Aunque se trató de un simulacro, los disparos con balas de salva que hicieron en la mañana de este jueves los miembros del equipo de seguridad en la escuela elemental Rafael Cordero, en Cataño, se escucharon como si se trataran de amenazas reales.

El ejercicio sirvió muy bien su propósito para poner a prueba la reacción de la comunidad escolar y, en particular, la puesta en práctica de los pasadores recién instalados en las puertas de los salones de clases, oficinas y demás accesos al exterior, como parte de una iniciativa cuyo objetivo es proteger a estudiantes, maestros y demás personal del plantel bloqueando la entrada de un tirador activo.

Apenas se escuchó el peculiar y estruendoso sonido del primer disparo del simulacro, las pocas personas que estaban en los pasillos entraron al salón más cercano y en cada uno de ellos se selló la puerta con los pasadores. Uno de los guardias que simulaba ser tirador activo se fue ante la puerta de una oficina y trató de abrirla, pero sus esfuerzos fueron en vano.

Según explicó César González Cordero, comisionado de seguridad del Departamento de Educación (DE), todo ese ejercicio fue parte de un proyecto con el que esperan colocar esos pasadores en, prácticamente, todas las puertas de salones de clases y oficinas de todos los planteles escolares, para agosto próximo.

Para Christian Cruz, director de la Rafael Cordero, esta es una iniciativa que responde a “una preocupación genuina, ante situaciones que se han suscitado en otros estados de la nación”.
Para Christian Cruz, director de la Rafael Cordero, esta es una iniciativa que responde a “una preocupación genuina, ante situaciones que se han suscitado en otros estados de la nación”. (Suministrada)

Explicó que se trata de un proyecto “que llevamos trabajando por fases”, que comenzó con el adiestramiento de guardias de seguridad en el manejo de un caso de tirador activo. Luego se hicieron adiestramientos dirigidos al personal docente y no docente, con una inversión de $4 millones de fondos federales, donde “se les dieron todos los mecanismos de cómo actuar ante cualquier tipo de emergencia”, así como un proceso de primera respuesta, de búsqueda y rescate, cómo accionar un extintor, cómo hacer procesos de “triage”, como trabajar en caso de un terremoto o un tsunami u otras distintas emergencias que podrían vivirse en una escuela.

Agregó que, precisamente de esos 22,000 adiestramientos, recibieron el insumo de parte del personal escolar sobre cómo hacer un “lockdown” correcto en caso de una emergencia provocada por un tirador activo.

Esa petición llevó al DE a redactar una propuesta federal que, a su vez, resultó en una asignación de $1.5 millones para la adquisición e instalación de unos 120,000 pasadores destinados “a todas las puertas exteriores de las oficinas, salones de clases, baños y comedores de las escuelas públicas”.

“¿Qué buscamos con esto? Que ese plan que ya fue revisado, esos adiestramientos que ya fueron dados, los podamos poner en práctica. Ahora los maestros pueden tener esta conversación con esos estudiantes de cómo realizar un proceso seguro de ‘lockdown’, cerrando prácticamente todos los salones, manteniendo los niños dentro de las facilidades y, como establece el protocolo, apagando luces y buscando un área segura en lo que la Policía entonces llega”, abundó González Cordero.

Explicó que, de igual manera, el equipo de primera respuesta del DE, que incluye personal armado, así como la Policía de Puerto Rico, han estado participando en la actualización del plan de emergencia escolar, y en el caso de la Uniformada cuentan con el protocolo indicado en cada unidad, precinto y cuartel, para poder dar la respuesta adecuada en caso que ocurra ese tipo de emergencia de tirador activo.

Para Christian Cruz, director de la Rafael Cordero, esta es una iniciativa que responde a “una preocupación genuina, ante situaciones que se han suscitado en otros estados de la nación”, y a la necesidad de “prepararnos ante posibles situaciones de emergencia, donde esté en riesgo la seguridad de los estudiantes y del personal”, de manera que puedan responder a esas emergencias de manera adecuada.

Indicó que, si bien afortunadamente Puerto Rico no ha vivido la agonía de un incidente de tirador activo en una escuela, “tan reciente como la pasada semana, durante la implementación de las pruebas CRECE, se escucharon unas detonaciones en el exterior de la escuela. Y ahí nos vimos en la obligación inmediatamente de accionar. ¿Cómo accionamos? Pues los estudiantes se tiraron al piso, los pocos que estaban en el plantel en ese momento, y el personal, y nos resguardamos. Una vez verificamos que todo estaba en completo orden, entonces comenzamos un proceso de desalojo ordenadamente”.

“Ciertamente, con esto lo que hacemos es calibrar cada día que pasen este tipo de situaciones nuestro plan de seguridad, y cómo vamos a responder ante estas emergencias”, agregó el director escolar.

Cruz, quien dirige una comunidad de 417 estudiantes, 42 maestros y otros 40 empleados, aplaudió la iniciativa de los pasadores como “un paso de avanzada”, que ayudará a “minimizar posibles riesgos, minimizar posibles situaciones donde esté involucrada nuestra seguridad y el bienestar de nuestra niñez”.

Asimismo, el director alabó también los simulacros y ejercicios de preparación, así como los protocolos de acción ante diferentes emergencias

“Esto es cuestión de aplicar e implementar lo que establecen los simulacros que están en nuestro calendario escolar para el próximo curso, no solamente en caso de un tirador activo, sino en caso de inundaciones, de terremoto, de tsunami, porque es cuestión de ir acostumbrando, educando a todo el componente escolar, sobre todo los estudiantes, de cómo actuar en determinadas situaciones de emergencia”, subrayó.

Los pasadores fueron instalados a alturas distintas para que los estudiantes de menor estatura puedan accionarlos en caso de emergencia.
Los pasadores fueron instalados a alturas distintas para que los estudiantes de menor estatura puedan accionarlos en caso de emergencia. (Suministrada)

Pueden ser usados por todos

Retomando la iniciativa de los pasadores, González Cordero explicó que se colocan dos en cada puerta, uno a una altura relativamente baja, y otro a una altura regular, porque se contempló el posible escenario en que el maestro o maestra pudiera estar fuera del salón al momento de la emergencia de tirador activo, y en ese caso al tener un pasador a la altura de un menor pequeño, cualquiera de los estudiantes puede activarlo y cerrar el salón.

“Esa es la idea de por qué vamos a integrar los niños, y había que hacer el proceso de instalación. Ahora en el mes de agosto, ya tenemos a los maestros adiestrados, ahora integramos a los estudiantes. Si el maestro no está en el salón de clases, por eso es que el niño va a tener la oportunidad de saber cómo accionar esos pasadores”, explicó el funcionario.

“Se ponen dos pasadores a distintas alturas, porque tenemos niños pequeños, tenemos niños grandes. Esa es la idea que se pensó, de que cualquier persona que esté dentro del salón, sea un niño o sea un adulto, pueda accionar ese pasador y pueda tener entonces un proceso de ‘lockdown’ correcto”, agregó.

González Cordero que como parte del proceso de ‘lockdown’ o cierre de la escuela, se adiestra a la comunidad escolar de que “todo el personal que esté afuera de las instalaciones, se va a salvaguardar, dentro de un salón, un área segura”, independientemente de cuál sea ese salón.

“Si estamos en el baño, o estamos cerca del comedor, es el lugar más cercano donde usted está al momento de escucharse las detonaciones, ahí vas a entrar, ahí vamos a accionar el pasador, y ahí nos vamos a quedar hasta que la Policía de Puerto Rico dé la alerta de que sí ya es un lugar seguro”.

Resaltó la meta de tener todos los pasadores instalados para agosto, para “entrar en un proceso entonces de contacto directo con esos niños para que ellos sepan cómo va a actuar accionando eso (los pasadores)”.

Ese adiestramiento a los niños en el uso de los pasadores incluye educarlos “para que ellos obviamente lo vean como un mecanismo de defensa en un caso de emergencia, y no como un caso de un juego porque me quiero quedar dentro encerrado, dentro de unas facilidades”. Comoquiera, agregó, si en algún momento ocurre que algún niño “se le ocurre cerrar el salón por alguna circunstancia que no sea de emergencia”, existe un mecanismo, para el cual ya incluso se hicieron pruebas, para poder abrir la puerta y entrar al salón.

Abordado sobre por qué se tomaba una medida como esta, cuando afortunadamente en Puerto Rico no ha ocurrido hasta el momento ningún incidente de tirador activo en una escuela, el funcionario afirmó que se trata de un asunto de “preparación”.

“Ojalá y nunca ocurra en Puerto Rico. Pero no estamos exentos de que pase”, sostuvo, agregando que “prácticamente a dos horas de Puerto Rico montándote en un avión ya ha ocurrido”, y desafortunadamente existe una costumbre entre algunas personas de imitar cosas negativas que ocurren en otros lugares.

“Así que no queremos que en el momento de que, esperemos que nunca pase, lo traten de imitar en Puerto Rico no tengamos una preparación para poder responder. Esto se trata de salvar vidas. Si yo estoy preparado, voy a saber cómo voy a actuar. Si no pasa nunca, comoquiera sigo preparado, y eso, el conocimiento, no se lo quita nadie”, afirmó el comisionado.

“Entendemos que con este último paso que se está dando, ya tenemos un plan robusto para poder actuar ante cualquier caso de emergencia de caso de tirador activo. Se hizo por fases, para tener una preparación inicial, para tener una revisión de planes, para hacer una integración de la comunidad escolar, y ahora con una integración de los estudiantes”, insistió, agregando que ya los pasadores fueron adquiridos, los instaladores están contratados y comenzaron a hacer el trabajo, y no anticipan contratiempos que impidan cumplir con esa meta de tener para agosto próximo todos los pasadores instalados en las 32,00 puertas identificadas a través de las 856 escuelas del DE.