Tomando en cuenta proyecciones y estadísticas oficiales actuales, y cómo se anticipa que puedan impactarnos asuntos ambientales, demográficos, socioeconómicos y de infraestructura, entre otros, consultamos a un grupo de reconocidos expertos -el profesor de sociología Emilio Pantojas García, el planificador José “Tato” Rivera Santana y el ingeniero y experto en asuntos ambientales Carl Axel Soderberg Mayoral- para que proyectaran la situación de Puerto Rico para 2047, considerando que habrá una considerable disminución poblacional: de los poco más de tres millones de puertorriqueños que hay hoy día en la Isla, se estima una baja hasta cerca dos millones.

Como parte de ese cambio demográfico, experimentaremos un envejecimiento considerable de la población, siendo el grupo poblacional más grande el que estará entre los 50 y 80 años de edad, con los retos de movilidad, vivienda y salud que eso conlleva.

Además, en ese periodo serían más patentes los efectos del cambio climático en las costas, así como en los patrones de precipitación, afectándose los cauces de ríos y embalses.

El actual deterioro de la infraestructura vial, eléctrica y de edificaciones, dolorosamente palpable tras eventos atmosféricos recientes, es otro gran reto a vencer en los próximos años, así como la continua fuga de profesionales y trabajadores diestros.

Considerando cifras y estimados oficiales de diversas agencias gubernamentales federales y estatales, así como otras entidades, y la experiencia de lo que hemos vivido con los gobiernos que han administrado el País en los pasados 25 años, en la página siguiente presentamos dos escenarios presentados por el grupo de expertos consultados: uno augurando cuál será el Puerto Rico que probablemente veamos en 2047, de continuar las políticas y tendencias actuales; y otro que nos presenta un mejor país factible si se toman acciones concretas y serias. Ese país al que deberíamos aspirar es posible siempre que haya la voluntad para trabajar por él.

El Puerto Rico probable en 2047

  • Un paraíso fiscal cuyo eje económico no será la producción de bienes, sino servicios internacionales (economía del visitante, turismo, banca internacional, especulación con bienes raíces, venta de tierras).
  • Llegada de nueva población de gente adinerada, parte de la plutocracia global que se aprovechará del paraíso fiscal.
  • Acaparamiento de viviendas y tierras; desplazamiento de comunidades pobres y marginadas.
  • Creación de centros de jangueo para turistas, así como de enclaves y complejos autosuficientes para ricos, con financiamiento y recursos propios, y conexiones que no dependen de Puerto Rico.
  • Aprobación de leyes que fomenten ese giro socioeconómico.

Puerto Rico ahora es un paraíso fiscal, cuyo eje económico no es la producción de bienes, sino la oferta de servicios. ¿Qué servicios? Servicios internacionales. Sus actividades económicas fundamentales son el turismo, la banca internacional y la especulación inmobiliaria, la venta de tierra”

-Emilio Pantojas García, profesor de sociología de la UPR

  • Fuga de profesionales (médicos, ingenieros, maestros, científicos, entre otros); fuga de mano de obra diestra y un aumento de demanda por mano de obra semidiestra y no diestra.
  • Los puertorriqueños que se queden ocuparán espacios en empresas de servicios (establecimientos de comida rápida, restaurantes, bares, hoteles), pasando la mayoría a ser trabajadores sin seguridad laboral ni beneficios marginales.
  • Ola de inmigrantes ocupará trabajos semidiestros o no diestros, como la agricultura.
  • Aumento sostenido en la brecha entre ricos y pobres. Reducción de la clase media.
  • Reducción de la cultura puertorriqueña.
  • Aumento de una población envejeciente empobrecida con servicios deficientes o sin servicios. No se plantea el desarrollo de comunidades de retiro para atender el aumento de personas de mayor edad.
  • Apuestas económicas basadas en gran medida en que sigan llegando fondos federales salvadores.
  • Proyecciones de crecimiento económico basadas en fondos federales y no en la creación de industrias o empresas productivas.
  • Mejoría económica limitada que no alcanza a compensar por tantos años de severa contracción económica.
  • Uso ineficiente, deficiente o, incluso, mayor pérdida de miles de millones de dólares en fondos federales por corrupción, burocracia, dificultades de desembolso, ausencia o deficiencia de recursos y conocimiento para manejar dichos fondos, y carencia de visión estratégica y plan económico.
  • Panorama conducente al incumplimiento de la meta de alcanzar el 100% de generación de energía a partir de fuentes renovables para el 2050, según dispone la ley.

Puerto Rico no se está moviendo con la rapidez necesaria para tener estaciones de recarga de vehículos eléctricos... Y los que saben de la materia en electricidad dicen que las proyecciones que hay para la generación de energía eléctrica en Puerto Rico no incluyen suficiente electricidad para atender el caso de que todos los vehículos de Puerto Rico sean eléctricos...

-Carl Axel Soderberg Mayoral, ingeniero y ecólogo

  • Poco avance en el ajuste al cambio hacia vehículos eléctricos (construcción de estaciones de carga y un aumento en la generación de energía para la demanda adicional que conllevará).
  • Reducción de lluvias en general y, en consecuencia, menos caudal en ríos y quebradas, y menos capacidad de asimilación de contaminantes, con el consiguiente aumento en contaminación y en necesidad de tratamientos para limpiar esas aguas. Aumento en gastos de materiales y químicos para esa purificación que recaerá en los abonados.
  • Más eventos de lluvias torrenciales (a pesar de menos lluvia en general) y huracanes de gran intensidad que provocarán más erosión y más sedimentación en los embalses.
  • Aumento en el deterioro o pérdida de infraestructura natural (mangles, dunas de arena, humedales, áreas de bosque, áreas de carso), a consecuencia de políticas ambientales deficientes o ausentes.
  • Serias dificultades en un sinnúmero de comunidades costeras debido a la erosión y aumento en el nivel del mar.
  • Crisis en el aeropuerto internacional Luis Muñoz Marín, el puerto de San Juan y otro, carreteras y puentes costeros, zonas turísticas (incluyendo a Isla Verde y Condado) y las principales plantas de tratamiento de aguas usadas ante la falta de planes y acciones para relocalizar esas estructuras afectadas por el aumento del nivel del mar.

La situación se agrava con el tema del cambio climático y el calentamiento del planeta. Porque hay que incluir en los planes de aquí a 25 años cómo vamos a retirar infraestructura construida en áreas que ya los modelos indican que se va a cubrir por el mar”

-José "Tato" Rivera Santana, planificador

  • Problemas con la transportación de personas y carga hacia, desde y dentro de Puerto Rico por el impacto en puertos y aeropuertos. Impacto en el turismo.
  • Más construcciones en zonas de alto riesgo ante la deficiencia, ausencia o falta de aplicación de leyes y reglamentos estrictos (nueva ley de costas, moratorias en construcciones).
  • Deterioro de la infraestructura (carreteras, puentes, embalses) por falta de mantenimiento adecuado. Mayor número de puentes y carreteras en malas condiciones, intransitables o destruidos, y en consecuencia más problemas de movilidad para diversas comunidades.
  • Disminución de la capacidad de los embalses y en consecuencia de la capacidad de agua almacenada por insuficiencia o ausencia de dragado y mantenimiento.
  • Insuficiencia o ausencia de un sistema de transporte colectivo efectivo y bien articulado.

El Puerto Rico al que debemos aspirar

  • Crecimiento económico moderado (se proyecta crezca a razón de 1.1% anual, al menos hasta 2031), impulsado por fondos de recuperación federales, con un gran impacto en actividades como la construcción, infraestructura, transformación del sistema eléctrico.
  • Un reajuste positivo en el mercado laboral, con una disminución del desempleo (de acuerdo con esa proyección de crecimiento económico, al menos hasta 2031).
  • Creación de industrias y empresas productivas e inserción en las cadenas globales de manufactura, de la mano de una buena estrategia de desarrollo económico y planificación.

Hay que ponernos las pilas. Puerto Rico debe tener una estrategia ‘climate ready’, primero por nuestra propia población, pero luego para ser atractivos para la manufactura y el turismo. En vez de cuestionar si existe o no el cambio climático que ya estamos viendo y que se están documentando, deberíamos decir, ‘mira, qué debemos hacer, para ser número el Caribe en términos de estar preparados para el cambio climático’. Esa es la filosofía correcta que debería tener el gobierno”

-Carl Axel Soderberg Mayoral, ingeniero y ecólogo

  • Disminución de la pobreza y mejoría en la calidad de vida en general.
  • Una considerable disminución poblacional de los poco más de tres millones de puertorriqueños que hay hoy día a cerca dos millones.
  • Un envejecimiento considerable de la población, con el grupo más grande de la población en edades entre los 50 y 80 años.
  • Aprovechamiento al máximo los alrededor de $82,000 millones asignados y aprobados para reconstruir y atender necesidades en la Isla.
  • Casi la totalidad o toda la energía será de fuentes renovables (según la Ley de Política Pública Energética de Puerto Rico, aprobada en 2019, que dispone que para 2050 el 100% sean fuentes sean renovables).
  • Casi la totalidad de los vehículos serán eléctricos (se pronostica que para 2030 los fabricantes de vehículos solo producirán carros eléctricos).
  • Reducción significativa de las emisiones de contaminantes de aire, tanto de los motores de vehículos de combustión interna como de generatrices de energía que aun usen combustible fósil.
  • Se acercaría bastante o alcanzaría la meta internacional de 0 emisión neta de gases de invernadero.
  • Reducción notable de la pérdida de agua potable en la red de acueductos (actualmente estimada en cerca de 60%) y la implantación de sistemas de conservación de agua potable y recogido de agua de lluvia en hogares y otras estructuras, para poder contar con más agua ante los pronósticos de menos lluvia por efectos del cambio climático.
  • Aumento sustancial en reducción, reúso y reciclaje de materiales, a la par de una reducción considerable en generación de desperdicios sólidos, incluyendo la reducción casi total o total de plásticos de un solo uso.
  • Desarrollo de industrias locales de reciclaje de materia prima (metales, vidrio, cartón, papel).
  • Reducción al máximo en el uso de vertederos.
  • Incremento de manglares y humedales en áreas costeras, para aprovechar su valor ecológico y su rol como amortiguadores de erosión costera, que ayuden a mitigar el pronosticado aumento en el nivel del mar.
  • Adaptación de las plantas de tratamiento de aguas usadas para inyectarlas a los acuíferos, de manera que pueda frenar la entrada de agua salada.
  • Inclusión de los aspectos del cambio climático y calentamiento global en todas las políticas urbanas y de infraestructura, incluyendo la consideración del aumento en el nivel del mar y eventos atmosféricos extremos (sequías, lluvias torrenciales, huracanes).
  • Reubicación de viviendas localizadas en áreas susceptibles al aumento en el nivel del mar y las marejadas ciclónicas.

Todas esas cosas (reubicación de estructuras en la zona costera) tienen que ser parte de ese análisis integrado, amplio y abarcador de cómo planificar y diseñar las distintas acciones que requiere adaptarnos a esa realidad que no es que va a ocurrir, es que está ocurriendo ya”

-José "Tato" Rivera Santana, planificador

  • Reubicación -o elevación y protección- del principal aeropuerto internacional en Isla Verde, los principales puertos, zonas turísticas (como Condado, Isla Verde y Rincón), infraestructura y carreteras costeras, para contrarrestar el proyectado aumento en el nivel del mar.
  • Desarrollo de nueva y moderna infraestructura, así como el mantenimiento adecuado de la infraestructura existente para poder alargar su vida útil, en particular en el caso de aquella que se hace difícil desarrollar o crear nueva como el caso de los embalses.
  • Una red vial en buenas condiciones para mantener bien comunicada las comunidades, incluyendo aquellas más remotas.
  • Un sistema bien articulado de transportación colectiva a través de toda la Isla, así como otras alternativas para el movimiento de personas, tales como ciclovías y zonas para caminar, que además contribuyen a una mejor salud.
  • Áreas y complejos de vivienda y servicios, o comunidades de retiro, diseñados para atender la creciente población de personas de avanzada edad.