“El Cafecito en la Luz”: una historia cargada de fe que debes conocer
El joven Ángel David Martínez comenzó vendiendo un solo café al día, pero nunca dejó de creer y hoy mantiene su negocio que es su fuente de ingresos y el sustento de sus tres hijos.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 2 años.
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Café cola’o con bocadillos al amanecer. Si se hablara de emprendimiento en Cayey, la historia de Ángel David Martínez Ríos, de 28 años, no puede pasar desapercibida.
El joven es el creador del concepto “El Cafecito en la Luz”, fundado en el 2018, donde se dedica a vender su café colaʿo y unos bocadillos para facilitarle la mañana a quienes transitan por el municipio de Cayey.
Cuando este joven cayeyano decidió ubicarse debajo de un puente en la carretera #15, además de cargar con una mesita y su café, venía cargado de mucha fe y deseos de echar paʾ lante. Sin embargo, jamás imaginó que esa idea que tuvo se convertiría en su principal fuente de ingresos y el sustento de sus tres hijos.
“Cuando comencé, yo tenía tres trabajos y era muy agotador para mí. Mi esposa estaba embarazada y yo tengo dos hijos de mi primer matrimonio y dije: “bueno Señor, de alguna manera yo tengo que generar un poco más de dinero. Dame una idea. Y estaba pasando justamente por el puente donde me ubico y vi un señor que estaba vendiendo galletas y a él todo el mundo lo conoce en Cayey, pero él estaba por las tardes. Entonces dije: ‘¿qué tal si yo todas las mañanas me posteo ahí con café bien temprano para esa gente que va de prisa para San Juan y Caguas? Quizás ellos se detengan porque van a las millas y no se pueden parar en ningún lado’. Y dije: ‘pues voy a vender café ahí’”, relató Martínez Ríos.
¡Y así lo hizo! El 12 de abril de 2018 comenzó a vender su cafecito en la calle. Y, aunque sus inicios no fueron fáciles porque no tuvo mucho volumen de ventas, Ángel David recuerda que siempre estuvo agradecido de poder vender, aunque fuera un solo café al día.
“En mi primera semana solamente vendí un café y realmente muchas personas me decían cosas negativas como: ‘no te expongas a esa hora para un café nada más. ¿Cómo es posible que estuviste de 4:00 a.m. a 9:00 a.m. para un peso nada más?’. Pero yo estaba bien contento y les decía: ʿaunque ustedes no crean, ya alguien se detuvo, ya alguien probó mi café y esa puede ser la persona ideal que le diga a otrosʾ”, recordó el cayeyano.
No obstante, la historia cambió la segunda semana cuando un cliente agradecido dio a conocer en las redes la labor de Martínez Ríos en El Cafecito en la Luz y el “post” se fue viral, desatando un “boom” para su negocio.
“El viernes de la segunda semana un caballero me pide un café y cuando me va a pagar, me paga con un billete de $20 y yo lo que tenían era como $9 que me había hecho allí. Le dije: ‘no tengo cambio, pero llévatelo y me lo pagas después’. Él no quería y me dijo que la semana siguiente iba a pasar y me lo iba a pagar, pero ese hombre me tiró una foto, la subió a Facebook y puso un mensaje para que me apoyaran y esa foto se fue viral, cogió como 30 mil likes, eso fue una cosa… ¡Wow!. Ese día estaba en mi trabajo por la noche en una cafetería y mi jefe me dice: “Ángel, estas viral por las redes”. Al otro día mi teléfono no paraba de sonar”, contó el joven comerciante.
El lunes siguiente, Martínez Ríos pasó de vender cuatro y cinco cafés a vender 64 y así continuó aumentando su promedio de ventas, siguió dándose a conocer y llegó un momento dado en que lo que un día fue su cuarto trabajo pasó a ser su negocio y el sustento de su familia. Ese éxito se lo adjudica a que nunca dejó de creer.
“Soy una persona que soy creyente, le sirvo a Dios y cuando yo comienzo el café dejé todo en las manos de Dios y dije: ‘Señor, yo sé que tú tienes un propósito conmigo’. Cuando vendía un café diario, tal vez dos, algo dentro de mí me decía resiste, aguanta, no te quites y yo seguía. Lo hacía con tanta alegría y tanto amor, era ya una obligación con esas personas. Cuando comienzo a ver ese ‘boom’ dije: ‘este es el resultado de mi consistencia, de que estoy creyendo en mi negocio, pero más que nada, ese es el resultado de mi fe en Dios’”.
Martínez Ríos da fe de que luego de eso su vida cambió porque pudo dejar sus tres trabajos y dedicarse de lleno a establecer el concepto y, no solo eso, sino que también ha logrado emplear a su cuñado, Miguel Rosario, un joven de 20 años que estudia Producción Audio Visual y Cine en la Universidad del Sagrado Corazón, y quien le ayuda todos los días a repartir su cafecito.
Nuevo impulso tras la pandemia
Los retos han sido muchos para este comerciante, pues luego de llevar casi dos años con su negocio, la pandemia le dio un duro golpe a El Cafecito en la Luz y lo llevó a esos primeros días cuando comenzó.
“Fue un momento bien duro para todos los pequeños comerciantes. Estuve de marzo hasta septiembre sin trabajar y lo que tenía guardado lo agoté. Entonces, volví a la calle a trabajar y el primer día fue como si volviera a comenzar de nuevo. No se paraba nadie. Mi negocio había bajado un 80% y recuerdo que una persona me dijo: ‘alguien te volverá a ver’, y así fue. Alguien me vio y puso en las redes ‘El Cafecito en la Luz volvióʾ y todo comenzó nuevamente a fluir gracias a Dios”, contó el jefe de familia.
Actualmente, el comerciante trabaja su negocio de lunes a viernes de 5:00 am a 8:30 am., pero también ofrece su servicio de Coffee Bar en actividades privadas, bodas y quinceañeros. Además, cuando la cosa se pone floja, sobre todo en los meses de verano donde hay menos flujo vehicular, Martínez Ríos se las busca por el lado lavando carros y recortando.
En un futuro, este joven emprendedor cayeyano espera poder mover su mesita de café del puente y establecer un negocio en cuatro paredes, ya sea en Cayey o en el vecino municipio de Caguas, donde pueda recibir a sus clientes. Pero su anhelo mayor es poder llegar hasta la capital.
“Tengo 110 mil seguidores en mi página de Facebook y muchos son del área metro. Mi sueño es poder montar un Coffee Shop de El Cafecito en la Luz en el Viejo San Juan para servir a todos esos seguidores y sé que lo voy a lograr algún día con la ayuda de Dios”, declaró Martínez Ríos, quien de paso instó a quienes tengan una necesidad económica y un anhelo de emprender, a que se lancen, pero también les dio su mejor consejo.
“Siempre le digo lo primero que tienes que tener es que Dios sea el centro de tu negocio, a Dios no lo puedes sacar de la ecuación. Qué cosa que mi negocio es solo una mesa debajo de un puente... Es Dios quien hace que sea de bendición”, culminó el joven, a quien pueden contactar a través de su página de Facebook El Cafecito en la Luz o llamando al 787-590-4716.