Al igual que otros 39 estudiantes en de educación especial de la escuela Eva Patria Custodio, en Las Marías, el joven Joesian Rodríguez Peña tuvo la oportunidad de participar de los talleres de empresarismo que lleva el Departamento de Educación junto a otras agencias, como parte del proyecto Desarrollo sin Límites.

En su caso particular, sin embargo, esa experiencia dirigida a estudiantes de Ruta 1, que calificó de excelente, tuvo el detalle adicional de que fue el ganador del concurso que se llevó a cabo como parte del curso, y que le valió un premio de $3,000 por su presentación del plan de negocios para desarrollar su restaurante de comida italiana, un sueño que tiene desde hace algún tiempo, y al que no ha renunciado, si bien por ahora tiene otras metas más inmediatas, entre las que se encuentran sus estudios universitarios en administración de empresas.

“Definitivamente esto para mí fue más bien como una ayuda y también un lanzamiento para yo tener más claro qué y cómo quiero un restaurante. Claramente una ayuda también monetaria. Con esto tengo una visión un tanto más clara para cómo yo poder hacer un restaurante, qué cosas necesito, cómo debo hacer algunas cosas. Y eso para mí es mucho, realmente”, comentó el joven sobre el taller.

Aunque aseguró que desde antes de tomar el taller ya cocinaba la idea de tener un restaurante en el futuro, aseguró que “el taller me ayudó a conectar, analizar. Y luego de eso sumé, que fueron cinco días, y salí con una idea de lo yo quiero para el restaurante más clara”.

Explicó que, como parte del taller, “comenzamos a discutir un tema, el cuál era esa área esencial para yo poder llevar mi negocio. Y eso es algo que me ayudó porque yo no tenía ni idea de eso prácticamente. Por eso digo que esto me ayudó a tener un poquito más de conocimiento y un poquito más claro cómo negociar, que no es algo como que a lo loco, tengo que tener una base, algo monetariamente. Y por esa parte creo que me ayudó. Desde mi punto de perspectiva, a mí me encantó. Esos conocimientos nunca están demás”.

Como parte del taller, tuvo que desarrollar el concepto de su restaurante italiano, incluyendo logo, inicial, dibujos del restaurante con los elementos que desea, entre otros aspectos, así como el plan financiero, los gastos, y demás.

Joesian alabó que se le dedique atención y recursos a los estudiantes de educación especial con actividades como las del taller, y sostuvo que los demás participantes también “se lo gozaron”.

“Es un programa que puede ayudar a muchas personas. Y es un programa que, si te dan la oportunidad de tú tomarlo, apúntate, porque de alguna u otra forma vas a llevarte información del salón. De verdad es un buen programa. A mí me ayudó a tener mejor conocimiento y una mente más clara para lo que quiero. En verdad lo recomiendo”, reiteró.

Por ahora, sin embargo, aclaró que su propuesta para un restaurante italiano es más a largo plazo, mientras lleva a cabo sus estudios. En cambio, el dinero del premio lo ha destinado a desarrollar su otra pasión, la fotografía.

“Yo pensé, ‘este dinero no me lo regalan todo el tiempo en mi vida, y yo quiero hacer una buena inversión con él”. Cualquier otra persona se habría ido a gastar en tiendas o algo. Pero yo lo que hice fue utilizarlo para material fotográfico. Actualicé todo mi equipo fotográfico, con lo cual voy a tener una mejor calidad para el cliente, mejor calidad de fotos. Así que todo ese dinero lo utilicé para eso, y fue una gran ayuda porque básicamente de un cantazo revolucioné todo mi equipo fotográfico, gracias a este taller”, comentó.

Con su trabajo fotográfico, espera poder ir sumando fondos para ese futuro restaurante, que es una idea que, insistió, mantiene bien presente.

Mientras, para la secretaria asociada de educación especial, Noelia Cortés Cordero, resulta de gran satisfacción escuchar sobre el éxito y utilidad del taller, de boca de uno de sus protagonistas.

Explicó que el taller consiste de “diferentes charlas donde se definían justos intereses particulares de cada estudiante del programa de educación especial, mirando a una posible reinserción en el mundo laboral”. Durante el mismo, cada estudiante crea su propuesta de acuerdo a esos intereses, mirando a corto, mediano y largo plazo, y una vez se define esa propuesta, buscan ver “cómo ellos se visualizaban eventualmente insertándose en el mundo laboral”.

Aseguró que, desde que llegó al puesto de secretaria asociada, ha puesto particular interés en el área de transición, en busca que los estudiantes logren tener experiencia laboral dentro del programa de educación especial, y estén lo más preparados para entrar a la vida adulta, una vez terminen su cuarto año de escuela superior.

“Estamos buscando que esos estudiantes se capaciten adecuadamente para que tengan unas destrezas cuando ya lleguen a la vida adulta y que sientan que están enfocadas en sus habilidades y sus destrezas máximas para el mundo laboral. Eso es lo que nosotros queremos desde lo que es la parte de transición”, afirmó.

Explicó que ahora quiere “poder llevar la unidad de transición, no solamente para estudiantes de Ruta 1, sino quiero enfocarla en los estudiantes con impedimentos más severos, que son aquellos que están en Ruta 2 y Ruta 3. Necesito que pasen por esa experiencia laboral”.

Recordó que los estudiantes de Ruta 1 son estudiantes que recibe asistencia por algún impedimento, pero que no es algo significativo que le impida la adquisición de otras destrezas académicas o participar de la corriente regular, como sería el caso, por ejemplo, de un niño con alguna dificultad del habla. Los estudiantes de Ruta 2 son aquellos con condiciones más complejas, y en Ruta 3 pues tienen condiciones de mayor severidad.

Para conseguir ese fin, agregó, requiere de la colaboración de otras agencias del gobierno, como ya lo hace el Departamento de Desarrollo Económico y Comercio (DDEC) que participa de la iniciativa Desarrollo sin Límites, así como de empresas, sector privado, entidades sin fines de lucro y hasta individuos que puedan colaborar.

“Mi interés es que veamos esto como algo normal, que alguien que pueda hacer una apertura de alguna tienda o un restaurante entre sus opciones de recursos pueda ver un niño con impedimentos para insertarlo a una experiencia laboral, con los acomodos requeridos por las leyes. Que sea una norma, que los dueños de negocios puedan ver a nuestros estudiantes como recurso viable”, explicó.

Insistió en que, cuanto antes en el proceso educativo puedan comenzar a poner en práctica estas iniciativas del área de transición, más capacitados estarán los estudiantes al salir del sistema de educación y más viable será para los negocios poder emplearlos. De paso, exhortó a cualquier parte interesada en aportar o colaborar a comunicarse con el área de transición de la Secretaría Asociada de Educación Especial, en Departamento de Educación, donde de inmediato le van a asistir para establecer un acuerdo de colaboración.

“Estamos trabajando para que mis estudiantes puedan de alguna manera pasar por cualquier destreza de preempleo. Necesito que mis estudiantes sean vistos como un estudiante que puede se puede insertar en el mundo laboral, que por más impedimento que tenga, es un ente viable ya sea para un autoempleo, para un preempleo, para una práctica dentro de ese empleo. Necesito que los padres de esos estudiantes se sientan confiados en que sus hijos no van a estar sin hacer nada una vez salgan del Departamento de Educación, sino que gocen de algún tipo de esperanza de alcanzar un autoempleo o un empleo. Esa es mi meta”, insistió.