Luis Muñoz Marín, en Añasco. “Yo pensaba (que la programación) era solamente poner componentes ahí (en las computadoras), pero no, es un lenguaje diferente y aprendí como comunicarme con la computadora”, añadió.

Por ser un proyecto piloto, se le ofreció la oportunidad a jóvenes que ya estaban en los programas de la fundación en Cabo Rojo. Estos, quienes recibieron un certificado por su participación, provienen de municipios del oeste, como Aguada (1), Añasco (3), Cabo Rojo (1), Hormigueros (2), Lajas (1), Mayagüez (1) y Sabana Grande (2). Al momento de su participación, cuatro cursaban noveno grado, dos undécimo y cinco el cuarto año de la escuela superior.

“Fue una semana intensa”, resumió Jenipher González, gerente de operaciones de EYES. “Simplemente, es como una exposición al mundo de la tecnología e inspirarlos para estudiar”, agregó.

González aseguró que el compromiso y la dedicación de los estudiantes se palpó en la medida en que dominaban nuevos conceptos y resolvían desafíos complejos, pese a que era la primera vez que habían interactuado con el lenguaje de programación. No obstante, demostraron habilidades prometedoras y robustecieron sus destrezas en trabajar en equipo y comunicar ideas.

De izquierda a derecha: la profesora Ingrid Rodríguez, quien ofreció los talleres; Mateo Emanuel López, estudiante partícipe de SUDO; y Jenipher González, gerente de operaciones de EYES.
De izquierda a derecha: la profesora Ingrid Rodríguez, quien ofreció los talleres; Mateo Emanuel López, estudiante partícipe de SUDO; y Jenipher González, gerente de operaciones de EYES. (Suministrada)

“Había mucha creatividad y mucha esperanza en los ojos de nuestros participantes. El primer día estaban un poquito perdiditos, pero los últimos días el problema era que se acabara el día. El interés que desarrollaron fue sumamente grande”, resaltó la gerente al adelantar que ya se planifica repetir los talleres.

“Nunca había escuchado (de Python). No sabía nada de la programación, pero (aprendí) y es fácil de entender. Me gustó tanto que sigo practicando”, manifestó Mateo.

Por su parte, Harry Joe, otro participante del programa SUDO, coincidió con Mateo de que la experiencia lo benefició para su desarrollo profesional.

“Este programa es asombroso y recomiendo a cualquiera que forme parte del mismo. Estoy muy agradecido con mis mentores por enseñarme, con el personal del Programa EYES por aceptarme al programa, con la Fundación y Orlando Bravo por esta oportunidad única en la vida. Estaría muy feliz si este programa se llevara a cabo durante todo el año para que más personas tengan la oportunidad que tuve de participar”, dijo el joven en declaraciones escritas.

EYES es uno de tres programas de la fundación (Rising Entrepreneurs Program y Exceptional Community Leaders Program) que están dirigidas a empoderar a los jóvenes, máxime de comunidades marginadas, para que tengan acceso equitativo a oportunidades de progreso personal y económico.

Para que SUDO fuera una realidad, se utilizaron fondos propios de la organización, cofundada por el empresario Orlando Bravo.