El mayor premio de los clientes es conocer a Ángel Vélez
El vendedor de Lotería Tradicional, quien padece de perlesía cerebral, es ejemplo de perseverancia y esfuerzo.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 1 año.
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La perlesía cerebral no ha sido impedimento para Ángel Vélez Cardec, un maestro de educación física adaptada que se atrevió a montar una agencia de Lotería Tradicional en Camuy.
Esto ocurrió ya que el hombre de 43 años se quedó sin empleo y recurrió a una fórmula que conoció desde pequeño, pues su padre, Rufino Vélez, vendía billetes al por mayor.
Así que la dinámica no le era indiferente al criarse por los pasillos de un negocio que ha sido parte de su familia durante décadas, incluyendo a su hermano, tíos y primos, que también se ganan la vida tentando a la suerte.
“Yo fui estudiante de SER de Puerto Rico, porque soy paciente de perlesía cerebral. Al graduarme de la escuela superior, me fui a la UPR (Universidad de Puerto Rico) en Carolina y estudié educación física para personas con impedimentos y, para el bachillerato me cambié a (recinto de) Bayamón”, relató el entusiasta vendedor desde su espacio en Hatillo Cash & Carry.
“Para eso, vivía en San Juan, pero mi papá -que mucha gente lo conoce como ‘El Cano’ Vélez- vendía lotería al por mayor. Así que me crié, prácticamente, en los pasillos de la lotería, feliz. Y toda mi familia, mis tíos, mis primos, todos son vendedores”, expuso Vélez Cardec, quien es oriundo de San Juan.
Con el tiempo, su familia se mudó a la “Ciudad Romántica”, que es la tierra de sus progenitores. Ahí, Ángel trabajó durante dos años “como maestro de lo que estudié, educación física avanzada”, en escuelas de Hatillo y Camuy.
Sin embargo, se quedó sin empleo y aunque buscó otras oportunidades en la docencia, “se me hizo difícil para las convocatorias para el Departamento y no pude ejercerlo”.
“Estuve un tiempo sin trabajar hasta que me decidí solicitar la licencia como agente de la Lotería, me aceptaron y ahí decidí empezar a vender por mi cuenta. Me crié en la Lotería y, prácticamente, conocía un poco por mi papá y mi familia, que son billeteros”, reiteró sobre su incursión en el 2013, vendiendo Lotería Tradicional.
Así lleva una década, aunque al principio vendía por las calles y, en algunas ocasiones, llegaba hasta San Sebastián.
“Después, pedí permiso en el supermercado Hatillo Cash & Carry en Camuy. Aquí llevo 7 de los 10 años que estoy vendiendo lotería. Aquí han sido muy amables conmigo”, confesó.
La experiencia, según Vélez Cardec, “ha sido excelente, porque he podido desarrollarme por mí mismo, ser más independiente, hablar más con la gente y socializar más”.
“Esto me ha ayudado a ser independiente. Lo que se me hace un poco difícil es cortar los billetes, como tengo perlesía cerebral. Pero las mismas personas me ayudan, es la forma en que yo tengo pa’ vivir y me desenvuelvo en el negocio. Ha sido una experiencia bien buena”, insistió el hijo de Edith Cardec.
“Nunca me vi vendiendo (lotería) porque (su padre) me llevaba desde chiquito a la lotería con él. Me crié en los pasillos de la lotería. Pero siempre lo vi como el negocio de él y de la familia, y nunca me vi como vendedor. Hasta que me quedé sin trabajo”, esbozó.
Una de sus satisfacciones en su labor como billetero, según Ángel, es poder llevarle suerte a las familias de la zona.
“Una vez vendí el primer premio, hace par de añitos, me sentí bien. La gente siempre bromea con que, puede ser que se la gane (la lotería). Me dicen que cuál número me gusta o que les dé el número que yo quiera. Siempre dialogando y compartiendo con la gente. He vendido otros premios, la otra vez creo que fue el sexto”, recordó.
Finalmente, aceptó que “se puede vivir vendiendo lotería”.
“Mi meta es seguir vendiendo y formar una familia, un poco más adelante y, si Dios lo permite, seguir en esto de la lotería porque, personalmente, me gusta”, concluyó.