Escultor boricua se enfrenta a Julissa Casting
Felipe Jiménez Marcel alega que perdió un contrato, pese a que cotizó su obra por unos $91,000 menos.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 5 años.
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Entre los señalamientos que hace la clase artística del patio es que el gallo que se erigió en la zona sur del Capitolio no es semejante a los gallos de pelea de la Isla y posee desproporciones en su tamaño.
Al día de hoy, no hay registrado en el Contralor ningún contrato que dé luz sobre el costo de la pieza de este gallo, el cual no está firmado por ningún artista. Sin embargo, Primera Hora obtuvo copia de una solicitud de propuesta de la Superintendencia del Capitolio, fechada el 22 de diciembre de 2018, en la que se pide cotizar una figura de gallo sobre una base de bronce, cuyo tamaño debe ser de 80 pulgadas (6 pies 8 pulgadas) de alto y que debe pesar unas 1,000 libras.
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El escultor boricua Felipe Jiménez Marcel informó que para aquel entonces recibió una llamada de la Oficina de Servicios Generales del Capitolio para que cotizara “por teléfono” el gallo. Dijo que su idea fue plasmar “un gallo de pelea con símbolos taínos en las piernas”. Para crearlo, pidió por su obra $54,000.
“Yo estoy seguro que coticé más barato que Julissa Casting”, empresa que se llevó el contrato, afirmó el artista.
“La fundición completa me salía en $30,000 y tuve que dejar una partida para la instalación y otra de ganancia. Yo lo que me ganaba eran $8,000, luego de todo el trabajo”, explicó.
Dijo que no supo más de la transacción hasta que vio en los medios de comunicación el “gallo manilo… Eso es un gallo de a montón por chavo, un gallo de serie”, del cual alude no representa a la industria gallera del país.
La afirmación de que la empresa tuvo que haber solicitado una suma mayor la sustentó Jiménez Marcel con documentos que revelan toda la transacción que se realizó para otorgarle a Julissa Casting el contrato para la escultura que será instalada en la Plaza de los Creyentes.
El proceso de subasta
Documentos entregados por Jiménez Marcel dan cuenta que el proceso que se comenzó a realizar para crear la obra, la cual representará la imagen de una familia, no fue mediante pedido de cotización “por teléfono”, sino en una subasta informal. Dijo que cuando asistió al evento, realizado el 25 de marzo, todos los presentes que representaban al Capitolio saludaban a Juan L. Gómez Monclus, vicepresidente de Julissa Casting, de una alegada manera muy amistosa.
Dijo que se enfureció cuando comenzaron a plantear que la obra tenía que estar lista en una semana.
“Esa cotización fue un revolú. Yo me enfogoné y dije: ‘Esto no es un muñeco de Disney, esto es una escultura”, expuso Jiménez Marcel, al indicar que una obra como la solicitada pudiese estar lista en un mínimo de dos meses.
Alegó que el representante de Julissa Casting informó que ellos podían cumplir con ese requisito, pero que “iba a salir más caro”.
Poco después se informó en la Notificación de Adjudicación, fechada el pasado 5 de abril, que a la subasta informal solo compareció Julissa Casting y Jiménez Marcel. Se alude a que también habían invitado al artista Luis Torruella, así como a las empresas RGB Solutions y ML Construction and Consulting Service.
De este grupo, Primera Hora solo logró contactar al presidente de la empresa RGB Solutions, Rafael Blassini, quien indicó que no asistió a la actividad porque no realizan esculturas.
“Si hubiésemos ido era subcontratando a alguien”, señaló el contratista.
La conclusión a la que llegó el Comité de Subasta, presidido por Miguel Miranda Pagán, fue declarar desierta la subasta informal, porque solo dos compañías presentaron propuestas. Por ello, se concluyó que el proceso se realizaría a través de una orden de compra.
“Se refiere al Departamento de Compras para que proceda según reglamento”, dice el documento, el cual revela que Jiménez Marcel cotizó su obra $98,000 y Julissa Casting en $189,000.
Para el escultor boricua, la adjudicación final a Julissa Casting le pareció “un descaro”.
“¿Cómo se la vas a dar a una persona que te cotizó $100,000 más?”, se cuestionó.
Agregó que “lo que me afecta no es el dinero, ni la obra, es que a otro puertorriqueño no le dieron la oportunidad para que aquí se haga un buen trabajo que represente la cultura puertorriqueña. Aquí lo que vamos a ver es ‘made in China’, Julissa Casting, porque eso son”.
Finalmente, la obra no estuvo lista en la semana requerida, como aludió Jiménez Marcel que se exigió en el proceso de subasta, ni para cuando la empresa constructora del proyecto terminó la construcción de la plaza, el pasado 10 de junio. De hecho, hasta el momento la Plaza de los Creyentes no se ha inaugurado ni se ha colocado allí ningún monumento.
Ningún oficial de la Superintendencia del Capitolio ni del Senado, cuerpo que está a cargo de dicha oficina, accedió contestar preguntas de Primera Hora sobre cuándo estaría lista la obra, los procesos que se realizaron para la contratación de Julissa Casting y el costo.
El contrato no aparece registrado en la Oficina del Contralor de Puerto Rico, ya que al igual que la obra del gallo, la transacción se dio mediante una orden de compras.
Mientras, los propietarios de Julissa Casting, Juan Gómez y Gómez Monclus, no ofrecieron entrevista y refirieron toda pregunta a su abogado. Sin embargo, el licenciado José Lozada no respondió a las múltiples llamadas y mensajes de texto dejados en su unidad móvil.