En su última parada pública del día, el rey Felipe VI de España visitó esta tarde la Iglesia San José, en el Viejo San Juan.

Su visita a la catedral se hace tras hacer un recorrido por el museo de la capital, donde recibió un sello pictórico y documentos fundacionales de la ciudad, al igual que observó las exhibiciones “Arte, Imagen y Devoción: San Juan 500 años” y “La Ciudad en el Tiempo: Cinco siglos de representaciones artísticas de San Juan”.

A su llegada a la iglesia San José, un grupo de espectadores le gritaron al rey: “Bienvenido a Puerto Rico” y “¡Qué viva el rey!”. Felipe VI batió su mano al aire para saludar a los presentes.

En esta visita a la iglesia se salió de control la seguridad de la zona del Viejo San Juan. Los turistas se lograron colocar junto a los periodistas y cerrar el perímetro establecido, lo que ocasionó que se reforzara la cantidad de agentes en la zona y que el helicóptero de las Fuerzas Unidas de Rápida Acción (FURA) sobrevolara el área. Sin embargo, no se observaron protestas ni se registró ningún incidente.

Una ciudadana, quien se identificó como Carmen Vázquez y estaba cerca de la iglesia, aseguró estar “encantada” de que el rey estuviera en Puerto Rico. Asimismo, le envió un “saludo a todos los madrileños, que yo los amo a todos”.

Entretanto, el arzobispo de San Juan, Roberto González Nieves, esperó a Felipe VI en la puerta de la iglesia. Dijo que estaba “muy honrado” por su visita real al antiguo y restaurado recinto religioso.

El religioso informó a la prensa que le entregó “una carta y un mensaje” al rey en su breve visita.

Destacó que entre la Isla y España existe “una amistad y una colaboración económica y también religiosa”, la cual llamó a reforzar.

De hecho, en la carta que el religioso le entregó al rey le expuso esa necesidad de “que él estuviera más consciente de las raíces cristianas de Puerto Rico”.

El líder católico indicó que cuando se estableció la diócesis de San Juan se hizo con vínculos a Sevilla, España. Por ello, reclamó mayor cooperación religiosa entre los pueblos.

Asimismo, González Nieves reconoció la preocupación y molestia de algunos sectores de la ciudadanía sobre la visita de Felipe VI, y aseguró que son estas diferencias que deberían abrir la puerta a conversaciones sobre la puertorriqueñidad, pero “de manera cordial”.

“Es un proceso pedagógico de poder entendernos mejor y conocer nuestras raíces mejor, y qué mejor que nosotros mismos para protagonizar ese proceso”, según reclamó el arzobispo.

Al finalizar el día, el rey participará de la inauguración de la Sala de Exhibiciones Pablo Casals, en la biblioteca Carnegie, así como participó de una Cena de Estado en el Antiguo Casino de Puerto Rico. Previamente, visitó este martes La Fortaleza, el Paseo La Princesa y la alcaldía de San Juan.