En complicidad para llevar la suerte
El matrimonio compuesto por Ángel Luis Rodríguez y Marta Rodríguez se dedica a vender billetes de la Lotería Tradicional desde Humacao.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 6 meses.
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Para Primera Hora Con sombrilla en mano para combatir el candente sol, o por si se asoma mal tiempo, cada mañana el matrimonio de Ángel Luis Rodríguez y Marta Rodríguez, encamina su rumbo a la faena que comparte: la de vender billetes de Lotería Tradicional.
Con una complicidad admirable, la pareja despliega su tablero en el estacionamiento del supermercado Ralph’s en Humacao, con una gran variedad de billetes para atraer a clientes que busquen un golpe de suerte.
“Yo vivía en Estados Unidos y trabajaba como realtor y después decidí venir a Puerto Rico (en el 2016). Como no soy un hombre vago y me gusta trabajar, cuando llegué apliqué para tener mi licencia como billetero, porque mi hermano, Guillermo Rodríguez, vende y está todavía activo en la lotería. Él fue el que me dio una manita y así seguí poco a poco”, relató el hombre de 81 años, ocho de los cuales los ha dedicado a este oficio.
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Para entonces, ya su esposa Marta era parte del negocio, pues fue quien ayudó a establecerlo. Una vez dominaron la práctica, la mujer de 76 años decidió dar un paso más, el de tener su licencia.
“Estoy aquí porque tengo que cuidar a ese gordito. Además, uno conoce gente y uno disfruta, nos ponemos a hablar porque se necesita ese espacio, ya que a veces las personas están solas en las casas”, comentó la vendedora.
La pareja aseguró haber vendido varios premios, pero una anécdota en particular que don Ángel Luis no olvida se dio con unos clientes de Adjuntas hace algunos años.
“Recuerdo que una vez vino una viejita y un viejito de Adjuntas; era un sábado y el banco lo cerraban a las 12:00 p.m. y me dice: ‘le compraría un billete, pero no tengo tiempo porque me van a cerrar el banco’. Yo le dije que se bajara, hiciera su gestión en el banco que yo le iba a tener su billetito. Cuando vino para atrás le di su billetito y ¡pa!... se llevó 10,000 pesos. Estuve alegre y contento porque ella me había dicho que lo quería para hacerle una casita a la hija”, rememoró. De hecho, los clientes de don Ángel Luis y Marta no solo reciben un servicio de excelencia, que puede incluir uno que otro truco para acertar los números, sino que también disfrutan de una buena charla y hasta un detalle especial de parte de la pareja.
“Compren o no compren, yo le doy al cliente una mentita y eso lo alegra. Cuando no se la doy, me dicen: ‘Don Luis, ¿dónde está la mentita?’. Además, le hablamos mucho de Dios a la gente y le echamos la bendición a todo el mundo”, mencionó el vendedor, quien planifica seguir siendo billetero “hasta que pueda pagar los ‘billes’ y entonces puede que lo coja un poco más suave. Pero, ahora tengo que fajarme”, dijo el vendedor.
“Me gusta, porque hago muchas relaciones con la gente; yo no conocía a nadie aquí en Humacao porque soy natural de Barranquitas, y al llegar a Humacao, he conseguido una familia y me siento bien contento”, concluyó el hombre cuyo puesto opera de lunes a sábado, de 6:30 a.m. a 1:00 p.m.