Envían a personas sin hogar a Puerto Rico bajo promesas de ayudas de vivienda y alimentación
Se ha percibido en organizaciones como La Fondita de Jesús, donde en dos meses se han atendido a unas 20 personas procedentes de EE.UU.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 1 año.
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La situación empezó a percibirse hace dos meses cuando varias personas sin hogar -algunos con adicciones y otros problemas de salud mental -llegaron a la isla procedentes de diversas partes de Estados Unidos y pidieron auxilio en la Fondita de Jesús porque les dijeron que en Puerto Rico el gobierno les ayudaría a conseguir vivienda y les ofrecerían diariamente alimentos, ropa y servicios de ducha.
En poco más de ocho semanas la cifra de residentes estadounidenses en condiciones de sinhogarismo que han llegado a la organización sin fines de lucro, ubicada en Santurce, alcanza las 20 personas. El 90% son varones, aunque se han recibido dos mujeres.
Llegan desesperados y exigiendo que se les cumpla la promesa de atención que se les juró que recibirían antes de abordar el avión comercial con destino al aeropuerto internacional Luis Muñoz Marín, en Carolina.
Una vez arriban a la isla se sienten perdidos y recurren a empleados de la zona portuaria en busca de respuestas. Desde allí, según explican los afectados en las entrevistas que se les realiza en la Fondita de Jesús, se les orienta a buscar ayuda y orientación en la organización fundada hace 37 años y que, día a día, ofrece desayuno, almuerzo, duchas, ropa, lavandería, barbería y atenciones de salud, entre otros, a personas que por diversas circunstancias carecen de estos servicios.
Se determinó que el 85% de los participantes presenta problemas de salud mental como esquizofrenia, bipolaridad o depresión, entre otras; y el 65% tiene problemas de uso de sustancias o abuso de alcohol.
Así lo explicaron a Primera Hora el director ejecutivo de la Fondita, Josué Maysonet, y la coordinadora de servicios, Joanly Rodríguez, quienes están preocupados por el escenario, particularmente, porque la realidad es que en Puerto Rico el gobierno y las organizaciones que sirven a las personas sin hogar confrontan escollos para ubicar en viviendas seguras a las cientos de personas a nivel local que no tienen un techo seguro para pernoctar, están huyendo de un patrón de violencia doméstica en su hogar o están en riesgo de perder sus casas en los próximos 14 días.
“Nunca le vamos a negar el derecho de servicio a nadie, sea personas sin hogar o no, porque inclusive si usted llega y dice que es persona sin hogar, aun no siéndolo, nosotros le brindamos el servicio en lo que se hace el proceso de investigación... sin embargo, hay una realidad: nuestro problema principal y de todas las organizaciones es que no hay viviendas asequibles. Para que tengas una idea hace dos o tres años yo te diría que ubicábamos 100 personas anualmente a través de los proyectos de vivienda permanente que tenemos o de los vales para arrendamiento que ofrece HUD (Vivienda Federal). Esa cantidad ha bajado en un 75%. Lo que podíamos hacer antes para reubicar a una persona en tres semanas, ahora demora de tres a cinco meses”, puntualizó Maysonet para ejemplificar la magnitud del problema de viviendas de interés social que hay en toda la isla.
Explicaron que a los “extranjeros” que llegan pidiendo auxilio se les hace difícil comprender la situación y se enojan porque no son reubicados de inmediato bajo un techo seguro. Lo que sí se les provee son los alimentos diarios y algunos otros servicios. Pero, hay dos problemas: de los 20 ciudadanos que han llegado a la isla, solo dos han completado el proceso para poder recibir servicios.
“Llegan sin documentos... ni siquiera certificado de nacimiento que es algo que se requiere para poder recibir servicios gubernamentales, descartando el PAN porque ese sí pueden obtenerlo. Así que la organización ha entrado en gastos para gestionar esos documentos y muchos de estos no llegan o se informa que podrían tardarse de cuatro a seis meses en recibirlos”, sostuvo Rodríguez.
Ante la falta de un techo seguro, a estas personas se les puede ver deambulando “y han creado un tipo de comunidad entre ellos” en lugares frecuentados por turistas en la capital como el Viejo San Juan, el parque del Tercer Milenio (cerca de El Escambrón) o en Condado. Aunque con las olas de calor de sobre 90 grados Fahrenheit que azotan a Puerto Rico hace más de 13 días consecutivos, muchos optan por quedarse merodeando en el área de Santurce y entrar a refrescarse a las instalaciones de la Fondita de Jesús cuando los agobia las altas temperaturas, la sed y el hambre.
Primera Hora observó a algunos de estos ciudadanos almorzando ayer en el comedor de la organización. Aunque hubo un intento de entrevista con uno de los ciudadanos, este rehusó atender la petición de entrevista.
¿Saben de qué estados están llegando?, se inquirió saber al director ejecutivo.
“Esa información no la tenemos, porque ellos lo que mencionan es Estados Unidos... que vienen de allá, que les pagan el pasaje de ida para que lleguen a Puerto Rico. Hablan de agencias que pagan los pasajes y les dicen que lleguen aquí porque aquí los tienen que ayudar porque esto es territorio de Estados Unidos”, subrayó Maysonet.
Las razones por las que las personas mencionan que se quedaron sin hogar son variadas, según se desprende de la entrevista inicial que se les realiza.
“Ellos mencionan que están en condición de calle en Estados Unidos por diversas circunstancias. Algunos dicen que el costo de vida es muy costoso y otros verbalizan que estando sin hogar han sido bien maltratados. No se sienten seguros por la criminalidad que hay allá”, acotó Rodríguez.
Resaltaron que usualmente entre los meses de noviembre, diciembre y enero se reciben personas sin hogar de Estados Unidos, época en que “casi siempre están huyendo del frío”.
“Vienen para acá a recibir calor, como uno dice. Pero ya esto se ha convertido en un asunto que se extiende a otros meses y donde más lo vemos es en San Juan. Lo que me preocupa es que esto es una responsabilidad del Estado. Nosotros somos un aliado del Estado para trabajar juntos, pero no hay ningún mecanismo para llevar un control de lo que está sucediendo... por lo menos saber las agencias que extranjeras que están enviando a estas personas”, dijo Maysonet.
Dijo que el panorama le recuerda cuando hace una década trascendió la tendencia de alcaldes de Puerto Rico que para evitar la población sin hogar en sus municipios los trasladaban para Estados Unidos bajo promesas de tratamiento de adicciones, vivienda y bienestar.
“Eso mismo que hacían los alcaldes es lo que estamos viendo, pero a la inversa... ahora llegan extranjeros sin hogar y buscando ayuda aquí”, reflexionó Maysonet.
Y, ¿ustedes tienen comunicación con el aeropuerto?, se les preguntó.
“No, ni con el aeropuerto o con alguna otra agencia. No hay ningún acuerdo de colaboración, pero son ellos los que refieren a estas personas que llegan a nuestra organización. Inclusive, no hay comunicación sobre esto ni con el Estado que es el que brega directamente con el aeropuerto. Pero nos gustaría que se creara ese canal. Si hubiera un acuerdo de colaboración y apoyo de otras agencias pues habría más orientación a estas personas y se les dirige a la agencia que los puede ayudar. De hecho, si crean una oficina en el aeropuerto sería excelente para que se puedan canalizar mejor los servicios. Pero al pasar eso en el aeropuerto pues refieren acá sin conocer la dinámica de toda esta población que está llegando y se nos hace más complejo atenderlos”, respondió Maysonet.
Primera Hora solicitó una declaración a Aerostar, la compañía privada operadora del aeropuerto Luis Muñoz Marín.
“En el aeropuerto existe un programa independiente de Ayuda a pasajeros, que, entre sus funciones, cuenta con un protocolo de manejo y asistencia de personas sin hogar que llegan a sus oficinas. Este, a su vez, opera con el apoyo de Fondos Unidos de Puerto Rico. Estos proveen asistencia a las personas necesitadas a través de otras organizaciones o suplen de modo directo ciertas necesidad de carácter temporal. El programa está sujeto a la disponibilidad de fondos. En el caso de no contar con fondos disponibles, se canalizan las ayudas con otras entidades, haciéndolo siempre de manera responsable y coordinada”, se expresó mediante declaraciones escritas.
“El personal de Aerostar no tiene inherencia alguna en el manejo de personas sin hogar que son asistidas por esta oficina”, se agregó.
Datos de la Encuesta de Personas Sin Hogar 2022 indican que en San Juan había 538 sin un techo seguro o en circunstancias de vulnerabilidad. El 5.4% indicó deambular en núcleos o familias. El 48.8% eran personas de 25 a 49 años de edad. En términos de raza el 36.1% se definió multiracial, el 35.5% blancos; el 29.7% afroamericanos o negros; 0.4% asiáticos; y 0.2% nativos de Hawaii. Los datos no indagan en personas provenientes de Estados Unidos.
De otra parte, entre el 46.14 en promedio de las personas que dijeron no estar albergadas, un 22.2% pernoctaba en la calle o acera; el 7.8% en una casa o edificio abandonado; el 1.6% en una estación de autobús u otro transporte público; el 1.3% en un parque; el 1.2% dentro de un vehículo; y 0.6% debajo de un puente.
La Fondita de Jesús atiende anualmente a unos 1,500 participantes sin hogar o con experiencia del sinhogarismo. En junio, por ejemplo, han contabilizado 175 casos activos. Sobre el 50% son personas de 50 años o más; el 13% son personas entre 16 a 25 años y el restante tiene entre 30 y 49 años. El 32% son mujeres y el 68% hombres.
“Algo que estamos viendo es un aumento en la población de adultos mayores... algunos son abandonados dentro de su mismo círculo familiar”, puntualizó Maysonet al explicar que otros quedan en una situación vulnerable pues no pueden costear los altos precios de arrendamiento.
Aunque el fin de la organización es buscar rehabilitar a los participantes y ayudarlos a tener una vivienda digna, lo cierto es que el trayecto es cada vez más difícil por la falta de viviendas asequibles que hay en Puerto Rico.
Mientras tanto, desde la Fondita de Jesús se continúan desarrollando estrategias de impacto para la población en riesgo pues, aunque cuentan con un presupuesto de 3.4 millones al año -mayormente subvencionados con fondos federales a través de HUD (Vivienda Federal), lo cierto es que cada vez son más las personas sin hogar que llegan buscando auxilio, incluyendo la nueva tendencia de extranjeros sin hogar que son enviados a la isla bajo promesas de que el gobierno y las organizaciones sin fines de lucro les ayudarán en la búsqueda de viviendas y el suplido de alimentos y vestimenta. Además, se suma a la ecuación los altos niveles de inflación que se experimenta en Puerto Rico y otras jurisdicciones de Estados Unidos en todos los renglones comerciales.
Los interesados en colaborar con La Fondita a través de voluntariado pueden llamar al 787-724-4051. De igua forma puede contribuir a través de donaciones por ATH Móvil en el área de donar con el path/LaFonditaDeJesús.