El norte de Luis Daniel Rivera es su familia
El histrión cumple 50 años de carrera con proyección local e internacional.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 12 años.
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Desde muy joven, Luis Daniel Rivera contemplaba dos rutas. En uno de los caminos forjaría su carrera en la actuación en el terreno local e internacional, mientras que en el otro levantaría una familia junto con Leonor Marín.
Decidió que daría pasos paralelos por ambas vías, aunque le requerían un gran esfuerzo. Hoy, el actor cumple 50 años de carrera y 48 años junto a la madre de sus tres hijos, Luis Daniel (47), Waleska (42) y Lizbeth (40).
En ese momento, el artista de teatro, televisión y cine solo tenía 20 años, pero –sin pensarlo dos veces– aseguró que fue la decisión más importante de su vida. “Comienzo muy joven en la actuación, en el 62, y me caso muy joven. Aunque estuve trabajando en el periódico El Mundo, no me desligué de los actores y productores. Pero no fue hasta el 72 que la productora Esther Palés, de Telemundo, me dice que regrese a la actuación porque necesitaba un galán. Ese regreso marcó mi vida porque por años fui el galán y el actor del año”, recordó el utuadeño, quien –aunque se nombra como galán– aclaró que siempre se preocupó por ser reconocido por su trabajo interpretativo.
En el plano local cosechó éxitos con telenovelas como Tomiko, La mentira, Olvida los tambores y La isla. La proyección internacional la recibió gracias a sus participaciones en El hijo de Ángela María y Cristina Bazán, que le permitieron trabajar en producciones mexicanas como Natalie, la fiera, junto con actrices como Victoria Ruffo.
“México es la meca de la producción latina. Fue una época de oro”, expresó quien aún conserva su distintivo bigote por costumbre, aunque haya cambiado de color por el paso de los años.
Tras ser producto de la televisión en vivo, participar en teatro y cine, y darse a conocer en otros países, ¿quedó alguna asignatura pendiente?
Siempre he puesto a la familia primero. A pesar del éxito en México, regresé a Puerto Rico. Me decían que cómo era posible que me fuera, pero tenía a mis hijos adolescentes y no me los podía llevar en ese momento. A veces recuerdo con nostalgia, pero la familia vale más.
Con tanta productividad local e intercambio artístico internacional, ¿qué marcó el fin de las producciones?
Las novelas salieron de los estudios y pasaron a ser más costosas. Puerto Rico perdió ese mercado internacional que había ganado. El problema de nosotros como industria fue que nos quedamos atrás con respecto a la producción. Nos fueron comiendo las grandes producciones de otros países. Mi esperanza es que se pueda en algún momento reunir un capital a nivel privado para hacer producciones, pero tienen que ser con una visión internacional.
El locutor, de 70 años, se mantiene firme en que la ausencia de taller local en la televisión es un asunto de dinero. “El mito de que las producciones de Puerto Rico no gustan, es eso, un mito. Cada vez que se hace una miniserie o unitario, tiene rating. La novela La isla arrasó en España con actores de aquí. Si tienes un libreto y actores buenos, tienes un 50 por ciento del éxito garantizado”, mencionó quien impulsó el Proyecto Dramático Radial de la Corporación de Puerto Rico para la Difusión Pública.
A este proyecto que le provee al actor trabajo en la estación pública lo nombra como su aportación a la clase artística. “Era un proyecto que había pensado desarrollar a nivel de empresa privada, pero no se daba. Se lo presenté a Rafael Hernández Colón, pero con el cambio de administración, se le terminó sometiendo a Pedro Rosselló. Desarrollamos radionovelas, comedias y aventuras en radio. Luego, nos dimos a la tarea de conseguir dinero para el proyecto dramático de televisión”, dijo.
La naturalidad con la que Luis Daniel Rivera conversaba sobre asuntos de índole político quedó en el pasado. Hoy, el antes militante del Partido Nuevo Progresista prefiere hablar de su familia, sobre todo, de su bisnieta de cuatro meses, Victoria Isabela.
Desde que se asoma el primer comentario sobre política, el artista hace la advertencia como si sintiera que se le interrumpiera la paz, cuando el tema de la actuación pasa a un segundo plano.
Sus vínculos políticos, con la administración del ex gobernador Pedro Rosselló, ¿provocaron desacuerdos con colegas o con la gente?
Los años de cosecha como actor han sido más fuertes. Camino por la calle y la gente me quiere. Tienes todo el derecho porque naciste en esta patria. Imagínate, José Miguel Agrelot y Luisito Vigoreaux, por decir nombres de gente que queremos. Lo que le has regalado al país trasciende.
¿Qué piensa del cambio de gobierno tras las elecciones?
No opino nada que sea de política en este momento de mi vida. Estoy dedicado a mi familia. ¿Los cambios? Que para bien sean. La gente joven con ideas y deseos de trabajar son bienvenidos.
¿Cree que habrá avances para la estadidad tras el resultado del plebiscito?
No me expreso al respecto. Quiero dejar ese libre pensamiento a que los puertorriqueños tomen su determinación.
¿A cuáles asuntos hay que darle prioridad en el país?
Hay tres fundamentales: salud, educación y criminalidad. Pero lo que estamos viviendo se está viviendo en el mundo. Si prendes la televisión, los problemas nuestros son los que tienen otros países. Pero, definitivamente, el que suceda en otros países no significa que no tratemos de superarlo.