El huracán María prosigue su amenaza tras castigar Dominica
El primer ministro de Dominica, Roosevelt Skerrit, describió en una serie de publicaciones en Facebook la furia de la tormenta.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 7 años.
PUBLICIDAD
Dominica.- El huracán María barrió la pequeña isla de Dominica con vientos de fuerza catastrófica durante la noche del lunes, emprendiendo una ruta sobre el Caribe oriental que amenaza a pequeñas islas ya devastadas por el huracán Irma y que podría llevar al meteoro directamente sobre Puerto Rico.
Los vendavales y aguaceros azotaron durante horas la montañosa Dominica, donde María causó inundaciones y arrancó tejados de las casas como una muy peligrosa tormenta de categoría 5.
Un inspector de policía en la isla, Pellam Jno Baptiste, dijo el lunes por la noche que no había reportes inmediatos de víctimas pero que era demasiado peligroso para los agentes hacer una evaluación completa mientras soplaba la tormenta.
“No podemos movernos de donde estamos”, dijo en una breve entrevista por teléfono mientras se refugiaba del segundo huracán de categoría 5 que sufre la región este mes.
María se debilitó ligera y brevemente el martes por la mañana a una todavía importante tormenta de categoría 4 tras golpear la pequeña nación insular. Pero esa variación resultó ser fugaz, y el avión que sigue y monitorea a la tormenta indicó que el sistema había recuperado la temible categoría 5 horas después de pasar sobre Dominica.
El primer ministro de Dominica, Roosevelt Skerrit, describió en una serie de publicaciones en Facebook la furia de la tormenta.
“¡Los vientos son inmisericordes! ¡Sobreviviremos por la gracia de Dios!”, escribió al principio de una serie de publicaciones cada vez más angustiantes.
Minutos después dijo que podía escuchar cómo se desprendían los techos de acero galvanizado de las casas.
Posteriormente publicó que pensaba que su casa había sufrido daños y una media hora después dijo: “Se fue mi techo. Estoy a expensas del huracán. La casa se inunda”. Siete minutos después informó que había sido rescatado.
Heartbreaking statement from Roosevelt Skerrit, Prime Minister of Dominica:
— Eric Holthaus (@EricHolthaus) September 19, 2017
"We will need help, my friend, we will need help of all kinds." pic.twitter.com/7MVdedNbpL
Las autoridades en Guadalupe señalaron que la isla francesa, cercana a Dominica, probablemente sufriría grandes inundaciones y advirtieron que muchas poblaciones podrían quedar anegadas. En la cercan Martinica, las autoridades ordenaron a la gente que se mantuviera en interiores y pidieron que se preparasen para cortes de electricidad y en el suministro de agua corriente.
Con Puerto Rico en la mira del huracán, los funcionarios de la isla advirtieron a los residentes de casas de madera o frágiles que buscaran un refugio seguro.
María mostraba vientos máximos sostenidos de 260 kilómetros por hora (160 millas por hora) poco antes del amanecer del martes. La tormenta estaba a 100 kilómetros (65 millas) al sur-suroeste de la isla de Guadalupe y avanza en dirección oeste-noroeste a 15 kmh (9mph).
Se esperaban variaciones en su intensidad y los expertos dijeron que María probablemente ganaría fuerza durante las 24 horas siguientes o más, señalando que su ojo se había reducido a 16 km (10 millas).
HURACÁN MARÍA: Estas son imágenes de la isla de Dominica. Donde el huracan ha pasado como categoría 5 #HuracanMaria #19Sept pic.twitter.com/VSJMMgX1IL
— Danibett Zuniga (@DZunigaT51) September 19, 2017
Un vórtice estrecho suele implicar que un huracán extremadamente fuerte puede hacerse aún más poderoso, explicó Brian McNoldy, investigador de huracanes en la Universidad de Miami. Es un fenómeno similar al de un patinador sobre hielo que recoge los brazos y gira más deprisa, indicó.
Se emitieron avisos preventivos para las Islas Vírgenes de Estados Unidos y Británicas, Puerto Rico, Guadalupe, Dominica, San Cristóbal y Nieves, Montserrat y Martinica, así como para Antigua y Barbuda, Saba, San Eustaquio, San Martín, Santa Lucía y Anguila.
Más al norte, el huracán José provocó peligrosas corrientes y oleaje en la costa este de Estados Unidos, aunque los expertos veían improbable que tocara tierra.