Vehículos en pésimas condiciones y la falta de seguridad en las rutas, aleja a los pasajeros a utilizarlo

El número de usuarios que utilizan los sistemas de transporte colectivo en Puerto Rico ha mermado significativamente tras el impacto del huracán María, principalmente a causa de la migración, las malas condiciones de los vehículos, la ausencia de rutas integradas y la falta de confiabilidad en el usuario ante el largo tiempo de espera.

Se trata de los mismos problemas de hace décadas, pero con vehículos en mal estado, según un análisis realizado por Primera Hora.

Los tres funcionarios del gobierno a cargo de correr toda la operación del transporte colectivo reconocen la situación en que se encuentra el sistema. Más, sin embargo, ninguno planteó que se esté fomentando una iniciativa integrada para evitar que cada vez haya más autos en las carreteras y se utilicen otras alternativas. Las medidas son individuales.

Los más afectados son las personas de escasos recursos que no les queda otra alternativa que esperar por más de una hora que llegue la guagua de la Autoridad Metropolitana de Autobuses (AMA) o pase una pisicorre, pues al alcance de su bolsillo no está el poder solicitar un Uber o llamar a un Taxi.

El presidente del Negociado de Transporte, Luis Damián García Fraga, resumió que “la realidad es que, y nadie puede ocultar esto, que a través de los últimos 20 años el sistema de transportación pública ha decaído dramáticamente por muchos factores importantes, número uno, la calidad del servicio, las unidades no están en las mejores condiciones que deberían estar; (número dos), la seguridad del servicio, que si tú vas a buscar la unidad, el servicio esté disponible. Eso, todo, representa la confiabilidad en el sistema y si el sistema no es confiable, porque a través de los años se ha hecho menos confiable, pues la popularidad o la demanda en el servicio decae dramáticamente. Eso, a su vez, de que a través de los últimos 15 años se esperaba que ya se tuviese una población de 4.5 millones de habitantes para el 2020 y lo que tenemos es 3.2 (millones) de habitantes, eso representa un decaimiento completo del sistema colectivo”.

Sin chavos la AMA

Para la zona metropolitana, uno de los principales servicios públicos es el que provee la AMA. Transporta diariamente entre 30,000 a 35,000 usuarios en el área metropolitana y pueblos cercanos. La cifra decayó tras el impacto del huracán María y en los últimos meses han vuelto a observar una leve alza, según reconoció su presidente Santos Delgado Marrero.

El funcionario explicó que en los pasados dos años se ha concentrado en aumentar las guaguas que van a la calle a brindar el servicio. Dijo que de unas 42 que se sacaban diariamente antes de asumir el cargo en el 2017, logró aumentar la cantidad a unas 80. Estas sirven 24 rutas, incluyendo al Centro Médico de Río Piedras que por varios años quedó fuera del área de cobertura de estas guaguas y de las pisicorre.

Alegó que la promesa del tiempo de espera a los usuarios es de entre 20 minutos a una hora, dependiendo de la ruta. Pero, los entrevistados por este diario rechazaron que esa sea la frecuencia correcta.

Delgado Marrero, sin embargo, reconoció que la falta de personal, operar con guaguas viejas y el presupuesto son las principales limitaciones que tiene la AMA. 

“Es un reto todos los días pensar que tenemos una flota que más de la mitad (53%) cumplió su vida útil”, sostuvo.

Comentó que tienen un plan para comenzar a reemplazar guaguas que demorará hasta el año 2023. Las primeras seis guaguas nuevas, a un costo de $470,000 cada una y pagadas con fondos federales, ya entraron en funciones a mediados de octubre.

El presidente de la unión Trabajadores Unidos de la AMA (Tuama), Alexis Merced Gutiérrez, describió que las guaguas actuales, que en algunos casos datan del 2002, “sufren una rotura más rápido de una unidad nueva”.

Si se daña alguna guagua en el camino, la AMA ha logrado tener unas 28 de reemplazo. Lo que no tiene es como sustituir a un conductor o mecánico que se ausente, pues son las principales plazas afectadas por la falta de dinero en la agencia. La situación es tal que, si falta un chofer, la frecuencia en que van a recoger los pasajeros se vuelve mayor, denunció el líder sindical.

Para demarcar la situación, el presidente de la AMA comentó que de aquí a diciembre se retirarán tres mecánicos y solo logrará reemplazar a uno que fue cedido por el Departamento de Transportación y Obras Públicas (DTOP). Mientras, para llenar plazas de choferes realiza convocatorias internas, pues no tiene dinero para nuevas plazas.

Detalló que la AMA opera con un déficit de $9 millones. Esto se debe a que el gasto operacional es de $57 millones y la Junta de Supervisión Fiscal solo les asignó un presupuesto de $48 millones.

¿Qué hacen con el dinero disponible?

Unos $50,000 mensuales se van para la compra de diésel para las guaguas, las piezas para repararlas y los seguros. Además, se pagan los salarios de los empleados y el seguro social.

Delgado Marrero expuso que “establecidas las prioridades”, han acumulado deudas con la Autoridad de Energía Eléctrica, la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados, contribuciones sobre ingresos y el Fondo del Seguro del Estado. Para resolver la problemática, ha solicitado a la Junta que le restituya los $9 millones.

La caída del Tren Urbano

De todos los sistemas de transporte colectivo, el Tren Urbano es el que más confiabilidad le da al usuario. Su tiempo espera en cada una de las estaciones entre Bayamón y Sagrado Corazón es de entre ocho a 12 minutos.

No obstante, la baja de usuario es notable. El director de la Autoridad de Transporte Integrado (ATI), Josúe Menéndez, reveló que en el mes de agosto de 2005 transportaron 603,466 usuarios. La cifra decayó a través de los últimos años, principalmente tras el paso del huracán María. En el mismo mes del 2018 se llegaron a transportar 477,932 personas y ya para el 2019 agosto solo acumuló 433,478 usuarios.

“Tienes gente que se fue ya sea por María. Eso nos hizo daño”, sostuvo.

Aceptó que la principal queja de los usuarios no es el estado físico del tren, sino la deficiencia en la boletería. Esto se debe a que muchas máquinas aceptan solo efectivo. Comentó que ya hay un proceso encaminado para cambiar todas las máquinas para comprar las tarjetas magnéticas que dan acceso al tren y permitir que estas también sean utilizadas en la Lancha de Cataño, las guaguas de la AMA y las siete rutas que realiza la compañía privada First Transit, entre la que se destaca la guagua entre Toa Baja y el Tren Urbano de Bayamón.

Por otro lado, ATI y el Banco de Desarrollo Económico realiza en la actualidad un concurso para lograr alquilar los concesionarios ubicados en las estaciones del tren. Según Menéndez, estos negocios podrían darles un nuevo atractivo a las estaciones y que los usuarios decidan darse una trillita.

“Hay unas que salen pronto. Esperamos que en seis meses hayan de cuatro a seis (negocios) llenando los locales. Ellos están locos por entrar”, afirmó, al comentar que tienen propuestas para las estaciones de Sagrado Corazón, Las Lomas y San Francisco.

Para canalizar otra queja del usuario, en torno al limitado territorio que cubre el tren, Menéndez informó que en los próximos cuatro a cinco años no se vislumbra que pueda iniciarse un proceso de expansión. Esto se debe a que ATI está concentrado en obtener $180 millones en fondos federales para hacer las reparaciones de los daños ocasionados por el huracán María a las instalaciones. Hasta el momento, solo han recibido $24.4 millones.

“El Tren Urbano es un servicio confiable. Esperamos que la gente lo patrocine”, sostuvo Menéndez.

Otros transportes

Los otros transportes colectivos, como las guaguas pisicorre, los taxis, los Uber y las limosinas, son regulados por el Negociado de Transporte.

García Fraga, presidente de esta entidad pública, explicó la principal falla de estos medios es que no están integrados a la AMA o al Tren Urbano.

“Hay que hacer una verdadera integración”, expresó. “El transporte público necesita mucha transformación”.

Primero, dijo, hay que trabajar con que “un gran porciento” de los más de 1,000 vehículos que hay en la calle proveyendo el servicio “no están en las condiciones físicas necesarias para dar servicio”.

Habló de que se fijará regulación para obligar a los propietarios de la pisicorre, que en su mayoría cobran entre $1 a $4 por ruta, a tener vehículos en mejores condiciones y con aire acondicionado. Comentó de la posibilidad de que se puedan conseguir fondos del Bloque para el Desarrollo Comunitario (CDBG) para que los choferes puedan adquirir nuevas guaguas y lograr que integren el Sistema de Posicionamiento Global (GPS) para que los usuarios puedan conocer a través de aplicaciones si le es viable esperar por estos servicios.

El Negociado de Transporte también se encuentra en medio de la controversia entre choferes de Uber y los taxis. La pugna es por la alegada ausencia de “competencia igual”, denunció el presidente de la Federación de Taxistas, Juan de León.

Pero, García Fraga explicó que en los pasados meses han introducido cambios en las regulaciones y han atendido muchas de las quejas.

“Son dos sistemas diferentes. Es algo del pueblo de Puerto Rico, que el ciudadano pide un servicio sobre otro”, sostuvo, al destacar que estos sistemas tienen precios más elevados a los que tienen la AMA o las pisicorre.

Con las deficiencias de cada uno de los sistemas, la verdadera integración de la que se habla parece que no llegaría.

El directivo del Tren Urbano habló que los propietarios de vehículos privados deberían hacer recomendaciones y a base de necesidad, se podría entablar unos acuerdos para que aumentaran su frecuencia en las estaciones. Mientras, el presidente de la AMA esbozó que esta falta de coordinación la tiene que resolver el Negociado de Transportación.

“Yo diría que se debe solicitar unas reuniones… Hay que establecer un plan macro”, puntualizó Delgado Marrero.

Pero, el jefe del Negociado insiste en que primero se debe lograr que los proveedores privados den un servicio eficiente y en vehículos de mejor calidad. Dijo que solo así “el sistema puede crecer”.