En aumento los casos de cáncer colorrectal entre jóvenes
Exhortan a las personas de entre 20 a 49 años a realizarse las pruebas para detectar la enfermedad.

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Los casos de cáncer colorrectal en Puerto Rico, entre personas jóvenes de 20 a 49 años, registra un aumento anual de un 2.68%, reveló un reciente estudio del Centro Comprensivo de Cáncer de la Universidad de Puerto Rico (UPR).
La doctora María González Pons, investigadora asociada de la División de Investigación Clínica y Traslacional del Centro, detalló que esta cifra se detectó al analizar la tendencia del registro de este cáncer, que afecta el colon o intestino grueso, en la Isla desde el 2000 al 2021. En este periodo, se acumularon 32,181 diagnósticos. Luego, se comparó con las cifras del Instituto Nacional de Cáncer de los Estados Unidos.
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Durante una conferencia de prensa con motivo del mes de la concienciación del cáncer colorrectal, la experta comentó que la norma son unos 180 casos anuales en este grupo de entre 20 a 49 años. Pero, el patrón que se observó es que cada año se registran unos cuatro casos adicionales.
Lo trascendental es que, de todo Estados Unidos, los puertorriqueños representan el segundo grupo de mayor incidencia de este cáncer en estas edades. Sólo le superan el grupo de nativos de Alaska e indígenas de los Estados Unidos, cuyo aumento de incidencia anual es de 5.08%.
Estos resultados muestran una disparidad sobre lo que es la incidencia de este cáncer en la nación estadounidense para este grupo joven, donde el promedio de aumento es de 1.41% cada año, así como la incidencia entre los hispanos que residen en Estados Unidos, que es de 2.21%.

González Pons precisó que el alza lo que ocasiona “es una llamada a tomar acción. Nos lleva a hacer este llamado hoy para aumentar el cernimiento… El cáncer colorrectal es potencialmente prevenible. Se tarda de 10 a 15 años a desarrollarse, lo que nos da una ventaja para remover lo que se conoce como pólipo, que es la lesión precancerosa, y evitar el cáncer”.
Urgen detección temprana
Por ello, con motivo del mes de la concienciación, investigadores del Centro Comprensivo de Cáncer y una sobreviviente de la enfermedad intestinal se unieron para hacer un llamado a la ciudadanía a estar pendiente a los signos de la dolencia y a combatirla a tiempo.
El sangrado en la excreta, el dolor abdominal, la pérdida de peso y el cansancio son síntomas que pueden dar indicios de la presencia de este cáncer.
El problema, alertó la doctora Veroushka Ballester, especialista en gastroenterología oncológica, es que los síntomas aparecen cuando ya hay presencia de cáncer, pues una persona “no presenta síntomas en etapas tempranas”.
Precisó que la prueba más sencilla para detectar posibles lesiones precancerosas antes de tiempo es llevar una muestra de excreta al laboratorio. En esta prueba, conocida como FIT Test, se evalúa la presencia de sangre en las heces. Sin embargo, la prueba diagnóstica y de cernimiento es la colonoscopia, que es un estudio especializado donde un doctor visualiza el interior del colon.
González Pons explicó que, durante la colonoscopia, se detecta el pólipo y se remueve, de ser necesario, para evitar la formación del tumor canceroso.

Tanto la prueba de laboratorio como la colonoscopia la puede ordenar un médico generalista, un pediatra o el gastroenterólogo.
La edad promedio para comenzar a realizarse la prueba de laboratorio para detectar cáncer en la excreta es a los 40 años y la colonoscopia es a los 45. Pero, el presidente de la Asociación de Gastroenterología, Rafael Medina Rivera, señaló que toda señal de sangre en la excreta o hemoglobina baja amerita la realización de este estudio, aun cuando sea un caso pediátrico.
Ballester también recomendó a jóvenes que tengan familia con historial de cáncer colorrectal a realizarse la colonoscopia antes de esta edad.
Julia Michelle Santiago reconoce muy bien que una detección y un tratamiento a tiempo puede salvar vidas. La mujer fue diagnosticada de cáncer colorrectal hace 10 años.

“Yo, a mis 45 años, presenté todos los síntomas. No identifiqué ninguno de ellos con el cáncer. Pensaba que era otra cosa. En ese momento, yo estaba en el atletismo. Pensaba que era cansancio a raíz del entrenamiento, por modificación de dieta, porque estaba modificando mi dieta para un adiestramiento duro… Yo fui testaruda. Me sentí bien mal por muchos meses, pero no quise hacer nada. En mi mente, estaba bien. Pues, lamentablemente un día tuve que ir a la sala de emergencia y ahí me quedé 17 días hospitalizada. Me operaron y, después de eso, un proceso de quimioterapia de seis meses. Así que, prevención es clave. Puede salvarte la vida”, relató la sobreviviente.
La mujer dijo estar convencida de que el estilo de vida de los puertorriqueños es lo que ha llevado a este aumento de casos entre jóvenes.
Bajo investigación
En el Centro Comprensivo de Cáncer todavía se investiga aspectos relacionados a la razón por la que se registra este incremento de incidencia en los jóvenes.
La doctora González Pons habló de que se evalúan múltiples factores, como la genética, las exposiciones a químicos y el stress, entre otros. También se evalúan las células madre de los intestinos para probar qué factores inciden en el cáncer colorrectal.
Sin embargo, Ballester alertó que hay factores de riesgo comunes para el desarrollo de este tipo de cáncer. Estos son la dieta, el uso de tabaco, tomar bebidas alcohólicas, sobrepeso y bacterias intestinales, entre otras.
Para prevenir el cáncer, recomendó una dieta alta en fibra, baja en grasas y limitada en carnes rojas y procesadas.
El promedio de casos de cáncer colorrectal en la Isla es de 1,800 anuales.
Según las estadísticas, un 10% de las personas diagnosticada pertenece al grupo de 20 a 49 años; se cree que un 10% sufre la enfermedad por predisposición genética; la media de edad en el diagnóstico es a los 68 años y un 55% es hombre..
En general, se apunta a que “uno de cada 20 individuos va a ser afectado con cáncer colorrectal” en Puerto Rico, precisó Ballester.
De las personas con cáncer colorrectal, unas 700 pierden la vida anualmente, lo que lo convierte la primera causa de muerte por cáncer que afecta a los boricuas.