Cayey.- El compromiso de los estudiantes de la Universidad de Puerto Rico en Cayey con el servicio comunitario se manifiesta a través de proyectos pioneros como Ángel Azul, el Centro de Asistencia Voluntaria al Contribuyente (Centro VITA) y Curitas de Alegría, los cuales han tenido un impacto significativo tanto en la comunidad universitaria como en un sector de la población.

Con una filosofía educativa que invita a trascender las aulas, la huella de estos programas y agrupaciones va más allá de la UPR en Cayey y se extiende a personas tanto en el municipio donde ubica el recinto, como a pueblos aledaños.

Relacionadas

Conoce más de estas tres iniciativas que posicionan al recinto de la UPR en la región central de la Isla como un agente de cambio y ejemplo de empatía y responsabilidad social.

Ángeles en la Tierra

Desde 2013, la doctora Rochellie Martínez Vivas dirige el Seminario Participativo en Servicio Comunitario, desde el que se gestiona el proyecto Ángel Azul. La iniciativa potencia el desarrollo profesional de los estudiantes que aspiran a trabajar en el campo de la salud, moldeando su carácter como “ciudadanos responsables, empáticos y emprendedores”.

Ángel Azul provee una experiencia en el entorno clínico: los estudiantes atienden a pacientes y colaboran con el personal del Centro Médico Menonita en Cayey en áreas como sala de emergencia, pediatría, cirugías, maternidad, entre otras, por un mínimo de 75 horas. Paralelamente, los ‘ángeles’ identifican las necesidades de la población local para gestar proyectos de servicio comunitario o “microempresas”.

Estudiantes de Ángel Azul durante una actividad reciente.
Estudiantes de Ángel Azul durante una actividad reciente. (Suministrada)

“¿Al final qué queremos? Una base de sensibilidad. Que recuerden estas experiencias y las emulen. Al fin y al cabo, conocen de primera mano quiénes serán sus pacientes o a quienes van a servir”, explicó Martínez Vivas en entrevista con este medio.

La estudiante Mariola Tristani Rodríguez es ejemplo del trabajo de Ángel Azul. La joven que cursa su quinto año en Ciencias Naturales colaboró con el área de emergencias pediátricas del hospital Menonita, lo que le permitió “comprender mejor” el sistema de salud de Puerto Rico, reafirmar su deseo de ser médica y los valores con los cuales ejercerá la profesión.

Además, mediante su microempresa “Manos de Esperanza”, recaudó $1,000 para concluir la construcción de una capilla en su pueblo natal, Aibonito. “No sabía de la propia necesidad de mi pueblo. La necesidad no es ser rico o pobre, sino lo que una comunidad quiere y cree para alcanzarlo”, reflexionó.

Centro VITA

El Centro de Asistencia Voluntaria al Contribuyente (Centro VITA), una extensión de la iniciativa del Servicio de Rentas Internas (IRS, por sus siglas en inglés), provee consultoría y asistencia gratuita en la radicación de planillas federales para toda la comunidad.

Ángel Ortiz García, profesor y uno de los coordinadores del programa en la UPR en Cayey, explicó que estos servicios típicamente están concentrados en áreas urbanas como San Juan, Ponce y Mayagüez, pero que en el 2021, la UPR en Cayey se sumó desde la región central.

Para los estudiantes Ángel Cotto Rodríguez y Sebastián Asia, la experiencia ha sido una de “aprendizaje constante”, aplicando su conocimiento en contabilidad en “un entorno real” y adquiriendo técnicas de otras disciplinas como la gerencia. Sin embargo, la mayor satisfacción es el impacto de su labor en las personas a las que asisten.

Desde la izquierda, el profesor Ángel Ortiz García y los estudiantes Ángel Cotto Rodríguez, Sebastián Asia López y Poleth Santana Fernández, parte del Centro Vita.
Desde la izquierda, el profesor Ángel Ortiz García y los estudiantes Ángel Cotto Rodríguez, Sebastián Asia López y Poleth Santana Fernández, parte del Centro Vita. (Suministrada)

“Un señor militar tenía una pensión, (recibía) Seguro Social, y tenía que radicar (planilla). Él me hizo preguntas y se las aclaré de la mejor manera posible. A todas estas, no tuvo que tributar. Me dijo: ‘He tenido contables que por hacerle esta pregunta me han cobrado y no me han respondido de la mejor manera’”, relató Cotto Rodríguez.

Centro Vita marca la pauta priorizando la responsabilidad social sobre la generación de riquezas.

“Ese componente, que está en la misión y visión de la universidad, muchas veces los estudiantes la conocen teóricamente, pero no es lo mismo aplicarlo. Hay poca experiencia, en términos del ecosistema, y quisiera que mis estudiantes, como profesionales, tengan esa sensibilidad de poder atender al usuario”, puntualizó Ortiz García.

Convierten la ansiedad en alegría

En la secuencia curricular del Programa de Honor de la UPR en Cayey, uno de sus 18 créditos lo compone el Seminario en Servicio Comunitario, un espacio que impulsa la metodología de investigación de acción participativa para que los estudiantes identifiquen soluciones a las necesidades de comunidades afectadas.

De ahí nace Curitas de Alegría, proyecto concebido por las estudiantes María Acevedo Kury, Jannina López y Paola Colón Rivera, tras colaborar en el área de pediatría del Hospital Menonita con esfuerzos para aliviar el síndrome de estrés traumático médico en niños hospitalizados.

Desde la izquierda: María F. Acevedo Kury, Paola A. Colón Rivera, la doctora Olga I. Colón y Giannina H. López López.
Desde la izquierda: María F. Acevedo Kury, Paola A. Colón Rivera, la doctora Olga I. Colón y Giannina H. López López. (Suministrada)

El trío de estudiantes interactuó con pacientes en la sala de emergencias y en estancias prolongadas ofreciendo juguetes, rompecabezas y, lo más importante, cuidado.

“El trato de paciente es una vocación”, dijo Acevedo Kury, quien recalcó que la experiencia le ayudó para validar cómo desempeñarse una vez sea convierta en doctora en un futuro.

La iniciativa ofrecía a los menores un alivio frente a la ansiedad que generan las intervenciones médicas.

“Hay que tener seriedad, paciencia, compromiso y realmente hacerlo con amor”, destacó López.

El apoyo de Acevedo Kury, López y Colón Rivera no se limitó a los niños, sino que también intervinieron con las familias, destacando la necesidad de un enfoque más humano y personalizado en el cuidado de la salud.

“Impactamos una comunidad, pero nosotros también aprendimos, fue una experiencia de calidad que resultó en el desarrollo profesional y también humano”, concluyó Colón Rivera.

--

Consulta más historias de la serie Somos UPR aquí:

-UPR en Bayamón

UPR en Humacao

-UPR en Mayagüez

-UPR en Arecibo

-UPR en Aguadilla

-UPR en Ponce

-UPR en Utuado

-UPR en Carolina

-UPR en Ciencias Médicas