El arecibeño Joshua López Alfonzo pasó ayer, viernes, el mejor día que pudo haber deseado en su graduación de bachillerato de Sistemas Agrícolas y Ambientales de la Universidad de Puerto Rico, recinto de Mayagüez (RUM).

Para la comunidad universitaria, se pudo haber apreciado como que el joven se “fue viral” en las redes sociales por llevar a la novilla Ola a los actos de graduación. Pero, para el joven de 22 años fue cumplir uno de sus sueños.

“Era un sueño para mí. La llevé, principalmente, en memoria a mi abuelo, porque yo lo amo y lo amé un montón”, destacó el ahora agrónomo a Primera Hora.

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Su abuelo, quien ya falleció, era Luis Alfonzo, a quien todos conocían como “Ity”. Este fue por 38 años ganadero en el pueblo de Hatillo.

Según contó, el abuelo “me transmitió muy bien en la sangre ese amor por las vacas. Yo sé que mi abuelo daba todo por las vacas y yo tengo esa misma pasión que él tenía”.

Joshua López Alfonzo posa frente a la facultad de Ciencias Agrícolas con la novilla Ola.
Joshua López Alfonzo posa frente a la facultad de Ciencias Agrícolas con la novilla Ola. (Suministrada)

No obstante, López Alfonzo no se crió rodeado de ganado. Indicó que para cuando nació, en el 2001, ya su abuelo no tenía la vaquería. Señaló que lo que tuvo en su hogar eran gallos y gallinas.

El joven comentó que fue una sorpresa hasta para él mismo decidirse a estudiar un bachillerato relacionado a la agricultura en el RUM, ya que en la escuela superior vocacional Antonio Lucchetti, de Arecibo, estudió electrónica.

El joven comenzó sus estudios universitarios en el 2019. Entonces, llegó la pandemia y los cursos de ciencia animal que ansiaba por estudiar tuvo que tomarlos mediante videoconferencias.

“Yo tenía una frustración gigante. Y, pues, me tomé el atrevimiento de contactarme con Hato Don Benja, que es de donde viene Ola, la novilla”, señaló, al hablar de la vaquería en la que logró el contacto directo con el ganado.

Aceptó que tuvo “miedo” al tomar este paso, en el que sólo buscaba ayuda para aprender.

Su pensamiento era el siguiente: “La universidad no te lo enseña todo. Uno tiene que ir a lo práctico”.

López Alfonzo comenzó en la ganadería como voluntario en el 2021.

“Vino crudito”, comentó el agrónomo Carlos Alberto Pérez, propietario del Hato Don Benja y quien también es graduado del RUM.

El joven aprendió, sobre todo, lo que se hace en una ganadería de manera “escalonada”.

“Fue un proceso un poco raro para mí, porque no sabía nada. Gracias a Dios, hoy en día soy ordeñador”, dijo orgulloso de sí mismo.

Ya López Alfonzo es empleado de la ganadería, localizada en el barrio Carrizales de Hatillo. Trabaja sólo los fines de semana. Además de ordeñar a las vacas, monitorea la salud de estas desde pequeñas.

“Al principio, nunca había trabajado y estudiado. La carga era fuerte al comienzo. Pero, uno tiene tiempo para todo y uno puede hacer ajustes para hacer las cosas. Se pude. Pude terminar mi bachillerato en un buen tiempo, cuatro años y medio. Y ahora estoy haciendo la maestría”, relató.

Entre los estudios y el trabajo, el joven completó el bachillerato en diciembre de 2023. De inmediato, comenzó su maestría en Ciencia Animal. Su investigación en esta etapa está centrada en comparar la capacidad de termoregular de animales cruzados. Lo hace una finca de ganado de carne en Aguadilla.

La compañía de Ola

Al dar a conocer su historia, López Alfonzo habló de la razón por la que Ola lo acompañó a su graduación.

Dijo que la novilla, nacida el 9 de junio de 2023, es una de las que está a su cuidado y ha desfilado en exhibiciones de vacas Holstein.

Tanto el joven como el propietario de la novilla estaban nerviosos sobre las reacciones que tendrían por llevarla a la graduación.

Sin embargo, fue una sensación. Desde el rector del RUM, Agustín Rullán, la guardia universitaria y los demás graduandos estaban fascinados con Ola.

“Ella fue una sensación. Se quedó con el show todo el mundo quería una foto con Ola”, comentó.

La novilla se portó muy bien. No hizo sus necesidades en ningún sitio. Pero, López Alfonzo aclaró que no entró al lugar donde se realizó la graduación. Así que no subió al podio a acompañarle a buscar el diploma.

Comentó que Ola es muy sociable y no se incomodó por que las personas quisieran tirarse una fotografía con ella.

Ella es juguetona, como le digo, es una belleza. Está brutal”, señaló sobre el animal.

Al comentar sobre la experiencia, López Alfonzo llamó a los jóvenes a atreverse y a no tener miedo a cumplir sus sueños. Dijo que así lo demostró tanto cuando buscó ayuda en la ganadería, como al llevar a su amiga Ola a la graduación.

“Yo quiero que los jóvenes vean que uno en la vida no puede tener miedo, principalmente, por el hecho de que, pues, cuando yo me contacté con el Hato Don Benja, yo tenía mucho miedo. Yo lo pensé, créanme, hablar con el hato para pedir ayuda. Pero, si no lo hubiera hecho, lo más seguro me hubiera salido de la universidad, no hubiera completado mi grado, y quizás no estuviera haciendo algo que amo tanto, como las vacas”, manifestó.

De futuro, López Alfonzo tiene previsto culminar un doctorado para convertirse en profesor universitario.

Por otro lado, el agrónomo Pérez elogió que ahora su discípulo se haya convertido en un profesional.

En la vida hacen falta muchos jóvenes como él, que vienen con la disciplina de aprender. Ha sido muy progresivo. Nunca ha sido suficiente saber algo, porque él siempre hace preguntar muy buenas y, sobre todo, este es un negocio bastante sacrificado, que hay que estar los 365 días aquí pendientes cuidando a las vacas. Ha sido tan bueno, que la salud de mis vacas y el cuido depende de él”, comentó.

Joshua López Alfonzo y el propietario del Hato Don Benja, el agrónomo Carlos Alberto Pérez, previo a los actos de graduación del RUM.
Joshua López Alfonzo y el propietario del Hato Don Benja, el agrónomo Carlos Alberto Pérez, previo a los actos de graduación del RUM. (Suministrada)