“¡Ese soy yo! Wow”
Isaías celebró su foto en la portada de un libro de GFR Media que recopila las vivencias tras María.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 7 años.
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Esta es la historia de una tierna foto después del huracán María, un niño de la montaña y su inocente alegría al recordar la peor crisis del pueblo puertorriqueño en la época moderna.
Sin luz ni agua potable en su casa a seis días del ciclón, Isaías Moisés Vázquez Hernández, entonces de 3 años, tuvo que bañarse al lado de una autopista en Corozal. Vivaracho y juguetón bajo el chorro de un manantial en la carretera PR-142, el niño del barrio Palmarejo fue fotografiado por el lente de Teresa Canino. Al publicar en El Nuevo Día y Primera Hora, la imagen sobresalió tanto que el pequeño se hizo “grande” y “famoso” en este pueblo, cuenta su madre. Y ayer, 15 meses luego del ciclón, su padre lo despertó de una siesta con una sorpresa.
Isaías se levantó y descubrió que estaba en la portada del libro “A un año de María”, una compilación de casi 130 fotografías que documentan la vida en Puerto Rico durante y después de la catástrofe.
“¡Ese soy yo! Wow”, repetía entusiasmado, ahora con 4 años, al verse por primera vez en la publicación de GFR Media.
El sonriente menor pasó decenas de páginas con rapidez hasta que vio la devastada naturaleza. “El huracán María tumbó todos los árboles”, enfatizó. Al rato se detuvo en la estampa de un anciano que logró reconstruir su hogar tras el golpe de la tormenta. “¡Qué lindo!”, reaccionó en el comedor del head start Centro Ecológico, en Corozal.
La familia de Isaías asegura haberse esforzado para amortiguar la emergencia ante los ojos del chiqutín. “Veo felicidad. Veo a un niño que no sabe lo que estaba pasando. Lo que hacía era gozar mientras uno pasaba necesidades, buscando agua para la familia. Él estaba en su inocencia, gozando, mojándose”, expresó Abner Vázquez Ortiz, de 25 años, al describir el rostro de su hijo en el libro.
Cuando recibió un ejemplar, Abner se paralizó brevemente en silencio. “No hay palabras para describir el amor de un hijo. La alegría de él es grande y ver que otra gente siente esa alegría (al ver la foto) me da mucho orgullo”, manifestó cuando, finalmente, pudo expresar lo que sentía.
Boquiabierta también quedó Yamilis Hernández Morales, quien tenía 16 años cuando dio a luz a Isaías. Frente al libro, la madre confesó haber experimentado un torbellino de emociones. “Estoy bien orgullosa de Isaías. Yo creo que casi todo el mundo en Corozal lo conoce, y es bien querido por muchas personas. Es demasiado inteligente, brillante, amigable. Siempre está bien contento”, mencionó.
Aficionado a los caballos, Isaías sueña con ser un jinete y en el head start donde estudia ya lo perciben como una estrella.
“Dentro de la adversidad, Isaías contaba, con felicidad, sus vivencias en los famosos chorritos de Corozal, donde la comunidad iba a buscar agua. Ahora tiene un libro y se lo vamos a presentar a todo el mundo. Quedará permanente en la memoria”, sostuvo esperanzada Nicole Quintero, supervisora educativa del Centro Ecológico.